por Marco Álvarez
El próximo domingo 30 de junio, el circo electoral pone en escena a sus peores payasos. Los candidatos presidenciales del llamado siúticamente “establishment”, compiten por ser los abanderados de las dos esquinas del duopolio.
Las actuales primarias no convencionales, son inventadas por la clase política tradicional, con el objetivo de vestirse con paños “democráticos” que nunca han usado, disfrazándose con ellos en esta ocasión sólo para frenar la avanzada de la crisis de legitimidad de la actual democracia neoliberal.
La crisis de legitimidad de la actual democracia neoliberal, se sitúa en una crisis superior-estructural del actual sistema económico, social y cultural predominante. El neoliberalismo que fue impuesto a sangre y fuego por la dictadura empresarial-militar dePinochet, siendo profundizado y legitimado por los cinco gobiernos de la Concertación-derecha, hoy cuenta con su mayor nivel de rechazo. El actual rechazo ciudadano se grafica muy bien, con la bajísima aprobación que tiene la clase política en general, a través de las encuestas que ellos mismos crearon para medirse.
Los payasos a competir en esta nueva contienda electoral son los mismos de siempre. Casi todos ex ministros, un ex alcalde y una flamante ex presidenta.
Por la Concertación ampliada, hoy denominada “Nueva mayoría” –que de nueva no tiene nada y mayoría menos- se presentan cuatros candidatos:
La ex presidenta Bachelet (PS, PPD, MAS, IC Y PC), es la que tiene mayores posibilidad de ganar, siendo la principal candidata representante del duopolio a combatir. El senador Gómez (PRSD), quien hoy se presenta con un tufillo progresista, que tiene por objeto darle más amplitud democrática a su sector. El ex alcalde de Peñalolén Claudio Orrego (DC), un conservador de tomo y lomo. Y por último, el ex ministro de Hacienda Velasco (Independiente), quien es el único neoliberal no sólo de práctica, sino también de palabra abiertamente.
Por las redes sociales anda circulando la idea de votar por Gómez, y en menor medida por los otros varones concertacionistas, para impedir que Bachelet salga triunfadora en las primarias. Lo anterior no sólo es una pérdida de tiempo, sino que también viene a fortalecer las primarias de los sostenedores de más de dos décadas de malos gobiernos.
La derecha se presenta con dos caras:
Pablo Longueira (UDI), discípulo predilecto de Jaime Guzmán y representante de la derecha más dura y Andrés Allamand (RN) un derechista de juventud, que trata de flexibilizar su discurso para llegar a lo que denominan el “centro político y social”.
Este show electorero, tiene como protagonistas a los mismos detestables de siempre. A los representantes de la riqueza y forjadores de las injusticias. Por eso, nuestra actitud frente a su invitación a participar en lo que ellos siempre llaman “fiesta democrática”, debe ser de rechazo absoluto y acción paralela.
A pesar de los llamados a la huelga electoral en las últimas elecciones municipales del año 2012, el alto nivel de abstención electoral se diluyó por una carencia de alternativa política. La gran triunfadora de las últimas elecciones fue la abstención pasiva, que al final del día termina volviéndose un factor en sí de la crisis, más que un acto político de trascendencia.
A estas primarias del duopolio nos debemos enfrentar desde una abstención bulliciosa. No votar, pero volverles su seudo “fiesta democrática” en una jornada de protesta popular y ciudadana. Esto requiere el operar mancomunado de las y los que luchamos contra el sistema neoliberal. Requiere de convocar a NO votar por los mismos políticos corruptos de siempre –que al parecer en el último tiempo no cuesta mucho-, pero también invitar a salir a las calles a todas y todos los que no se sientes representados por el desprestigiado y agónico duopolio político.
Desde el éxito que debe suscitar el paro nacional del 26 de junio, se debe realizar una convocatoria amplia a no votar en las próximas primarias y llamar abiertamente a realizar acciones como cacerolazos e intervenciones artísticas varias. Cabe destacar que el movimiento secundario tiene tomado importantes centros de votación, donde debemos solidarizar para que bajo ninguna circunstancia sean desalojados para utilizarlos para las funciones del circo electoral.
Aunque se devela fácilmente los intereses del duopolio con sus primarias, también es impresentable que no hayamos podido encontrar un mecanismo para la elección de la candidatura presidencial de la izquierda y los movimientos sociales. Me quiero detener a criticar a los diversos sectores políticos de la izquierda antineoliberal, que pusieron sus intereses mezquinos partidarios sobre la tan necesaria unidad. Se cercenó la posibilidad de tener una candidatura presidencial única de las indignadas e indignados. La única tranquilidad que me queda de ese proceso fallido, es que esos mismos sectores no tienen ninguna viabilidad política en los escenarios de lucha futuros. Están destinados a no ser sujetos políticos de cambio. A no ser protagonistas de las inevitables transformaciones radicales en Chile.
Espero que los sectores antes mencionados –no hablo de una sola tienda política- se sumen al menos a la unidad en la práctica y nos enfrentemos mancomunadamente a las coyunturas próximas, para seguir desarrajando al duopolio político y al empresariado. La consigna debe ser abstenernos bulliciosamente en conjunto a las primarias de la derecha y la Concertación.
Más de alguien me dirá cómo critico tanto la contienda electoral, si participo activamente en la candidatura presidencial de Marcel Claude. La verdad es que me importa un carajo la cuestión electoral –como la mayoría de las chilenas y chilenos- y veo su participación desde lo táctico, principalmente en el fortalecimiento de la construcción del poder popular. En ese camino, la candidatura de Marcel es una gran instancia para todas y todos aquellos que luchamos desde la trinchera anticapitalista. Siendo Marcel la candidatura de la indignación, las y los iracundos no podemos no trabajar para que el 17 de noviembre los golpeemos fuerte en su muy triste y aburrido circo.
¡Todas y todos al paro el 26 de junio!
¡Nadie a votar en las primarias del duopolio el 30 de junio!
¡Abstención bulliciosa!