miércoles, 1 de septiembre de 2010

El Racismo, la migración y la masacre perpetrada por los Z.

El reciente descubrimiento de 72 cadáveres de migrantes provenientes de centro y sudamerica en Taumalipas, es apenas la punta visible de un témpano de violencia que se viene dando desde hace décadas.

Organización Garífuna | Para Kaos en la Red | 31-8-2010


El reciente descubrimiento de 72 cadáveres de migrantes provenientes de centro y sudamerica en Taumalipas, México; es apenas la punta visible de un témpano de violencia que se viene dando desde hace décadas.

Notimex (agencia de prensa mexicana) señala en un artículo de fecha 29 de agosto, que más de 60 mil migrantes desaparecieron en los últimos 10 años en el cruce por el territorio mexicano, además de indicar que un estudio legislativo aseguró que el tráfico de personas genera ganancias por más de tres mil millones de dólares a los narcos (1).

Entre los masacrados se encuentran varios garífunas, que emprendieron hacia el viaje la norte, con la ilusión de "mejorar" sus condiciones de vida, pero desafortunadamente encontraron la muerte en su periplo.

La violencia del grupo de exmilitares de elite conocidos como los Z, no es nada nuevo para aquellos que han sorteado las múltiples dificultades que se presentan en la ruta hacia "el norte". Desde hace años existen numerosas anécdotas de los vejámenes a los que se ven expuestos los migrantes a manos de las autoridades estadounidenses y mejicanas, las maras y ahora a los carteles de las drogas los cuales diversifican sus lucrativos negocios.


El neoliberalismo ha traído como consecuencia el incremento de la miseria a lo largo y ancho del planeta. Desde hace treinta años comenzó el desmantelamiento de los estado nación para refundirlo en un gobierno global conformado por las transnacionales y bloques financieros, esta estrategia ha generado como consecuencia un derrumbe de las economías locales al mismo tiempo que el aumento de la pobreza ha ido acompañado de un incremento del racismo y de las violaciones a los derechos humanos.

El mercado laboral de los Estados Unidos ha utilizado a su antojo la mano de obra de los migrantes ilegales, al mismo tiempo que la producción agrícola de los estados fronterizos depende los trabajadores migrantes para su recolección. No obstante el aporte que se presta al bienestar del imperio, los extranjeros reciben el trato de una versión del esclavismo en el siglo XXI, sirviendo además de pretexto para campañas xenofóbicas que suelen tan a menudo surgir en ese país que clama ser el defensor de la democracia.

La remota posibilidad de que los Estados Unidos proceda a crear una Reforma Migratoria, agrava la situación, disminuyendo la solución a la tragedia que circunda el número de ilegales radicados en ese país y los aspirantes a "mojados" promovidos por la crisis económica del capitalismo global y la venta incesante de los medios de comunicación masivos del sueño americano.

La ultraderecha estadounidense viene utilizando la problemática migratoria como el talón de Aquiles de la actual administración de Barack Obama, el que ha demostrado en más de una ocasión actitudes timoratas que parecen indicar que existe una continuidad en su mandato con el de su predecesor George Bush. El abanderado de los grupúsculos más reaccionarios de ese país, Glenn Beck, vocero del acaparador de medios de comunicación Ruper Murdoch, incluso ha llegado al extremo de la defensa del trafico de esclavos (2).

En días pasados Beck convocó a una marcha del Partido del Te, que ciertamente se convirtió en una mofa a Martir Luther King, utilizando el lugar donde el lúcido líder de los derechos de los afrodescendientes estadounidenses acuño la frase de "Tengo un sueño". Las trescientos mil personas que acudieron al llamado de Beck, tiene como denominador común una actitud de ultra racismo, además de ser los mismos que tienen secuestradas iniciativas que van desde frenar el cambio climático hasta la reforma migratoria y una verdadera reforma financiera.

El Racismo en los Estados Unidos sumado al "destino manifesto" que proclaman los grupos de ultraderecha son parte de esa estrategia de dominación a la que nos vemos sometidos en América Latina gracias además al apoyo de la elite político empresarial que controla hasta la médula algunos de los países del continente y los cuales son afines a las determinaciones de la caverna estadounidense.

Más del 25% de los cadáveres encontradas en Taumalipas son hondureños. Sobra preguntarnos la razón de porque un porcentaje tan alto entre las víctimas de los Z. La destrucción de la incipiente democracia que existía en el país y el precio económico que hemos pagado por la contumacia y soberbia de la elite del poder nacional, ha incrementado la salida hacia "el norte" como la solución a la miseria a la que nos vemos sometidos los habitantes del país, campeón mundial en la asimetría de ingreso y homicidios.

El fenómeno de los Z es bastante peculiar, pues si bien sus origines señalan a los grupos elite del ejercito de México y Guatemala, queda también la duda sino son más grupos de crimen organizado utilizados a control remoto por aquellos que han venido apostando a convertir México y Centroamérica en estados fallidos. Cada día es mas clara las vinculaciones entre el narcotráfico y agencias de inteligencia que utilizan las drogas como herramientas de control social y sus ganancias para elaborar bombas financieras o rescates a bancos colapsados.

Mientras tanto, nuestros jóvenes garinagu se encuentran cada día más marginados en medio de la crisis económica. No tienen opciones para estudiar o trabajar, siendo el escape hacia los Estados Unidos o Europa la hoja de ruta con que suelen mitigar la frustración de la ausencia de oportunidades.

Esperamos que este tipo de masacres no se repitan y demandamos una investigación imparcial y objetiva, así como castigo a los culpables. Sin embargo la crisis es profunda y estamos lejos de tocar fondo. Son cientos de muertos del hambre causada por el neoliberalismo fundamentalista y por los muchos Glenn Beck que quisieran marcar como esclavos a los migrantes en los Estados Unidos, quienes son rechazados por ese país pero requeridos como mano de obra barata de una sociedad posindustrial en crisis.