11 de Octubre de 2012 10:22 Diego Castro Parnin- Clarín
La crisis española sigue empeorando, económica y socialmente. El gobierno parece haber cerrado las puertas a la Democracia, a diferencia de Islandia el único país europeo que hasta ahora ha resuelto la crisis financiera a través de un referendo y una Asamblea Constituyente, siendo también el único país que está saliendo de la crisis.
Mariano Rajoy es testigo, a menos de un año de haber asumido la presidencia, de movimientos masivos como “Rodea el Congreso”, este 25, 26 y 29 de septiembre, en los cuales se exigió la renuncia de su Gobierno. El descontento es cada vez más generalizando entre los ciudadanos. Pero lo más preocupante es que ese descontento también ha sido expresado por los militares, abriendo la posibilidad a un Golpe de Estado, una Guerra Civil o una Revolución.
La situación económica en España es catastrófica y todavía no se percibe ninguna luz al final del túnel, más bien parece que el futuro solo será más oscuro. La tasa de desempleo ha llegado a un dramático 25% y los últimos datos entregados por Cáritas, una organización de la Iglesia católica que ayuda a los más desfavorecidos, nos muestran una España cerca del colapso. En 2007 la organización ayudaba a 370 mil personas pero en el 2011 llego a atender el triple, más de 1 millón de personas. Eso significo que tuvieron que aumentar la ayuda de 13,9 millones a 32,7 millones de euros, con el 39% de esa suma destinado a la alimentación, demostrando que muchos españoles no pueden satisfacer esa necesidad básica.
Los españoles no solo están cada día en peores condiciones debido a la cesantía, a la inflación y al aumento de impuestos sino que su Congreso se ríe en sus caras y vota en contra de 3 proyectos de leyes que hacían eco a las demandas ciudadanas el día de la marcha “Rodea el Congreso”. El Congreso voto en contra de una ley para aprovechar los productos desechados por los supermercados (productos comestibles pero con pronta fecha de vencimiento), una ley para luchar contra la evasión fiscal y sobre todo una ley para limitar los sueldos de los políticos, que solo logro juntar 6 votos a favor. El mensaje fue claro, mientras el pueblo manifestaba en contra de la austeridad, los políticos demostraron que no están dispuestos a “apretarse el cinturón” como si lo han sabido exigir al resto del país.
La posición del gobierno frente al sufrimiento de su pueblo solo ha logrado aumentar el descontento lo que se ha traducido, según una encuesta del diario “El País”, en que un 91% de los españoles consideran que las manifestaciones masivas serán cada vez más frecuentes. Pero lo que más llama la atención es el 80% que cree que esas manifestaciones serán violentas. La incapacidad de la clase política, particularmente el PP y el PSOE, en canalizar y responder a las demandas de los españoles hace que la violencia aparezca cada vez de manera más legitima, al ver que las manifestaciones pacificas no están teniendo ningún efecto. Recordemos además que España en un país con una larga historia de violencia, entre las cuales podríamos nombrar la huelga general revolucionaria de 1934, la Guerra Civil Española, la ETA o el intento de Golpe de Estado el 23 de febrero de 1981.
Los militares también están viviendo en carne propia la austeridad y los recortes. Por ejemplo, desde el 1 de julio de 2012 los militares del Ejército de Tierra deben pagar la mitad de sus comidas, lo que es una baja salarial indirecta. Poco a poco diferentes organizaciones, o militares de forma anónima, han publicado críticas a las políticas del gobierno español. El 14 de julio la asociación más representativa de los militares españoles, el AUME (Asociación Unificada de Militares Españoles), se quejaba de los recortes salariales en las Fuerzas Armadas por parte de “una clase política que día tras día nos ilumina con bajezas, desaires y falta de ideas para afrontar esta situación” agregando que “no nos merece gran respeto salvo el obligado por nuestra función". En el diario de ultra derecha española, Alerta digital, también se publicaron cartas que reafirman ese descontento. Por ejemplo un coronel legionario, en una carta al Ministro de Defensa, dijo que “La lealtad a España es más importante que ser lacayo de un partido que la está destrozando” o un oficial de la Armada que termina su carta dirigida a los políticos con un claro “Dejad de reiros de nosotros, cabrones”.
Para empeorar aun más la situación, este 11 de septiembre se realizo en Barcelona una manifestación para una Cataluña Independiente. El conflicto entre Cataluña y Madrid es histórico y puede ser observado en muchos aspectos. Incluso en los partidos que enfrentan el Real Madrid y el Barcelona, por ejemplo cuando el central del Barcelona Gerard Pique dijo a sus rivales antes de una final“¡Os vamos a ganar la Copa de vuestro Rey!”. Los políticos y grupos independistas catalanes han aprovechado la crisis económica y social española para redirigir el malestar ciudadano hacia el gobierno central español, apoyándose en demandas históricas de un grupo que hasta ahora era minoritario. La posibilidad de una independencia de Cataluña ha sido fuertemente criticado por parte de algunos militares, asegurando que tendrían que tomar medidas drásticas pues la Constitución los obliga a defender la “integridad del territorio” y la “indisoluble unidad de la Nación española”. Sobre estos mismos hechos el Colectivo Alborán, compuestos por altos mandos militares del Ejército y la Armada, hablo de la muerte de “la España Constitucional” llamando a una “apertura de un nuevo proceso constituyente y que los políticos paguen por “sus tropelías y traiciones””.
Extrañamente el inconsciente colectivo asocia a Europa con la Democracia olvidando que el pasado de Golpes de Estado y dictaduras es mucho más fresco de lo que creemos. En Portugal la democracia llego con un Golpe de Estado en 1974, la Revolución de los Claveles, liderado por los militares del Grupo de los Nueve que pusieron fin a una dictadura que había empezado en 1926. En Grecia la Dictadura de los Coroneles duro de 1967 a 1974. En España, Franco fue jefe de Gobierno hasta 1973 y hubo un intento de Golpe de Estado en 1981. Al parecer esa tendencia podría reaparecer ya que según se filtro en la prensa europea, Grecia estuvo al borde de un Golpe de Estado en 2011, el cual no se realizo por la renuncia del primer ministro Papandreu.
Esta situación se asemeja mucho a los años previos a la Segunda Guerra Mundial, de la cual la Guerra Civil de España fue justamente la antesala, con una Europa golpeada por la recesión. Además ya no parece haber grandes diferencias, o diferencia alguna, entre izquierda y derecha, al proponer ambos la austeridad como única salida. El posicionarse en la vereda de la oposición con una solución diferente solo ha sido utilizado para ganar las elecciones pues una vez en el Poder los elegidos hacen lo contrario de lo que habían prometido en sus campañas, como vemos en Francia con el socialista Hollande y en España con el presidente de derecha Rajoy. Lo único que esto parece promover es el aumento de apoyo a los movimientos extremistas, como el partido nazi en Grecia, y la legitimación de la violencia. Lamentablemente, como bien dijo el diputado del parlamento europeo Nigel Farage, “Si piensan que la crisis de la zona euro se ha vuelto violenta, no han visto nada todavía”.