De Tribuna Popular - Partido Comunista de Venezuela - 13 octubre, 2013
Disputas indujeron al cierre temporal del gobierno de EEUU
Caracas 2013, Correo del Orinoco – Tribuna Popular TP.- El diputado del Parlamento
Latinoamericano (Parlatino) capítulo Venezuela, Carolus Wimmer, señaló que el conflicto político-económico que atraviesa Estados Unidos por las diferencias entre los partidos demócrata y republicano, “finalmente será resuelto” porque ambas fuerzas “se pondrán de acuerdo para no poner en peligro el sistema capitalista”.
Entrevistado por el Correo del Orinoco, señaló que la dificultad económica en el país se debe fundamentalmente a que el sistema capitalista a escala mundial está en crisis total. Adicionalmente, reportó que ha habido un debilitamiento debido a que el Estado norteamericano realiza gastos innecesarios mediante el refinanciamiento al sistema bancario que está quebrado.
Además, dijo que se ha hecho un gasto inmenso en la industria militar y en un aspecto que ahora es más visible, como la inteligencia en la seguridad nacional e internacional. “Todo el sistema de espionaje y sabotaje implementado por EEUU aumentó ese gasto, porque Obama no redujo las guerras o las intervenciones militares en el mundo”, ratificó.
Ahora el déficit se ha elevado. Haciendo alusión a las cifras oficiales, detalló que el endeudamiento de la administración pública en el gobierno de Bil Clinton fue de 6 mil millones de dólares y en el gobierno de George Bush subió a 11,6 millones, pero en la gestión de Obama la deuda alcanzó los 16,7 millones.
DISPUTA SUBJETIVA
Para Carolus Wimmer, la disputa entre los partidos demócrata y republicano, con sus dos personajes principales -el presidente Barack Obama y el presidente del Senado, John Boehner- es meramente subjetiva.
“La disputa del presupuesto ha existido en todos los gobiernos, pero siempre hubo un acuerdo”, asintió el parlamentario al contrastar el panorama de años anteriores con la tensión provocada en este momento por causa del cierre temporal del gobierno ante la falta de acuerdos entre las partes.
Declaró que la situación que se vive “es como un juego de póker que de momento tiene altas apuestas por ambos lados y riesgos que aumentan”. Sin embargo, reconoce que “a pesar de las aparentes diferencias que sostienen, ambos sectores están de acuerdo en mantener los principios esenciales tanto en la política nacional e internacional, como en lo económico”.
POLÍTICA NACIONAL
En lo que respecta a la política nacional, Wimmer dijo que ambos grupos buscan mantener políticamente el sistema capitalista. “Ahí la confrontación no es revolución y contrarrevolución”.
Otra de las pretensiones de estos dos sectores, añadió, es sostener el sistema bipartidista “que por su forma y su esencia excluye a cualquier otra posibilidad popular de participación en la política”.
Recordó, en ese sentido, que el presidente de EEUU no es electo realmente por el pueblo norteamericano, sino por el colegio de electores “que son los representantes de los intereses financieros-industriales”.
Además, enfatizó que tanto los demócratas como los republicanos buscan mantener el control total de la seguridad en el país, incluyendo la vigilancia y la represión del propio pueblo. “Ambos lo mantendrán porque con esa medida impiden que los trabajadores puedan protestar”, asintió.
POLÍTICA INTERNACIONAL
Wimmer comentó que estos dos grupos también coinciden en mantener a escala internacional la misma política imperialista, la cual es reforzada constantemente con la fuerza militar, a través de las guerras que promueven en distintos países.
“Ni los gobiernos demócratas ni Obama han promovido menos guerras que los republicanos”. De hecho, refirió que las dictaduras y golpes de Estado implementados en América Latina con el apoyo irrestricto de Estados Unidos se suscitaron durante los gobiernos demócratas.
“Ellos mantienen la misma política internacional de favorecer gobiernos sumisos, títeres a escala mundial, con la intervención directa”, apuntó. La intención demócrata y republicana, aclara el parlamentario, es “construir un mundo unipolar bajo el único mandato del lobby capitalista norteamericano”.
ACUERDOS ECONÓMICOS
En el aspecto económico, prosiguió, ambos partidos representan la explotación capitalista de las trabajadoras y los trabajadores, “aunque con algunas diferencias en los estilos, pero no en el contenido”. De esta manera, “continuaran con la explotación de los migrantes ilegales, porque ni uno ni el otro los va a proteger”, acentuó.
Para el diputado, mantener el sistema capitalista actuando a nivel económico, también implica el financiamiento de los bancos, que reciben mensualmente montos muy altos por parte del gobierno, lo que en parte ha generado un déficit en el presupuesto. “Esto también lo apoyan los dos partidos”.
Asimismo, están de acuerdo en proteger la industria de las transnacionales, favoreciendo siempre su espacio económico, así como a los súper ricos, como son llamados en ese país los multimillonarios.
En este aspecto, contrasta Wimmer, los republicanos, y más específicamente el Tea Party, demandan la suspensión del pago de impuestos para el sector industrial, mientras que Obama plantea la implementación de algunos leves impuestos, a fin de poder contar con recursos para financiar su gobierno.
De acuerdo con el diputado del Parlatino, los dos partidos principales de Estados Unidos avalan la hipótesis de que son los trabajadores, las trabajadoras y el pueblo norteamericano en general, quienes realmente tienen que pagar para sustentar la economía del pais.
FANATISMO RELIGIOSO Y ODIO RACIAL
Afirma Wimmer que el partido republicano, así como el demócrata están conformados por sectores de la burguesía que pelean por ocupar una posición importante dentro de la administración gubernamental, “por lo tanto, a quienes les toca estar del lado de la oposición obviamente tienen que generar dificultades al gobierno”.
Pero adicional a esa oposición política, destaca el experto, existe un sector de la ultraderecha que defiende la tesis de que la élite norteamericana es elegida por Dios para gobernar el mundo.
Filosóficamente esa hipótesis está respaldada por el Destino Manifiesto, añadió Wimmer, doctrina que expresa la creencia de que Estados Unidos es una nación destinada a expandirse desde las costas del Atlántico hasta el Pacífico, y justifica otras adquisiciones territoriales.
El Destino Manifiesto, complementó, es la columna vertebral de la élite capitalista de los Estados Unidos. Bush lo demostró cuando expresó públicamente que llegó a hablar con Dios. “Mucha gente se ríe de esto, pero seguramente también habrá quienes lo creen y ahí es donde está el peligro”, reflexionó.
Dijo que una buena parte del grupo perteneciente al partido republicado, que tiene poder de decisión en las votaciones presidenciales, está influenciado por ese mismo fanatismo religioso.
Este sector, además, tiene un marcado odio racista, alerta Wimmer. “De repente ellos podrían ponerse de acuerdo con un Clinton, por ejemplo, porque es blanco, pero nunca podrán aceptar un presidente negro”, reveló.
Según el diputado, quien también forma parte del buró político del Partido Comunista de Venezuela (PCV), ese fanatismo, asociado con el odio racial, puede conducir fácilmente a un modo de terrorismo en el país.
BOEHNER CULPA A TRABAJADORES
Manifestó el diputado que en conversaciones con el Tea Party, John Boehner señaló que el verdadero enemigo de su partido no es Obama, sino las y los trabajadores estadounidenses, quienes dependen del seguro social y del programa Medicare para poder recibir atención médica.
Por esta razón, aclara Wimmer, el presidente del Senado considera que es la clase obrera norteamericana quien tiene la culpa de que el Estado no tenga recursos para accionar libremente.
“Los culpables son gente como yo (haciendo referencia a la edad), que somos 10 mil nuevos jubilados diariamente, 70 mil a la semana y 3,5 millones al año, que cobran seguro social y Medicare”, pronunció Boehner, citado por el parlamentario.
Aunque el político estadounidense reconoce que esos programas son importantes, insiste en señalar que hay que resolver el problema a fondo y, por lo tanto, estima que esa política no es sostenible y que dichos planes deben ser eliminados, aseveró.
De acuerdo con el analista, los republicanos ven conveniente la reducción de las prestaciones y de la elegibilidad de los accesos a los diferentes planes sociales. También apuestan por el aumento de la edad para la jubilación, así como a la destrucción del seguro social y del Medicare para salvar al sistema.
MEDICARE INACCESIBLE
Pese a que el Medicare es un programa social de atención hospitalaria, en estados Unidos no existe un sistema de seguridad social tal y como lo conocemos en Venezuela, explica Wimmer.
“Allá prácticamente no hay seguridad social, más bien existe cierta protección a través del Medicare, pero de una forma muy sectorial, porque para mantener la producción capitalista se necesita tener empleados”, criticó.
Al Medicare, agregó, solamente tienen acceso aquellas personas que cuentan con altos ingresos. “El impuesto que hay que pagar mensualmente para gozar del beneficio es de 2,9% para los trabajadores y de 1,45% para los empleadores”, dilucidó.
El mismo tiene muchas limitaciones, agregó el diputado, primero porque no es general, además porque la protección que ofrece depende de los parámetros médicos establecidos, por tanto, “se puede estar muy enfermo pero son los médicos quienes realmente deciden si el paciente merece o no atención”.
Como el sistema médico está controlado por las empresas aseguradoras, prosiguió Wimmer, estas no cubren los gastos, aunque ese sea un derecho de las y los pacientes. Por si fuera poco, precisó, solo atienden 100 días y de ese período de tiempo, apenas 20 son totalmente pagados por el seguro y los 80 restantes tienen un copago de 133,5 dólares por día.
“La mayoría del pueblo no está en condiciones de pagar eso”, enfatizó el parlamentario, agregando que a esa cifra faltaría agregar los gastos por medicina, que tampoco están incluidas en el referido pago. “Con todo lo deficiente que pueda ser nuestro seguro social, es una maravilla frente al programa de salud de Obama”, justificó.
NEGOCIO REDONDO
A juicio del diputado del Parlatino, Obama concretará un gran negocio con las compañías farmacéuticas y las aseguradoras si se llega a implementar una nueva ley propuesta para entrar en vigencia a partir del primero de enero de 2014, mediante la cual se exigirá a todas las personas en Estados Unidos que estén aseguradas.
Parece sencillo y hasta cierto punto favorecedor: Ni el Estado ni las empresas impondrán sus criterios,
simplemente las ciudadanas y los ciudadanos tendrán que buscar la cotización que más les favorezca, y quienes incumplan esa normativa podrán ser perseguidos y castigados, expuso.
No obstante, sostiene que como la mayoría del pueblo no tiene la posibilidad de pagar una aseguradora, obviamente va a estar fuera de la ley y, con esto, serán muchas las personas que podrán perder otros derechos como estudiar en la universidad.
Sobre este aspecto, refiere Wimmer, se ha presentado una disputa entre republicanos demócratas. “Los republicanos rechazan totalmente esa propuesta, porque con el Obamacare las empresas con más de 50 trabajadores tienen que hacer un contrato de atención médica con las empresas aseguradoras, que no necesariamente incluye hospitalización y cirugía”, aseveró.
INFLUENCIA EN LATINOAMÉRICA
La crisis en EEUU no es netamente nacional, pues también tiene influencia global, expresó el diputado Carolus Wimmer. En América Latina, refirió, países como Colombia, México y algunas naciones centroamericanas que tienen intereses comunes y lazos estrechos con Estados Unidos podrán sentir los efectos.
Sin embargo, avizoró que los mismos no provocarán mayor desequilibrio en la región porque desde hace más de 10 años se ha venido trabajando con una visión soberana e independiente que nos concede otras posibilidades.
“Se creó una estructura nueva como la Unasur, Celac, Mercosur, el ALBA; es decir, un mundo multipolar, y puede que la crisis nos afecte al principio, pero no podrá llegar a tanto”, mencionó.
Anteriormente, precisó el parlamentario, “como Estados Unidos era casi el único cliente que teníamos, éramos totalmente dependientes. Ahora se reforzaron los convenios con China y la India en materia de exportación petrolera y eso nos amplía las fronteras”.
En opinión de Wimmer, la crisis debe crear mayor conciencia en el continente suramericano, “no en un sentido antiestadounidense, pero si en una forma antiimperialista que implica mayor unidad latinoamericana y del Caribe”.
Fuente: Correo del Orinoco
T/ Héctor Escalante
F/ Roberto Gil