viernes, 15 de agosto de 2008

AMNESIA YANQUI



EL CÁUCASO Y LA MALA MEMORIA DE WASHINGTON
Enviado el Jueves, 14 agosto a las 15:03:08

Las críticas de Washington y Londres a la operación de paz lanzada por Rusia en el conflicto de Osetia del Sur parecen demostrar la mala memoria de la Casa Blanca, tras su agresión unilateral a Iraq, en 2003.

Acaso no fueron Estados Unidos y Gran Bretaña los países que participaron en la invasión de la referida nación del Golfo Pérsico y los que bloquearon un cese al fuego en medio de la agresión israelí contra el Líbano, en 2006, se pregunta el diario The Guardian.

La publicación destaca la hipocresía de líderes norteamericanos y británicos al fustigar la operación de pacificación efectuada por Moscú, después que las tropas georgianas atacaron a Osetia del Sur, la cual proclamó su independencia en 1992, que dio paso a un conflicto.

Tiflis justificó la acción bélica contra la república separatista, cuyo control nunca ejerció desde la desintegración de la Unión Soviética, con la necesidad de restablecer el "orden constitucional", según la versión oficial.

Pero los ataques de hace una semana tuvieron como blanco la población civil y los pacificadores rusos, presentes en la región, bajo mandato de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) y de Naciones Unidas desde 1994, luego de pactarse un amnistisio.

El presidente georgiano, Mijail Saakashvili, lanzó la operación tras reconocer la proclamación unilateral de independencia de Kosovo, rechazada por Rusia, y de anular toda posibilidad de reconocer ese mismo derecho para surosetas y abjasios.

Saakashvili, reelegido en enero pasado en medio de denuncias de fraude masivo en unos comicios que debieron ser adelantados, como consecuencia de su brutal represión a los opositores en noviembre pasado, era acusado cada vez más de político autoritario.

El ex ejecutivo de una empresa estadounidense, cuyo gobierno pagó servicios de cabildeo por unos 900 mil dólares a Randy Scheunemann, asesor del candidato presidencial republicano John McCain, apostó por el uso de la fuerza para resolver el asunto suroseta.

Con ello, el mandatario georgiano puso a prueba un ejército, equipado y entrenado desde principios de este siglo por el Pentágono, para atacar a las repúblicas rebeldes, en medio de sus demandas de ingresar a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Para el rotativo británico, al frenar las acciones georgianas contra Osetia del Sur y su contingente de pacificación, Moscú pareció poner coto a la expansión estadounidense y aliados de la OTAN en la región, donde intenta afianzar su presencia militar y económica.

Al mismo tiempo, todo apunta a que el Kremlin prepara el terreno para una definición del estatus internacional de Osetia del Sur y Abjasia, ambas opuestas desde la misma desintegración de la Unión Soviética a quedar bajo jurisdicción de Georgia.

Por otro lado, el conflicto en el Cáucaso pone en peligro los planes de Occidente, sobre todo de Washington, de garantizar un corredor en el sur para acceder a los recursos petroleros y gasíferos de la zona, además de una penetración en Asia Central.

Las compañías norteamericanas Chevron y ExxonMobil, así como la británica BP apostaron e invirtieron millones para convertir a Georgia en corredor seguro para el bombeo a Europa de los citados recursos, destaca por su lado el semanario alemán Der Spiegel.

El flujo de inversiones, que ayudó a mantener una imagen aceptable de Saakashvili en el plano interno, podría pararse con la contienda, en la cual, aunque intentó presentar un elemento de unidad, deberá explicar aún las causas de un rotundo fracaso militar ante Rusia.

Para el diario ruso Komersant, Occidente podría aplicar sanciones contra Rusia e impedirle el ingreso a la Organización Mundial del Comercio, para lo cual deberá esperar por la aprobación de Tiflis.

A su vez, el conflicto en Osetia del Sur aumenta el escepticismo de quienes consideran poco conveniente el ingreso a la OTAN de un país con diferendos territoriales pendientes y por demás complejos.

De haber sido Georgia un miembro pleno de la OTAN, el conflicto habría escalado a otras dimensiones, consideran articulistas de The Guardian.

Washington en todo momento respaldó la entrada de Georgia a la alianza atlántica, pero con la acción contra la república separatista Tiflis puso en dudas esa posibilidad, aunque algunas naciones europeas como Polonia abogan por acelerar su aceptación en el bloque militar.

Asimismo, la Casa Blanca pareció olvidar que apenas en febrero último respaldó la soberanía de Kosovo, mientras Moscú advertía que ello creaba precedentes peligrosos a escala regional y mundial.

El Kremlin, por su lado, ya rechazó los intentos de la Unión Europea de aprobar el envío de una fuerza de paz al Cáucaso, donde está emplazado el contingente de pacificación ruso, con tropas de la de la CEI, desde mediados de la década de 1990.

La mala memoria de Washington pare respaldar a ultranza las acciones del gobierno georgiano en Osetia del Sur parece haberle jugado una mala pasada a sus objetivos de expansión geopolítica en el Cáucaso.

Moscú, 14 de agosto 2008
Prensa Latina