HOMENAJE A LOS INTEGRANTES DE LA FLOTILLA HUMANITARIA A GAZA ASESINADOS POR ISRAEL
Miércoles 2 de junio de 2010 por CEPRID
Campanadas a muerto lanzan un grito para la guerra de los tres hijos que han perdido las tres campanas negras.
Y el pueblo se recoge cuando se acerca el lamento; son ya tres penas más para nuestra memoria.
Campanadas a muerto por las tres bocas cerradas; ¿ay de aquel trovador que olvidara las tres notas!
¿Quién segó el aliento de aquellos cuerpos tan jóvenes sin otro tesoro que la razón de los que lloran?
Asesinos de razones y de vidas, que nunca tengáis reposo a lo largo de vuestros días y que en la muerte os persigan nuestras memorias.
Campanadas a muerto lanzan un grito para la guerra de los tres hijos que han perdido las tres campanas negras.
Abridme el vientre para su reposo, de mis jardines traed las mejores flores.
Para estos hombres cavadme hondo y en mi cuerpo grabad sus nombres.
Que ningún viento perturbe el sueño de quienes han muerto sin humillar la cabeza.
Diecisiete años, solo, y tú tan viejo; celoso de la luz de sus ojos has querido cerrar sus párpados pero no podrás, porque todos guardamos esta luz y nuestros ojos serán relámpagos para tus noches.
Diecisiete años, solo, y tú tan viejo; envidioso de una belleza tan joven has querido desgarrar sus miembros pero no podrás, porque recordamos su cuerpo y cada noche aprenderemos a amarlo.
Diecisiete años, solo, y tú tan viejo; impotente para el amor que él tenía le has dado la muerte por compañera pero no podrás, porque por todo aquello que él amó nuestro cuerpo estará siempre en primavera.
Diecisiete años, solo, y tú tan viejo; envidioso de una belleza tan joven has querido desgarrar sus miembros pero no podrás, porque todos guardamos esta luz y nuestros ojos serán relámpagos para tus noches.
La miseria se hizo poeta y escribió en los campos en forma de trincheras y los hombres marcharon hacia ellas. Cada uno fue una palabra del victorioso poema.
Lluis Llach, cantautor catalán
Miércoles 2 de junio de 2010 por CEPRID
Campanadas a muerto lanzan un grito para la guerra de los tres hijos que han perdido las tres campanas negras.
Y el pueblo se recoge cuando se acerca el lamento; son ya tres penas más para nuestra memoria.
Campanadas a muerto por las tres bocas cerradas; ¿ay de aquel trovador que olvidara las tres notas!
¿Quién segó el aliento de aquellos cuerpos tan jóvenes sin otro tesoro que la razón de los que lloran?
Asesinos de razones y de vidas, que nunca tengáis reposo a lo largo de vuestros días y que en la muerte os persigan nuestras memorias.
Campanadas a muerto lanzan un grito para la guerra de los tres hijos que han perdido las tres campanas negras.
Abridme el vientre para su reposo, de mis jardines traed las mejores flores.
Para estos hombres cavadme hondo y en mi cuerpo grabad sus nombres.
Que ningún viento perturbe el sueño de quienes han muerto sin humillar la cabeza.
Diecisiete años, solo, y tú tan viejo; celoso de la luz de sus ojos has querido cerrar sus párpados pero no podrás, porque todos guardamos esta luz y nuestros ojos serán relámpagos para tus noches.
Diecisiete años, solo, y tú tan viejo; envidioso de una belleza tan joven has querido desgarrar sus miembros pero no podrás, porque recordamos su cuerpo y cada noche aprenderemos a amarlo.
Diecisiete años, solo, y tú tan viejo; impotente para el amor que él tenía le has dado la muerte por compañera pero no podrás, porque por todo aquello que él amó nuestro cuerpo estará siempre en primavera.
Diecisiete años, solo, y tú tan viejo; envidioso de una belleza tan joven has querido desgarrar sus miembros pero no podrás, porque todos guardamos esta luz y nuestros ojos serán relámpagos para tus noches.
La miseria se hizo poeta y escribió en los campos en forma de trincheras y los hombres marcharon hacia ellas. Cada uno fue una palabra del victorioso poema.
Lluis Llach, cantautor catalán