viernes, 7 de diciembre de 2012

“Solo un ideal fuerte, como el comunismo, podrá salvarnos”



El filósofo italiano Gianni Vattimo presenta 'Comunismo hermenéutico, de Heidegger a Marx' El libro está escrito a cuatro manos con Santiago Zabala 

Frances Arroyo, Barcelona 5 dic 2012

















Una defensa del comunismo leninista parece un anacronismo. Quien la aborda es el pensador italiano Gianni Vattimo (Turín, 1936), filósofo y eurodiputado, creador de la expresiónpensamiento débil y su máximo representante. Lo hace en su último libro, Comunismo hermenéutico, de Heidegger a Marx (Editorial Herder), escrito conjuntamente con el profesor Santiago Zabala.
Pregunta. Sostiene que no pocos filósofos actúan hoy como lacayos del capitalismo.
Respuesta. Bueno, servidores. En realidad hay una relación recíproca entre los filósofos llamados metafísicos y la estructuras de la sociedad autoritaria. Lo que critico especialmente es el cientificismo, el sometimiento a la ciencia. No es que no me guste la ciencia, lo que no me gusta es su pretensión de describir exactamente lo que pasa. En la economía, por ejemplo. Lo que está pasando en Italia, en Europa, se basa en una concepción de la ciencia económica bastante autoritaria. Se prescinde de los políticos porque tienen ideas diferentes y se deja a los técnicos, que se supone que son neutrales. Pero esa pretensión de neutralidad es una defensa del poder establecido. A nosotros, los hermenéuticos, nos dicen que seamos más realistas. Pero la realidad no habla por sí misma. La realidad es descrita por alguien y sabemos que se llega a ella con esquemas a priori. Esto viene de antiguo: Platón, las ideas, las esencias. Hasta Husserl. Marx decía que los filósofos habían intentado comprender el mundo, pero que el asunto era cambiarlo. Yo creo que los filósofos han pretendido determinar el mundo y que se trata de interpretarlo. Para cambiar el mundo hay que tomar conciencia de que todas nuestras formas de describirlo son interpretativas. Esto nos protege de los técnicos.
P. En España eso de que solo hay una forma de hacer las cosas no lo dicen los técnicos, lo dice el presidente del Gobierno.
R. En Italia se da una gran anomalía. El gobierno no está formado por políticos electos sino por técnicos llamados por el presidente de la República para salvar la economía. De momento no la están salvando. Esta pretensión de neutralidad es muy peligrosa. Las decisiones son dictadas por un saber que no es objetivo. Los economistas han cometido muchos errores. Tienen tendencia a salvar el orden establecido a cualquier precio. Ahí está el apoyo del gobierno a los bancos. No es seguro que la salud de los bancos sea lo mismo que la salud de los ciudadanos. Esto perjudica sobre todo a los débiles. De ahí que insista en que la alternativa se da en los márgenes de la sociedad, los débiles. El pensamiento débil es un pensamiento de los débiles.
P. Si no hay interpretaciones predominantes, ¿por qué ha de serlo la de los débiles?
R. Eso es como preguntar por qué hay que estar a favor de la caridad y no de la verdad. Quizás porque pensamos en el otro. Y no necesito saber ni qué es la caridad ni qué es el otro. Basta con saber que me interesa. Además, los débiles son más y yo soy débil. El cambio lo impulsan los que no están bien: los pobres, los oprimidos. El cambio no tiene por qué ser mejor, pero el mantenimiento de lo que hay implica una clausura del futuro. Hay una motivación ontológico-cristiana: por un lado, los oprimidos intentando cambiar las cosas; por el otro, el hecho de que los débiles son más. Eso es la democracia.
P. Un líder de la izquierda ha dicho que no quiere caridad ni solidaridad sino justicia social.
R. La idea de justicia es problemática. Creo menos en la justicia que en la lucha de clases. Es difícil decidir lo que es justo porque siempre hay intereses, implicaciones personales. Imagino una sociedad de intérpretes como llena de diálogos, conversaciones, para sobrevivir. Hay que aceptar que soy una parte de ese diálogo, de lo contrario sería Dios. Decimos que hemos encontrado la verdad cuando nos hemos puesto de acuerdo, no es que nos pongamos de acuerdo porque hemos encontrado la verdad. Eso significa que la paz social se basa en la negociación, no en la lucha armada.
R. Usted toma la frase de Heidegger “sólo Dios puede salvarnos” y cambia Dios por “el comunismo”.
R. Decir, como Heidegger, que solo Dios puede salvarnos es una manifestación de desesperación. Sólo queda ir a Lourdes. Que sólo el comunismo puede salvarnos significa que no tenemos ya un ideal político que nos lleve a las urnas. ¿Por qué se va a votar? ¿Para salvar el libre mercado? No sé si alguien decide salir de casa en un día de lluvia para votar y salvar el libre mercado. Por eso lo del comunismo: solo un ideal fuerte, en el sentido igualitario, democrático, es un ideal posible. Comunismo en el sentido de Lenin, es decir, electrificación y soviets. O sea: desarrollo y asambleas lo más democráticas posibles. El mercado libre no puede ser un ideal. Quizás el desarrollo, pero ¿qué desarrollo?: ¿el que pide los sacrificios que pide el gobierno? Lo justifican con el desarrollo, pero nos matan con esto. El comunismo tiene mala prensa, pero vivimos en una sociedad donde crece la abstención, la gente no cree en los políticos, ¿qué se puede proponer? La izquierda se contentó con pequeñas reformas. Yo propongo una oposición fuerte que limite la fuerza de la derecha. Los partidos socialistas se han acostumbrado a ser fuerzas de gobierno y eso los mata. Pierden su electorado al comprometerse con los poderosos.
P. Ejemplos positivos de ese comunismo: Chaves y Evo Morales y, con algunas dudas, Fidel Castro.
R. Es una elección a conciencia. Chaves y Morales han creado un nuevo mercado, un nuevo sistema, que es una alternancia. Algo muy diferente a lo que hay en Occidente. Venezuela y Bolivia respetan las elecciones democráticas, crecen por encima de Europa y Estados Unidos y suponen un apoyo a las gentes que quieren un cambio en un sistema neoliberal que a nadie gusta. Hay un cambio posible. Elegir el comunismo es una consecuencia de no seguir el camino de la ciencia. Hoy la ciencia se ha convertido en un factor de mantenimiento del poder. Hay más medicamentos para combatir la obesidad que para combatir la malaria, porque la malaria es una enfermedad de los pueblos pobres.

...Hoy el único espacio todavía no controlado es la calle...Nubes en el horizonte neoliberal



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La esperanza está en las calles, en la movilización organizada de todos los que, con la mirada en las nubes, son capaces de evitar la borrasca a fin de transformar la esperanza en proyectos viables.por Frei Betto / ALAI

Miércoles, 05 de Diciembre de 2012 14:47


Hoy el único espacio todavía no controlado es la calle. E incluso se está dando una creciente criminalización de las manifestaciones populares. La tv exhibe todos los días multitudes inconformes reprimidas violentamente por la policía.
Pasé un agradable fin de semana de noviembre en compañía de Buenaventura de Sousa Santos y de otros amigos. En su fecunda reflexión el cientista social portugués señaló las cargadas nubes que pesan sobre la coyuntura mundial.
 
Hay una flagrante desconstrucción de la democracia. Desde el siglo 16 Europa tiene su historia manchada de sangre, debido a la incidencia de guerras. En los últimos 50 años, sin embargo, creyó haber conquistado la paz estable debido a la democracia fundada sobre los derechos económicos y sociales.
 
De hecho tales conquistas funcionaron como antídoto a la amenaza representada por el socialismo que se extendía por la mitad del este del continente europeo. Con la caída del muro de Berlín el capitalismo rompió la fantasía y mostró su cara diabólica (etimológicamente, disgregadora).
 
Los derechos sociales pasaron a ser eliminados, y los países antes administrados por políticos democráticamente elegidos pasaron a ser gobernados ahora por la troika FMI-BCE (Banco Central Europeo)-agencias de riesgo estadounidenses.
 
Ningún dirigente de esas instituciones fue elegido democráticamente. ¿Y qué credibilidad pueden tener las agencias de riesgo si en la víspera de la quiebra del banco Lehman Brothers, el 15 de setiembre del 2008, las agencias atribuyeron a sus papeles la nota más alta: triple A?
 
Hoy el único espacio todavía no controlado es la calle. E incluso se está dando una creciente criminalización de las manifestaciones populares. La tv exhibe todos los días multitudes inconformes reprimidas violentamente por la policía.
 
El pueblo de ambos lados del Mediterráneo protesta. Pero las movilizaciones tienen un efecto limitado. La indignación no acaba en propuestas. El grito no se transforma en proyecto. Wall Street (la calle del muro) es ocupada pero no derribada, como pasó con el muro de Berlín. No se ven en el horizonte “otros mundos posibles”.
 
El bienestar que se trata de asegurar hoy es el del mercado financiero. El Estado dejó de ser financiado solamente por los impuestos pagados por empresas y ciudadanos. Antes los más ricos pagaban más impuestos (en los países nórdicos todavía hoy llegan al 75 % de las ganancias), de modo que se distribuía la riqueza a través de los servicios ofrecidos por el Estado a la población.
 
A partir del momento en que la élite comenzó a exigir un Estado mínimo y pagar cada vez menos impuestos (como lo hemos visto propuesto en la campaña presidencial de los EE.UU.), los Estados empezaron a ver aumentadas sus deudas y se apoyaron en los bancos, que, hartos de liquidez, prestaban a intereses reducidos. De tal modo muchos países se convirtieron en rehenes de los bancos.
 
Un caso típico es la relación de Alemania con sus pares de la Unión Europea. Los bancos alemanes prestaron dinero a España, para que ésta adquiriese productos alemanes. Ahora Alemania es acreedora de la mitad de Europa.
 
Eso propaga una nueva oleada de antigermanismo en el continente europeo. En el siglo 20 dos veces intentó Alemania dominar Europa, lo que terminó en dos grandes guerras, en las cuales fue derrotada. Ahora, sin embargo, ella amenaza conseguirlo por medio de la guerra económica. Y una vez más la piedra en el zapato es la Francia de Hollande que, contrariando todas las expectativas, escapó este año de la marea recesiva que asola a Europa.
Los países de América Latina y de África resisten la crisis a través de la explotación y exportación de la naturaleza –minería, productos agrícolas, combustibles fósiles, etc. Sin embargo quien fija el precio de los bienes son los EE.UU., China y Europa. Cada vez pagan menos dinero por un mayor volumen de mercancías. El mercado futuro ya fijó los precios de las cosechas ¡para el año 2016! Tal especulación hizo subir, en los últimos años, el número de hambrientos crónicos, ¡de 800 a 1.200 millones!
 
Aumenta amenazadoramente el precio de mercado de los dos principales bienes de la naturaleza: la tierra y el agua. Las empresas transnacionales invierten sumas enormes en la compra de tierra y en los veneros de agua potable en América Latina, Asia y África. Nuestros países se desnacionalizan por la desapropiación de nuestros territorios. Es un acaparamiento desenfrenado. Lo curioso es que las tierras son adquiridas con los habitantes que se encuentran en ellas… como que fueran parte del paisaje.
 
Hay una progresiva desmaterialización del trabajo. La actividad humana cede el lugar a la robotización. En los sectores en que no hay robotización campean la tercerización y el trabajo esclavo, como la mano de obra boliviana y asiática usada en las maquilas brasileñas.
 
 Ya no se da distinción entre trabajo pagado y no pagado. ¿Quién paga el trabajo que usted hace vía equipamientos electrónicos al dejar el lugar físico en que está empleado?
Antes se luchaba por la remuneración de horas extras y del tiempo empleado entre el local de trabajo y la vivienda. Hoy, mediante el ordenador, el trabajo invade el hogar y ahoga el espacio familiar. La relación de las personas con la máquina tiende a eliminar el contacto con los compañeros. Lo real cede el lugar a lo virtual. Se suprime la frontera entre domicilio y trabajo.
 
El conocimiento está mercantilizado. En las universidades tiene importancia la investigación capaz de producir patentes con valor comercial. El conocimiento es valorado por su valor de mercado, como sucede en las áreas de biología e ingeniería genética. El profesor encerrado en su laboratorio no está preocupado por el avance de la ciencia sino por su cuenta bancaria, que debe ser aumentada por la empresa que le encarga la investigación.
 
Esa mercantilización del conocimiento reduce, en las universidades, los departamentos considerados no productivos, como los de las ciencias humanas. De ese modo se decreta el fin del pensamiento crítico. Y de paso el fin del conocimiento científico inventivo, el que nace de la curiosidad por desvelar los misterios de la naturaleza, y no de su manipulación lucrativa, como es el caso de los transgénicos.
 
La esperanza está en las calles, en la movilización organizada de todos los que, con la mirada en las nubes, son capaces de evitar la borrasca a fin de transformar la esperanza en proyectos viables.
 
Frei Betto es escritor, autor de “Conversación sobre la fe y la ciencia”,
junto con Marcelo Gleiser. 
www.freibetto.org   twitter:@freibet
to.

Muere Óscar Niemeyer, comunista y padre de la arquitectura moderna



Posted by  on Jueves, diciembre 6, 2012 · La República



El arquitecto brasileño Óscar Niemeyer ha fallecido este miércoles a los 104 años de edad, según fuentes hospitalarias. El célebre arquitecto, quien permanecía ingresado desde el pasado 2 de noviembre en el Hospital Samaritano de Río de Janeiro, murió a las 21.55 horas local (0:55 hora española), precisó una portavoz del centro médico.
La salud de Niemeyer, considerado el padre de la arquitectura brasileña moderna, se había agravado considerablemente en las últimas horas y permanecía sedado y con respiración asistida, según el último parte médico.
El doctor que atendía a Niemeyer, Fernando Gjorup, certificó que el cuadro clínico del paciente se había complicado con una infección respiratoria. Creador de los principales edificios públicos de Brasilia, Niemeyer fue ingresado en el Hospital Samaritano hace 33 días debido a dificultades para alimentarse e ingerir líquidos, pero su estado se agravó paulatinamente condos hemorragias digestivas y una insuficiencia renal que forzó a someterlo a hemodiálisis.

Niemeyer, obra y retrato de un genio del siglo XX

  1. Brasilia

    El edificio del Congreso Nacional, en Brasilia, obra de Niemeyer, que se inauguró en 1960 concebido como un proyecto de ciudad ideal. La transformación arquitectónica buscaba impulsar Brasil a través de la construcción de una moderna capital en el interior del país. - Eraldo Peres (AP)

  1. El centro cultural internacional de Avilés, España. - Luis Davilla (Cover/Getty Images)