lunes, 8 de octubre de 2012

¿Quiénes son los derrotados?



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En una de sus últimas opiniones- Blog -Mercurial, Eugenio Tironi se refiere a “los verdaderos derrotados”, de esta historia chilena reciente; según su  columna serían los combatientes contra la dictadura. Derrotados por no conseguir lo que tanto anhelaban y se prepararon: un Chile distinto.

Fundamenta esa aseveración en una rápida visión del Chile actual, en el éxito de la película del  “No” y otros sucesos históricos que no permitieron que los militantes de izquierda más radicales pudieran acceder al poder y, según él a la historia. Al seguir el país un camino “concensuado”, y validando el sistema económico y cultural, queda de manifiesto el fracaso de los jóvenes de ayer.  Finaliza con unas “palabras de  compresión y respeto para ellos, los idos y los sobrevivientes”.

¿Según Tironi,  la tesis de unos de los más interesantes líderes de la Resistencia de “levantar la dignidad de Chile más alto que la Cordillera de los Andes” sería un sueño; perdido en los caminos de la historia.?
¿Sus vidas destrozadas por largos años de cárcel y clandestinidad... en fin. Los mejores exponentes de la Patria estarían recluidos en el olvido?.

¿El  sociólogo y lobbista tendría razón, dado que el país parece estar funcionando, un poco enojado con el estado de cosas, pero donde se impone la individualidad y los malls?. 
Sin embargo,  y afortunadamente,  las cosas no son tan simples.

Como diría Gabriel Salazar, “los topos de la historia siempre trabajan”, no se ven; son almas que, sin embargo, producen los cambios que la humanidad requiere. Siempre activos y que aparecen en los momentos menos pensados. Porfiadamente, una y otra vez, se desdoblan en otras personas, renacen por aquí o por allá sus ideales; hoy con uniformes escolares y armados con sus sonrisas; mañana  muchos con uniformes de oficinistas y de trabajadores varios... quien sabe.

¿Es la vida misma que se niega a ser ninguneada?

¿Es la dignidad que busca siempre empinarse sobre la Cordillera? 

El impensado accionar de la juventud viene a desordenar lo que se creía ordenado, a abrir lo que se creía cerrado.

De cuando en cuando, (no con la insistencia de antes) los Concertacionistas aparecen con su música de “la coalición más exitosa de la historia”  y otros términos que no tiene ningún asidero en la periferia, ya que ahí en las poblaciones, la realidad indica lo contrario.

En efecto un Chile de Guettos, da portazos al rostro de los que miran para el lado.  Y no es sólo una realidad social, sino estructural;  a caballo de otras tragedias nacionales, ya que no es digno un país que entrega su soberanía productiva por cuatro chauchas.  No es decente un país que evalúa su pobreza con el indicador de los que no se mueren de hambre.

No es posible que cientos de niños asalten la noche, a morir o a vivir. Asesinando a quien sea por 100 pesos, madres que se encierran con reja en sus propias casas para huir de sus niños drogados... da cuenta de un país fracasado, enfermo.  No es una realidad acotada: en muchos lugares de nuestra patria, los caminos para una vida digna están irremediablemente destrozados. Politiqueros de la misma calaña Concertacionista-Aliancista, se esfuerzan en hacerse los locos. Felices con sus políticas ridículamente ineficaces y retrógradas; que sólo dan cuenta de su ignorancia y soberbia; un Estado de  Bonos y apaleos es lo que pregonan. Los Obispos lo han hecho notar en su Carta Pastoral, curiosamente, nadie reconoce nada y “todos se hacen cargo”.

El verdadero fracaso y la peor derrota, sin duda está con los que afirman que Chile está camino al desarrollo y que vamos por el “camino indicado”.

Cegatones; los Lagos, Piñeras y Bachelet no ven el terreno que pisan. Ufanados en “sus logros” de pacotilla. 
La realidad de las calles se levanta contra estos “líderes”, que viven sus vidas en guettos de lujo, donde la palabra dignidad de su pueblo está desaparecida. Donde complicadas teorías de “gobernabilidad”, “estado” se enredan en madejas malholientes.

Por ello, en las marchas estudiantiles, estos politicastros no tienen cabida. No pueden avanzar junto a la historia ni exhibir ni menos flamear sus retorcidas banderas...

En cambio los ideales de José Miguel y Tamara, de Salvador crecen hacia lo infinito, gozosos en la marcha de la juventud. Entonces ¿quiénes son los derrotados? . 

Los luchadores de la libertad y dignidad,  son baluartes de la decencia.

Descansan en el pueblo, y en sus preciados tesoros: la juventud que despierta y alegre, avanza adelante con todas las fuerzas de la historia, en este octubre Migueliano.


Viernes, 05 de Octubre de 2012 09:25

Víctor González- Clarín


ALAI, América Latina en Movimiento