¡¡Contra esta democracia para ricos, corrupta y heredera de la Dictadura!!
A esta democracia cada vez se le cae más la careta, y se muestra como lo que siempre ha sido, una democracia para ricos. Es necesario acabar con toda la casta de políticos profesionales comprados por los capitalistas que aplican todos sus planes sin rechistar.
Eliminar la Monarquía y permitir el ejercicio del derecho de autodeterminación de las nacionalidades debe ser el punto de partida, pero que debe ser seguido por una serie de otras medidas de democratización radical de la sociedad, como la eliminación de la institución presidencial (¡un hombre con poder de veto sobre millones!) y la disolución del reaccionario Senado, imponiendo una sola cámara con funciones legislativas y ejecutivas, donde todos los diputados puedan ser revocables y su salario sea el mismo que el de un maestro o un obrero. Terminar con la casta de jueces puestos a dedo, y reemplazarlos por juicios por jurado y jueces elegidos por sufragio universal.
También con las instituciones reaccionarias y la legislación de excepción existente, como la ley de partidos y la Audiencia Nacional. Y acabar con el silencio, olvido e impunidad que brinda la Ley de Amnistía para los criminales de la Dictadura, imponer el juicio y castigo de todos los ellos, también de los que han seguido torturando bajo la “democracia”, así como la anulación de todas las causas y procesos judiciales contra los luchadores, la libertad de los presos políticos y la anulación de las sentencias contra los presos políticos del franquismo que esta “democracia” sigue dando por válidas. El caso de Yolanda González, asesinada por Emilio Hellín en 1980, quien ha seguido actuando como “asesor” de las fuerzas represivas los últimos años, es otra muestra de esta impunidad. Por último hay que acabar con otra injusticia democrática elemental: la existencia de ciudadanos de segunda y sin derechos, y por lo tanto es necesario derogar todas las leyes de extranjería y garantizar todos los derechos a los inmigrantes.
Es decir proponemos no imitar las formas políticas de las democracias imperialistas europeas sino inspirarnos en las tradiciones revolucionarias de los comuneros de la Comuna de Paris de 1871, una gesta heroica de los trabajadores que, si bien no fue hasta el final en cuanto a tocar los resortes centrales del poder de la burguesía basado en la economía y que fue luego masacrada a sangre y fuego por la reacción, sus cambios profundos en relación a la reorganización puramente política de la sociedad podemos tomar inspiración.
¡Basta de represión y criminalización de la protesta social!
En los últimos años hemos visto incrementarse la represión ante cada protesta social. Desde los Mossos d´Escuadra en el 15M o en las huelgas generales, hasta la Policía Nacional contra los estudiantes valencianos o la juventud y sectores populares que se manifiestan contra el Congreso. Hoy aparecen los “azules” actuando como antes lo hacían los “grises”. A esto se suma una campaña de identificaciones y multas masivas que ya afecta a miles de personas en todo el Estado, y detenciones en manifestaciones. Los casos de Alfon (en prisión preventiva después del 14N), Laura Gómez de CGT (prisión preventiva después del 29M), y muchos otros, muestran cuál es la función de las fuerzas represivas.
Contra esta ofensiva es necesaria la mayor unidad entre las organizaciones de la izquierda, el movimiento obrero, de derechos humanos... para conseguir la anulación de los cargos y judiciales a todos los luchadores, el fin de la persecución y criminalización de la protesta. Además, contra la aceptación como “natural” que Mossos, Ertzainas y Nacionales carguen brutalmente contra nuestras protestas, es necesario pelear por recuperar tradiciones elementales de auto-defensa, como los servicios de orden y comités de autodefensa, que además pueden ser necesarios también contra matones o seguratas privados contratados por la patronal o grupos de extrema derecha, como ya hoy se empieza a dar de forma creciente en países como Grecia. Y lo mismo para garantizar nuestro derecho de huelga debemos defender los piquetes, la única herramienta con la que contamos los trabajadores y estudiantes para hacer efectivo este derecho y una herramienta de lucha fundamental.
Estas medidas son parte de la lucha por una tarea imprescindible para preservar la vida de la juventud y la seguridad de los trabajadores y sectores populares, la disolución de todas la policías, ejecutoras de la voluntad del capitalismo, del Estado burgués y de sus pandillas de políticos corruptos y expresión de las instituciones más reaccionarias de este régimen político y social. Las tareas de seguridad deberían ser organizadas por las organizaciones obreras y populares.
¡¡Por la separación de Iglesia y el Estado!! ¡¡Fuera la tutela eclesiástica de nuestras vidas y cuerpos!!
Una de las “reliquias” que conservamos de la Dictadura nacional-católica de Franco son los privilegios de los que disfruta la Iglesia Católica en el Estado español, y que se traduce en que esta oscurantista y reaccionaria institución conserve aún un poderío económico y gran influencia educativa y social. Debemos luchar por la anulación inmediata del Concordato con el Vaticano que consagra esta situación. ¡Hay que terminar con todos los subsidios y privilegios fiscales de la Iglesia, que los curas y las monjas vayan a trabajar! Unos gastos que rondan los 10.000 millones de euros anuales. Debemos avanzar en la expropiación de los bienes eclesiásticos, acumulados durante siglos de asociación con las clases explotadoras, empezando por los centros de enseñanza, para que sean integrados en una red educativa pública única. Esta pelea contra el peso de la Iglesia pasa también por enfrentar toda la ofensiva contra derechos democráticos básicos como el derecho al aborto, o el matrimonio gay que se quiere llevar adelante a “petición papal”, y luchar por la ampliación radical de éstos, como sería la inclusión definitiva y real del aborto en el sistema público de salud. En este sentido la lucha por la separación de la Iglesia del Estado se encuentra íntimamente ligada a la lucha por los derechos de las mujeres y los sectores LGTB.
¡¡Que la crisis la paguen los capitalistas!! Por un programa obrero y popular ante la crisis, contra los grandes problemas de paro, vivienda, precariedad y en defensa de la educación y la sanidad
Este Régimen es el que permite la ola de EREs, la congelación de salarios, la precariedad laboral, la temporalidad, el no aumento de la cuantía de las prestaciones del desempleo, ni de las pensiones, la reforma laboral... Mientras tanto continúan las rebajas de impuestos y ayudas fiscales a los empresarios. Los trabajadores y el pueblo debemos imponer nuestra propia salida a esta crisis peleando por un programa obrero frente a la crisis que plantee medidas cómo:
- Contra el drama del paro de millones de trabajadores: Distribución de las horas de trabajo sin reducción salarial entre todas las manos hasta acabar con el desempleo. Prohibición inmediata de los despidos y anulación de todos los ERE’s. Por la nacionalización sin indemnización de toda empresa que cierre o despida, para su puesta a producir bajo control de los trabajadores. Aumento urgente del Salario Mínimo a 1200€.
- Contra la precariedad laboral y la división de las y los trabajadores: ¡Basta de precariedad laboral! Todos a la plantilla fija y con los mismos derechos. Por la prohibición de los contratos temporales y las ETTs. Contra la división entre trabajadores nativos o extranjeros, “papeles para todos” y abajo la Ley de Extranjería y los CIES.
- Ante el problema de la vivienda y los desahucios: ¡Basta de Desahucios y familias en la calle! Expropiación sin indemnización de la banca bajo control de los trabajadores, y de los millones de viviendas vacías de los especuladores. Por una entidad de crédito estatal única que respete a los pequeños ahorristas y anule las hipotecas usureras que esquilman a las familias trabajadoras.
-Ante los recortes a la salud y educación: ¡Basta de recortes! ¡Ni un Euro más para pagar su deuda y salvar a los Bancos! Por el aumento del presupuesto educativo en base al fin de los conciertos con la educación católica y privada, al fin las contrataciones y cesiones con la sanidad privada y a grandes impuestos sobre las grandes fortunas y los beneficios de la banca y la patronal. Por la nacionalización de todos los colegios religiosos y privados para su inclusión en una red pública única y laica, y de todos los centros sanitarios privados para su ingreso en el sistema público. Abajo la LOMCE y las contrarreformas educativas de Wert. Fuera todas las empresas de la universidad, por un gobierno de estudiantes, PAS y PDI, con mayoría estudiantil, que garanticen una universidad gratuita y al servicio de los trabajadores y el pueblo. Para pelear por este programa es clave lograr la unidad obrero estudiantil y un movimiento dirigido desde asambleas de base democráticamente coordinadas.
¿Reparto de la riqueza o expropiación de los expropiadores?
Como vemos un programa obrero y popular que se plantee resolver estos grandes problemas, no puede hacerlo respetando la ganancia y las grandes propiedades de los capitalistas. Una de las ideas planteadas por diversos grupos de izquierda, sindicatos y algunos movimientos es la de otro “reparto de la riqueza”.
La idea del “reparto” apunta hacia otro tipo de medidas de carácter redistributivo, pero esconde la causa profunda de la desigualdad económica y social, el hambre y la pobreza. Y es que el problema del tipo de reparto está íntimamente ligado a las decisiones sobre la inversión y la orientación de la producción. Porque antes de que la riqueza pueda ser “repartida” - entre los beneficiarios de las rentas del capital (beneficios, dividendos e intereses) y los asalariados, entre activos y no activos (jóvenes y jubilados), entre fracciones de la renta nacional sometidas a los impuestos o no, etc- primero debe haber sido producida. Y este control de las decisiones de inversión está a su vez estrechamente relacionado con la forma de propiedad de los medios de producción, distribución y comunicación, así como las formas de financiación. En otras palabras, no podrá haber “otro reparto de la riqueza”sin ir de raíz contra el régimen económico de “propiedad privada” y de explotación capitalista, en el que los empresarios y los banqueros son los “dueños” de los principales medios de producción por lo que se apropian de las riquezas que todos los trabajadores producimos. Por tanto, organizar y dirigir las riquezas que producimos entre todos, pasa necesariamente por expropiar las ramas vitales de la industria, del comercio y de la banca, las grandes fortunas y los grupos parasitarios de la burguesía de este Estado imperialista español, como los latifundios en manos de unas pocas familias, muchas de ellas nobles, las grandes constructoras e inmobiliarias, las grandes empresas, los sectores estratégicos como el agua, la energía y los transportes y el conjunto del sistema financiero. Sólo así podremos resolver las grandes demandas obreras y populares, garantizar una educación, sanidad y servicios públicos gratuitos y de calidad y también dar respuesta a las necesidades de otros sectores populares golpeados por la crisis, como los autónomos o pequeños comerciantes. Es decir, este es un programa para soldar la unidad de la clase trabajadora con el resto de los sectores populares y los movimientos sociales, enfrentando la crisis desde una perspectiva anticapitalista.