martes, 7 de mayo de 2013

NUEVA BASE MILITAR DE ESTADOS UNIDOS EN CHILE ES AMENAZA PARA LA SOBERANÍA



 

EL SOUTHCOM CONSTRUYÓ ESA BASE 

Chile, la patria de O´Higgins, Mistral, Neruda, Allende y cien más, va camino de convertirse en aliado incondicional del imperio en América del Sur. El Comando Sur de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, (SOUTHCOM), a un costo superior a los 500 mil dólares construyó el Fuerte Aguayo, el que fue inaugurado el pasado jueves 5 de abril, por el embajador de Estados Unidos, Alejandro Wolff, y representantes de las Fuerzas Armadas de Chile.

Dijeron que el Fuerte Aguayo de Concón, es una nueva instalación de entrenamiento militar. La solemne ceremonia se realizó durante el desarrollo del ejercicio anual “PKO Américas”, que reúne a “fuerzas de paz” de 12 países del hemisferio, pero en realidad ese Fuerte es una nueva base militar de Estados Unidos para, desde Chile, amenazar la paz y soberanía de nuestras patrias. 

La nueva instalación militar ha asido diseñada para entrenar a las fuerzas represivas del Continente en acciones de “guerra urbana” de conformidad con las doctrinas contrainsurgentes de la Casa Blanca, ejecutadas por la CIA y el Pentágono. Esta Base simula una zona urbana integrada con 8 modelos de edificios que sirven para “ejecutar operaciones de mantención de la paz o de estabilidad civil”, según indica la misma Embajada de Estados Unidos.

Las novísimas construcciones militares demuestran la existencia de las estrechas relaciones militares entre Chile y Estados Unidos que han ido consolidándose durante el gobierno de las derechas herederas del pinochetismo. Desde Chile se informó que en septiembre de 2011, el Ministerio de Defensa de Chile firmó un acuerdo de cooperación con el general Douglas Frazer, comandante de SOUTHCOM. En su oportunidad, Frazer propuso la creación de “protocolos” para apoyar a países afectados por desastres naturales, proporcionándoles asistencia militar, pero esa fue una tapadera del verdadero objetivo del Fuerte Aguayo: entrenamiento a las fuerzas policiales y militares para reprimir a las organizaciones populares con el uso de los métodos más sofisticados, modernos y de elevada tecnología. 

Pese al cerco informativo impuesto por Piñera, el pueblo ya conoció de esta barbaridad que viola la soberanía, tanto que diputados chilenos de diversa tendencia ideológica, rechazaron la iniciativa por considerarla de injerencia y porque allí se brindará entrenamiento militar a policías chilenos. "Está ayudando al entrenamiento de otras fuerzas, no simplemente las chilenas", reveló Alejandro Wolff, representante de Washington

La cuestión no se queda sólo en el Fuerte Aguayo de Concón sino que va más allá de toda cooperación. Recuérdese que la visita de Obama a Chile fue aprovechada para la firma de un tratado de cooperación con la Agencia Nacional para el Manejo de Emergencias (FEMA), materializada en marzo del 2011. “La agencia estadounidense está preparada para actuar en escenarios de “emergencia nacional” que conllevan a la instauración de un estado de excepción y la suspensión de garantías constitucionales. En enero de 2012, luego de decretar zona de catástrofe a Torres del Paine, Piñera solicitó la asistencia de FEMA para controlar la evolución de los incendios.

Dirigentes políticos y líderes sociales señalaron que “los protocolos de “asistencia humanitaria” que provienen de Estados Unidos no han estado exentos de críticas, sobre todo por su actuación en Haití. Ramas del Comando Sur también incluyen el Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación en Seguridad, ex Escuela de las Américas. Considerando que por ella transitaron personajes como el dictador panameño, Manuel Noriega, el dictador boliviano, Hugo Banzer, y el ex jefe de la DINA de Augusto Pinochet, Manuel Contreras, cabe preguntarse qué intenciones posee Estados Unidos para financiar bases de entrenamiento en nuestro país, dijeron.

El periodista Armando Romero denunciaba que el Ministro de Defensa de Chile, Andrés Allamand “se está graduando con honores en la carrera del terrorismo de Estado. Lo que soñara en su juventud, cuando participaba de atentados terroristas, junto a su amigo y ex Ministro de Defensa Francisco Vidal […] en el tristemente recordado comando Rolando Matus. 

Para el analista Romero no existe duda del carácter represivo e injerencista de Estados Unidos. Así, la participación de Fuerzas Especiales de Carabineros, en el ejercicio anual de los cascos azules de la ONU (Peacekeeping Operations Americas), en el Fuerte Aguayo de Concón, la intervención de la Escuela de las Américas (School of the Americas), significa una nueva etapa de penetración en la región que se incrementa con Piñera que permitió la realización del Consejo Militar es este año, en el que tuvo destacada actuación Stephen Johnson, director del Área de Latinoamérica del Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos de Estados Unidos, notable agencia de la penetración imperial caracterizada por sus labores desestabilizadoras de gobiernos “peligrosos” o “indeseables” para los intereses de Washington. 

En ese Consejo Militar, el Comandante en Jefe del Ejército de Chile, Juan Miguel Fuente-Alba señaló sin ambages la necesidad de un análisis “relacionado con los eventuales roles que podrían asumir las Fuerzas Armadas y el Ejército en particular, dados los complejos y actuales escenarios que se generan en el ámbito de la seguridad, al momento de preservar los valores, intereses y bienes que la propia sociedad busca cautelar”. En otras palabras, los militares chilenos están y estarán en guerra con los mismos parámetros del fascismo pinochetista. 

Como para no dejar dudas, afirmó: “podrían surgir nuevas responsabilidades que deberían estar claramente identificadas, comprendidas e implementadas por el Ejército”. Esto es las supuestas responsabilidades relacionadas con situaciones de catástrofe “o frente a las llamadas nuevas amenazas”. Más claro no canta un gallo.
Es más, con total cinismo Estados Unidos, ha utilizado a las Naciones Unidas para justificar la instalación del Fuerte Aguayo para entrenar a los Carabineros chilenos y policías de otros países en el “arte” de reprimir la protesta social y la lucha por la soberanía que se desarrolla en Chile y en Latinoamérica. 
“La Democracia en América Latina tiembla cada vez que las fuerzas armadas hablan de protegerla” 

Romero sostenía que un grupo del Observatorio de la SOA visitó al Ministro de Defensa, Andrés Allamand, sosteniendo una reunión de coordinación de los acuerdos de cooperación. Los planes de la represión interna (que es la única acción real, concreta, que los uniformados armados han hecho en el país) vuelven a hacer ruido. Buscan incorporar al Ejército en la represión ciudadana… Con el General Fuente-Alba a la cabeza del Ejército, se ha ido desarrollando su doctrina represiva: "Sabemos que la esencia de nuestra tarea es y debe seguir siendo la defensa de la integridad territorial. No obstante, podrían surgir nuevas responsabilidades que deberían estar claramente identificadas, comprendidas e implementadas por el Ejército", recalcó la máxima autoridad del Ejército. 

Recuerda que fue sobreseído, por la Justicia Militar, de las acusaciones por su participación en la Caravana de la Muerte […] y nombrado, pese a todo por el gobierno Bachelet. Sus comentarios no son para dejarlos pasar. Un militar que se siente depositarios del legado de Pinochet y que promueve el cierre de los juicios a los criminales de la dictadura. 

Por su parte, los Carabineros sienten su incapacidad ante las derrotas “militares” en Puerto Aysén y Coihaique a manos de la gente más humilde. Esos hechos, sin lugar a dudas, mermaron la moral de la tropa. “Por mucho que les dan apoyo masivo en financiamiento y con impunidad que avergüenza y quieren salir del protagonismo que les cuesta el desprecio de la sociedad civil. Una policía militarizada que está sirviendo de modelo, en las fuerzas de ocupación de las llamadas Fuerzas de Paz de las Naciones Unidas, decía Romero. 

El periódico digital especializado en Derechos Humanos, producido por el Cofadeh, Defensores en Línea, informaba que el pueblo chileno rechaza la base militar de Estados Unidos instalada en el Fuerte Aguayo de Concón. Decía que Asociaciones de Familiares de asesinados políticos, defensores de derechos humanos y organizaciones religiosas condenaron la instalación de bases militares estadounidenses en Chile que cuenta con la aprobación del presidente Sebastián Piñera.
Las organizaciones demandantes señalaron que Estados Unidos no tiene autoridad moral para hablar de operaciones de paz, utilizando instrumentos de guerra y bases de entrenamiento de efectivos militares chilenos y latinoamericanos. A continuación el pronunciamiento emitido recientemente:

1- Las organizaciones abajo firmantes rechazamos categóricamente que en nuestro país, con autorización del gobierno de Sebastián Piñera, se haya instalado en el Fuerte Aguayo, en Concón, una base militar de los Estados Unidos.
2- Este Centro de Entrenamiento “imita una zona urbana, con 8 modelos de edificios, fue construido con un aporte de casi 500 mil dólares proporcionados por el Comando Sur de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos” y es para “ejecutar operaciones de mantención de la paz o de estabilidad civil”, según indica la misma Embajada de Estados Unidos.
3- Esta base militar de EEUU viola nuestra soberanía al permitir operar a fuerzas militares de otra nación en nuestro territorio.
4- Este acuerdo insiste en la lógica que las Fuerzas Armadas deben intervenir en conflictos sociales o “estabilidad civil” lo que renueva la práctica de la Doctrina de la Seguridad Nacional que potencia la creencia que existe un “enemigo interno” que las Fuerzas Armadas deben combatir.
5- Por tal razón rechazamos categóricamente este entrenamiento para los soldados de América Latina y de Chile. La democracia se defiende con democracia, con cooperación, y no con la punta de un fusil como insistentemente Estados Unidos promueve.
6- Rechazamos este entrenamiento además porque Estados Unidos no tiene calidad moral para enseñar “operaciones de paz” cuando ha promovido golpes de Estado, financiado operaciones de desestabilización a países hermanos, y promovido la guerra en el mundo. No olvidamos que el 2009 se utilizó la Base Soto Cano en Honduras, con personal militar de Estados Unidos, para concretar el golpe de Estado al Presidente Manuel Zelaya.
7- Estados Unidos es responsable del golpe de Estado en Chile y del entrenamiento de los peores violadores de los derechos humanos de nuestro país los que fueron “educados” en la tristemente recordada Escuela de las Américas. No olvidamos, no perdonamos a los que financiaron, armaron, prepararon, a los asesinos de nuestro pueblo.
8- Por todo lo anterior, exigimos a las autoridades el fin inmediato de esta base militar de Estados Unidos de nuestro territorio y el retiro de su personal ahora. 

Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos Santiago
Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos Valparaíso
Agrupación de Familiares Ejecutados Políticos Talca
Observadores por el Cierre de la Escuela de las Américas
Comunidad Ecuménica Martín Luther King
Comisión Ética Contra la Tortura 

La verdad es que el Fuerte Aguayo se ha constituido en una verdadera base militar yanqui y lo lamentable es que la Organización de Naciones Unidas haya permitido que se use su nombre y menguado prestigio para encubrir la verdadera naturaleza de la penetración estadounidense con el pretexto de un supuesto ejercicio de cooperación entre fuerzas militares del hemisferio, como parte del programa de entrenamiento de los cascos azules. 

El secretismo que rodeó las construcciones en el Fuerte Aguayo y los acuerdos suscritos entre Obama y Piñera, al quedar descubiertos, provocaron el surgimiento de una serie de denuncias encaminadas a repudiar las estrechas relaciones entre el imperio y las Fuerzas Armadas chilenas, el evidente sometimiento del gobierno empresarial piñerista a los dictados de la Casa Blanca y la violación de la soberanía de Chile. 

Por ejemplo se sostuvo: “Luego de la última visita de Barak Obama el 21 de marzo del 2011, donde se firmaron una serie de acuerdos comerciales pero también militares, donde quedaron "agendadas" una serie de actividades de cooperación entre las fuerzas armadas de ambos países. Cosa que viene a reafirmar un estrecho lazo entre Chile y Estados Unidos en cuanto a cooperaciones militares y de inteligencia como el del abril del 2010 en el acuerdo de la FEMA . Lo que suma, luego de la visita de Obama, a nuevos acuerdos. Uno de estos tuvo lugar el día 2 de septiembre del 2011 cuando el Subsecretario de Defensa chileno Oscar Izurieta firmó un acuerdo con el Comando Sur de los EEUU al mando del General Douglas Frazer. Esto con la excusa de acuerdos de cooperación para las Fuerzas de Paz, con la experiencia previa de la participación de Chile en Haití. 

Aunque la verdad estos acuerdos más bien están enmarcados dentro del contexto mundial de un despertar y malestar que provoca las secuelas del modelo económico-político-social a nivel mundial del Capitalismo y el desprestigio (generalizado) de la “democracia representativa occidental” En este contexto se han desarrollado diversos acuerdos que incluyen entrenamientos y protocolos que se basan en neutralizar “amenazas internas” que tienen actualmente diferente países del continente.

Así llegó el 5 de abril de 2012 el cual fue un día especial para las relaciones militares entre Chile y EEUU 

El embajador de Estados Unidos en Chile, Alejandro Wolff, junto al comandante del Cuerpo de Infantería de Marina, contralmirante Marco Amigo, y al general Leonardo Martínez, director de operaciones internacionales del Estado Mayor Conjunto, dieron por inaugurado el centro de entrenamiento para personal de operaciones de paz en zonas urbanas, construido recientemente en el Fuerte Aguayo de Concón V Región.

Todo esto estaría dentro de la Planificación del PKO Chile 2012 que es un programa de entrenamiento de “Líderes jóvenes” de varios países para “Operaciones de paz en América”. Así grupos de militares de 12 países se dieron cita en Chile para este entrenamiento militar-urbano. Llamativo, por decir lo menos, que la mayoría de las tácticas enseñadas y que pudieron ser apreciadas tenían que ver con control de población civil. Los “enemigos” eran jóvenes con pañoletas, de jeans o buzo, los cuales eran los "objetivos" a neutralizar. 

No es difícil especular entonces, ante la evidencia, que el entrenamiento tiene más que ver con "enemigos internos" al juzgar por el tipo de entrenamiento y los "objetivos civiles" que más se parecen a los típicos manifestantes de las protestas sociales de los distintos países. En el caso chileno, tienen que ver las protestas del último tiempo, las cuales, no cabe duda, que se han convertido en un gran problema político para el gobierno y este tipo de entrenamiento deja una plausible suspicacia de que, lejos del "altruista" trabajo que se "supone" desarrollan los cascos azules de la ONU, este tipo de entrenamiento parece más bien enfocado en manejar los conflictos sociales internos de los países participantes”. 

Otras denuncias hablan que el tal centro de entrenamiento militar y policial financiado por Estados Unidos en la Región de Valparaíso que alberga al destacamento de Infantería de Marina No. 2 “Miller”, será utilizada para preparar a “personal encargado de ejecutar operaciones de mantención de la paz o de estabilidad civil en zonas urbanas”, según informó la embajada estadounidense en Chile.

La instalación del nuevo complejo no sólo ha generado rechazo, sino que ha causado conmociones políticas diversas.. Por ejemplo el diputado Rodrigo González (PPD) de Viña del Mar, calificó la construcción del recinto militar en Concón como “una forma encubierta de intromisión del Comando Sur.”.
Desde variados sectores políticos de Chile se criticó de que bajo la cubierta de “operaciones de paz” de la ONU, el Fuerte Aguayo pasará a ser administrado indirectamente por Estados Unidos. Según informa la página web del Comando Sur (SOUTHCOM), la instalación militar fue construida con el fin de apoyar las actividades del Centro Conjunto para Operaciones de Paz de Chile (CECOPAC) y la Iniciativa de Operaciones para la Paz Mundial del Departamento de Estado (GPOI).

“GPOI es un programa financiado por el gobierno estadounidense a través de las Peacekeeping Operations (PKO), que se encarga de extender el alcance de las operaciones militares intervencionistas de Naciones Unidas a lo largo del planeta. PKO es manejada a su vez por la Dirección de Asuntos Político-Militares del Departamento de Estado. En su página web, el Departamento de Estado admite que la función de esta dirección es “mantener el acceso global de las fuerzas militares de los Estados Unidos”.

En definitiva, el nuevo centro de Fuerte Aguayo, construido con significativos aportes de Army South (brazo de SOUTHCOM) e inaugurado por el propio embajador de Estados Unidos en Chile, Alejandro Wolff, sólo pretende convertirse en una extensión militar de sus operaciones en Latinoamérica. “Tenemos una relación grandiosa con Army South y esperamos trabajar y entrenar con ellos en operaciones venideras”, expresó el capitán chileno Claudio Zanetti, director de CECOPAC.
En una reciente visita a los cuarteles de Army South en Texas, el nuevo agregado chileno de defensa, Guillermo Porcile Arellano, se reunió con oficiales del ejército norteamericano para “discutir la fuerte asociación entre fuerzas chilenas y fuerzas estadounidenses, y la participación mutua en ejercicios y operaciones pasadas y futuras”.

En septiembre de 2011, el Ministerio de Defensa reforzó las relaciones militares con la firma de un acuerdo de cooperación que permite el despliegue de tropas estadounidenses en suelo chileno, ante la eventualidad de que el ejército nacional se vea “sobrepasado por alguna situación de emergencia” como el terremoto del 27 de febrero de 2010. Tratados similares incluyen el acuerdo suscrito entre el Ministerio del Interior y la Agencia Nacional para el Manejo de Emergencias (FEMA) de Estados Unidos, oficializado en marzo de 2010.

Tácticas y estrategias, armas y tecnologías de punta son las “materias” fundamentales que se dictan en el Fuerte Aguayo en Concón. En otras palabras, se entrena a ejércitos y policías para el desarrollo de Operaciones Militares en Terreno Urbano (MOUT), que simula allanamientos de edificios civiles con armamento militar, según se desprende de sus recientes ejercicios de PKO-A 2012. 

En videos e informes que circulan en la Red, generalmente se pone de manifiesto la violencia de los uniformados en las tareas de represión. Los civiles chilenos que tienen acceso a los videos de entrenamiento informan que: “También encendió los ánimos la apariencia de los civiles que se enfrentan a los uniformados: jóvenes con buzos, jeans, polleras y la tradicional ‘pañoleta palestina’ con que algunos incluso, aparecen encapuchados, recordando los enfrentamientos entre carabineros y manifestantes durante las movilizaciones estudiantiles”.

En los “ejercicios” militares se destacó la participación de las Fuerzas Especiales de Carabineros. Efectivamente, las imágenes más polémicas, difundidas por un video muestran a la Capitán Nathalie Muñoz, entrenando a “estudiantes en tácticas policiales”. De esta manera describe el sitio Dvidshub. Se desprende de esto que Carabineros de Chile sí presta instrucción policial a fuerzas militares para escenarios de “guerra urbana” y “operaciones de paz”.

Ante el surgimiento de movimientos civiles en casi todo el mundo, una de las preocupaciones de ejércitos y policías consiste en el reforzamiento de sus actividades represivas en zonas urbanas. En Estados Unidos se ha puesto de moda el estudio Soldiers in Cities: Military Operations on Urban Terrain (Soldados en ciudades: Operaciones militares en terreno urbano) publicado por el Army War College de Estados Unidos. El autor Michael C. Desch señala que las operaciones MOUT se han posicionado a la “vanguardia de la doctrina y la planificación militar de EEUU”. Estas actividades pueden incluir “operaciones de estabilidad y apoyo (SASO) como intervención humanitaria y operaciones de mantenimiento de la paz, como también operaciones antiterroristas, interdicción de narcóticos y operaciones de evacuación de no combatientes”. Desch reconoce la impopularidad de los operativos militares de “guerra interna”, pero sostiene que ésta será “una misión importante para el ejército estadounidense en el futuro”

Se concluye que “Todo indica que una ocupación militar estadounidense, en el evento de una “emergencia nacional”, podría estar a la vuelta de la esquina en Chile. De ser así, no sería descabellado pensar que los nuevos entrenamientos en el Fuerte Aguayo, impulsados por Estados Unidos, pretenden preparar a personal militar para funciones de guerra urbana y orden público.

El periodista Miguel Ángel Maregatt, en el sitio web Aporrea denunciaba que el Gobierno de Chile autorizó a Estados Unidos para que instale bases militares. Decía que el gobierno de derecha liderado por el empresario Sebastián Piñera, consolida la penetración yanqui en su país, bajo el supuesto de que las instalaciones para ejercicios en el mantenimiento de la paz, son auspiciados por Naciones Unidas y el Comando Sur del Ejército de Estados Unidos.
Maregatt se preguntaba: ¿creerá Piñera y su combo que el pueblo chileno y de otras latitudes de este Continente somos bobos o imbéciles, que el Imperio depredador del norte construyen y aportan grandes cantidades de dólares por nada?

Creo que este hecho nos debe llamar a un profundo análisis y reflexión, el gobierno fascista de Piñera tiene una aceptación del pueblo chileno que fluctúa entre un 25 y un 29% de acuerdo a las últimas encuestas , situación que podríamos darle una lectura que el pueblo no aprobó la gestión y no seguirá la derecha gobernando ¿será que las Fuerza Armada chilena, que siguen en una actitud casi igual que la época de la dictadura se está dejando querer por el imperio para evitar que Chile se sume a la onda progresista del Continente?

Ningún gobierno después de la dictadura dirigida por el demente, genocida y ratero de Pinochet hizo lo que está autorizando este lacayo y subordinado al gobierno yanqui como es la instalación de una Base Militar para hacer ejercicios con los Cascos Azules de la ONU.
Recientemente en la Cumbre de las América, el lacayo de Piñera sale fotografiado al lado de su amo en primer plano, esto denota servilismo y como dicen en el país sureño chupamedias.

Chile, este año se verá envuelto en una cantidad de hechos que pondrán a temblar al gobierno de Piñera, como será la radicalización en los reclamos y peticiones de los estudiantes y de las diferentes organizaciones de trabajadores”.

El Continente debe estar alerta con este nuevo Alvarito Uribe y la Unasur debería investigar a fondo esta nueva Base Militar gringa”. Este problema no compete sólo al pueblo chileno, sino a todos los movimientos sociales, políticos, populares de nuestra América Latina y el Caribe, porque a todos atañe la defensa de nuestras patrias y de la soberanía de nuestros pueblos que rechazan todo tipo de intervencionismo e injerencia de Estados Unidos, porque es una realidad innegable que ese nuevo Fuerte es expresión genuina de la política intervencionista del gobierno estadounidense, que continúa con la labor de zapa de la Escuela de Las Américas. 

De sobra conocen nuestros pueblos que dónde interviene Estados Unidos con sus Embajadas, CIA, Pentágono, Departamento de Estado o con su política expansionista y militarista, siempre habrá peligro de golpes de Estado, de imposición de dictaduras y procesos desestabilizadores para liquidar a los gobiernos “indeseables” que son aquellos que no son sumidos al mandato imperial.




AMENAZA DE MUERTE, DESTRUCCIÓN Y DOMINACIÓN PARA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE CON LA IV FLOTA IMPERIAL


 


La IV Flota de los Estados Unidos 

LA IV FLOTA VOLVIÓ A SUS ACTIVIDADES EN MEDIO DE LA INSURGENCIA DE AMÉRICA LATINA 

Estados Unidos creó la IV Flota en 1943, con el objetivo de combatir a los submarinos de la Alemania nazi que merodeaban por el Atlántico y el Caribe. Terminada la guerra era lógico que fuese desactivada, lo que ocurrió en 1950 cuando sus buques de guerra pasaron a formar parte de la II Flota de Estados Unidos. En la actualidad, después de 58 años, la IV Flota volvió a sus actividades en medio de la insurgencia de los pueblos latinoamericanos y caribeños que constatan el declive omnipotente del imperio en esta parte del mundo, cuando algunos gobiernos progresistas exigen respeto a la soberanía e independencia de sus patrias. Entonces, Estados Unidos, al perder una parte significativa de su poder hegemónico, pretende recuperarlo con la amenaza de guerra, invasión armada, destrucción y muerte. El fin es la dominación neocolonial que será truncada por los pueblos y gobiernos hartos del dictado imperial. 

La IV Flota fue reactivada en el mes de abril de 2008, cuando el Jefe de Operaciones Navales de esa época, el almirante Gary Roughead, anunció el renacimiento de ese aparataje de guerra, para vigilar o intervenir en una zona caracterizada por la carencia de conflictos bélicos. El 12 de julio de ese mismo año se oficializó el restablecimiento de esa flota, durante una ceremonia llevada a cabo en la Estación Naval de Mayport. 

De esa reactivación nunca se informó a los gobiernos de los países de Sudamérica que expresaron preocupación y sorpresa. Fueron los gobiernos de Argentina y Brasil, los que preguntaron al Departamento de Estado de Estados Unidos, cuáles serían las misiones de la flota relanzada. En Venezuela, el presidente Hugo Chávez con sobra de razones expresaba que la IV Flota habría sido relanzada para amedrentar y asustar a los pueblos de América del Sur, al tiempo que prometía que los aviones venezolanos Sukhoi Su-30, recientemente adquiridos a Rusia podrían hundir cualquier nave estadounidense que invadiese aguas venezolanas. Por su parte, el Comandante en Jefe Fidel Castro, advertía que la IV Flota podría provocar nuevos incidentes como los ocurridos entre Ecuador y Colombia, como consecuencia del bombardeo colombiano al suelo ecuatoriano de Angostura ocurrida en marzo del año 2008. 

La IV Flota de Estados Unidos comenzó sus operaciones en julio de 2008 con la misión de vigilar buques, aviones y submarinos que transiten por el Caribe, América Central y América del Sur con el siempre recurrido pretexto de supuestamente “combatir el terrorismo” y “actividades ilícitas” como el narcotráfico. La Casa Blanca informaba que la IV Flota podrá emprender acciones conjuntas con las fuerzas navales de países amigos con los que mantiene intereses comunes: ayuda económica, política y militar con fines de adoctrinamiento, cooperación en la ejecución de planes de contingencia, y la acostumbrada “ayuda humanitaria” con la que penetran las tropas yanquis en nuestras patrias, sin disparar un tiro. 

Esa Flota está encabezada por un poderoso portaaviones nuclear y sus actividades serán coordinadas con el Comando Sur de Estados Unidos en Mayport (Florida). En su primear etapa, las operaciones navales estuvieron bajo responsabilidad del contraalmirante Joseph Kernan, que fue comandante del Comando de Tácticas Especiales de Guerra Naval.

En la actualidad, el Jefe del Comando Sur norteamericano, general John Kelly, sostiene que la Flota cumplirá su deber y servirá para neutralizar la influencia iraní en los países de América Latina antagonistas de Estados Unidos. 

"La realidad sobre el terreno es que Irán se esfuerza por mantener su influencia en la región, y sus intentos por cooperar con un pequeño grupo de países con intereses adversos a Estados Unidos están disminuyendo", agregaba el militar Kelly en una audiencia en el Senado estadounidense.

En los últimos años Irán ha incrementado sus relaciones con Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Argentina “en un intento por tratar de evadir las sanciones internacionales en su contra y atizar los sentimientos antiestadounidenses, pero esta política no obstante ha tenido sólo un éxito marginal, y la región en su conjunto no ha sido receptiva de los esfuerzos iraníes". Sin embargo Kelly recordó que Hezbolá, que cuenta con el apoyo de Teherán, se ha establecido en zonas de América Latina y ha recibido en el pasado colaboración de autoridades venezolanas. 

En ese sentido, y ante los recortes presupuestarios que enfrenta el Pentágono, Kelly advirtió que "limitar la capacidad de inteligencia del Comando Sur podría evitar que se tenga un conocimiento integral de las actividades iraníes y de Hezbolá en la región". Claramente el Jefe del Comando Sur expresa que continuará la injerencia en los países de América del Sur y el Caribe, y para ello servirá la IV Flota que ejecuta maniobras estratégicas en la subregión. Las operaciones navales abarcan los 30 países del subcontinente, “cubriendo 15.6 millones de millas cuadradas en las aguas contiguas a Centro, Suramérica y el Mar Caribe”.

En el siglo XXI, por su sobre su capacidad guerrerista y belicosidad despiadada e inhumana, el imperialismo norteamericano ha perdido terreno en todo el mundo y, en especial, en América Latina y el Caribe que han creado nuevas formas de integración y unidad como el ALBA, Unasur y Celac. Estados Unidos ha perdido en algunos países su influencia que era determinante y definitiva debido a su prepotencia imperial contrarrestada por el surgimiento de nuevos líderes gubernamentales y por la conciencia social, nacionalista y soberana de movimientos sociales y políticos cansados de la obediencia al dictado imperial. Ese despertar conciencial se debe al rechazo de los pueblos al consenso de Washington y la consiguiente imposición de políticas neoliberales. “Existe ahora, un desarrollo de la conciencia antiimperialista de los pueblos de Latinoamérica porque los trabajadores y la juventud comprenden que los causantes de sus males, de su situación de atraso y dependencia son responsables los monopolios implantados por las transnacionales y el gobierno norteamericano.

Los Estados Unidos van a utilizar todo lo que esté a su disposición para remachar las cadenas de dominación en Latinoamérica, para aquello han levantado el concepto de la guerra preventiva, según la cual “debe combatirse al terrorismo donde quiera que se encuentre, debe eliminarse a los ’terroristas’ a como de lugar, debe interrumpirse o cortar las posibilidades del desarrollo de la guerra revolucionaria, debe incluirse -imponerse si fuera necesario- la incorporación de otros Estados o Gobiernos, debe eliminarse oportunamente las células terroristas, “el eje del mal”, deben derrocarse los gobiernos que no son incondicionales a la política del imperialismo” según se advierte en libro de Pablo Miranda, “La guerra preventiva en América Latina”, Revista Política N° 24, Ediciones de la Revolución Ecuatoriana, abril 2008, pág. 75.)

“Es así que la IV Flota Estadounidense se convierte en una herramienta de terror y muerte, es parte de la política guerrerista de los EEU, al mismo tiempo se convertirá en un mecanismo de presión y arma fundamental en una presunta intervención a los países donde la correlación de fuerzas ha cambiado”.

Jules Dufour, en su artículo “El regreso de la Cuarta Flota y el futuro de América Latina” publicado en Global Research, en agosto del 2008, sostenía: “Las tuercas se aprietan contra América Latina. La cuarta flota estadounidense ha entrado oficialmente en servicio el primero de julio. Este nuevo anuncio del 23 de abril pasado no sorprende cuando uno sabe que Washington se ha mostrado en los últimos años, muy preocupado por los movimientos de emancipación económica, social y política que hacen varios países de América del Sur con los avances extraordinarios de la revolución bolivariana y sobre todo, desde que se ha formado la alianza bolivariana de las Américas (Alba) y que se han creado varias instituciones concebidas para asegurar una mayor autonomía de los países de la región.

El autor añade: Recuperar el terreno perdido parece ser el desafío hecho en la política estadounidense de intervención en América del Sur. Retomar el control en todos los planes y, sobre todo, sobre el plan militar. La cuarta flota es un elemento de la estrategia global aplicada en este contexto. Así, la presencia de esta flota en las aguas que rodean Suramérica y el mar Caribe se ejercerá una presión que será una amenaza constante sobre los regímenes políticos que ya no se conforman mas con las reglas del « partenariat » impuestas por Washington o sobre los que osarían ponerlas en tela de juicio, es decir sobre los que han hecho progresar la democracia participativa, ciudadana y solidaria como sucede en Venezuela, en Bolivia y en Ecuador. Esta presión se agrega al proceso de desestabilización de gobiernos de estos Estados y de consolidación de armadas nacionales de países que continúan siendo fieles y que se han comprometido a colaborar.

Según el comunicado de prensa emitido el 23 de abril de 2008, esta flota tendrá por misión patrullar en las aguas latinoamericanas y caribeñas. “Volviendo a poner en servicio la IV flota, nosotros reconocemos la inmensa importancia de la seguridad marítima en esta región” declaraba el almirante Cary Roughead, en su condición de jefe de operaciones navales del Pentágono”. La IV flota tiene su base en Mayport, en el Estado de la Florida y actúa bajo la doble jefatura de la marina americana y de las fuerzas militares del comando sur, es decir que está ubicada bajo la jefatura del Southern Command (SC). Este comando o el comando Sur (US SOUTHCOM) que posee sus cuarteles generales en Miami, en Florida, es uno de los nueve comandos de combate unificados del Departamento de Defensa de los Estados Unidos. Su territorio de intervención cubre la superficie de América del Sur, de América Central y del Caribe. De hecho le corresponde una superficie total de 40,4 millones de kilómetros cuadrados, es decir la de los 30 países que componen el subcontinente y de un punto de vista global intervienen sobre un espacio correspondiente acerca del 20% de la superficie total de los continentes.

“Este comando está dotado de un doble mandato, a la vez militar y civil. Su personal proviene de la armada, de la fuerza naval, de la fuerza aérea, de la infantería de marina, del servicio de guardacostas y de otras agencias federales. Sus diversas misiones y actividades de cooperación en el dominio de la seguridad se efectúan sobre el comando conjunto de la armada del Sur, del comando de la fuerzas navales del sur, de las fuerzas de infantería, de la marina del Sur, del comando de operaciones especiales del sur, de la fuerza de la misión conjunta interinstitucional del sur, del comando de la misión conjunta Bravo, del comando de la fuerza de misión conjunta Guantánamo y de las Oficinas de asistencia a la seguridad (southcom.mil ). La misión del SC es de efectuar operaciones militares y de promover la cooperación en el dominio de la seguridad con el fin de obtener los objetivos estratégicos de los Estados Unidos; para hacer esto, el SC dispone de una serie de recursos para combatir el narcoterrorismo, para prestar ayuda humanitaria en reacción a los desastres, para hacer operaciones que necesitan la participación de la armada y para intervenir en el teatro de operaciones llevadas para garantizar la seguridad. El SC tiene como objetivos principales el de asegurar la defensa de los Estados Unidos como el de promover las alianzas regionales y la estabilidad hemisférica de esta misión. Esta misión y estos objetivos se enmarcan al interior de una estrategia global que consiste en formar alianzas colectivas para garantizar la seguridad, para promover la estabilidad y favorecer la prosperidad en todo este espacio operacional tomando como recursos todas las fuentes de las que disponen los Estados nacionales de las Américas (southcom.mil/).

El discurso colonizador no puede ser más claro, pues para ese tipo de pensamiento, nuestros países siguen siendo el “patio trasero” del imperio y el Caribe su “lago particular”. Por eso, el “comando del SC se ejerce sobre la masa terrestre de América Latina situada al sur de México, las aguas que rodean América central y América del Sur, las del mar Caribe con sus doce países insulares y territorios sobre la jurisdicción de países europeos, el golfo de México y una porción del Océano Atlántico.

Los países ubicados sobre la vigilancia de este comando son: Antigua y Barbuda, Argentina, Las Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Brasil, Islas Caimanes, Chile, Colombia, Costa Rica, Dominica, La República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Granada, Guatemala, Guyana, República de Haití, Honduras, Jamaica, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucia, San Vicente y las Granadinas, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela, (southcom.mil).

La política imperial que se aplica “hoy en día con los dispositivos de vigilancia y de intervención que no exigen necesariamente una invasión terrestre para asegurar el control de un territorio. Es de esta forma que el Southern, no ha estado presente totalmente sobre el terreno; para él, solo le basta con disponer de las informaciones necesarias y el puede golpear ahí donde es necesario de hacer a partir de instalaciones militares que pueden situarse a miles de kilómetros de blancos u objetivos. El golpe perpetrado en suelo ecuatoriano contra las FARC el primero de marzo de 2008, es la prueba de esta situación. Este comando se muestra indispensable para asegurar la seguridad de los intereses americanos en la región y para controlar el acceso a los recursos estratégicos tales como los recursos energéticos fósiles y las reservas de aguas de la Amazonia.

Los estadounidenses disponen, al igual que con el cierre de sus instalaciones en Panamá, de un imponente arsenal de combate disponible para defender los intereses americanos en América del Sur o para “defender la América” como ellos lo dicen en sus reportes. Ellos pueden contar con las fuerzas acantonadas en los mismos Estados Unidos y eventualmente sobre aquellas de las armadas nacionales de muchos países tales como el Perú, Guatemala, República Dominicana, El Salvador, Honduras, Paraguay, Chile y Colombia. Es en este último país y en Honduras, los contingentes de soldados americanos son los más numerosos e importantes. En Colombia, se nota la presencia de 800 militares americanos y de 600 consejeros ubicados bajo contrato. Estos efectivos apoyan desde Bogotá las operaciones contra las FARC y sobre todo contribuyen a la formación y al entrenamiento de las fuerzas militares de Colombia, todo bajo el financiamiento que desde hace 14 años se realiza en el marco del llamado Plan Colombia.

Este plan, que al inicio fue concebido esencialmente para permitir la erradicación de la coca y luego reemplazarla por otros cultivos, fue transformado desde su puesta en marcha en 1999, por un programa de financiamiento de operaciones militares ejecutadas por el ejército colombiano o por diversas fuerzas paramilitares de este país. A partir del 2001, el financiamiento dado por la administración Bush, ha ido incrementándose de manera significativa pasando del orden de un poco mas de 100 a 380 millones de dólares, correspondientes a una parte importante de los 676 millones de dólares acordados en el marco de “la iniciativa andina de guerra contra las drogas”. En 2004, este financiamiento alcanzo la suma de $ 463 millones de dólares.

Según Piedad Córdoba Ruiz, ex senadora colombiana, el 48.5% de las fuentes de financiamiento del Plan Colombia provienen del Estado colombiano. La “ayuda” militar de Estados Unidos superó ya los siete mil millones de dólares que se han gastado en los “batallones antinarcóticos” y para la compra de helicópteros Black Hawk y para “perseguir, juzgar y condenar los narcotraficantes y otros delincuentes”, es decir a los “terroristas” de las FARC-EP y ELN.

A más de la IV Flota, el Southern Command posee poderosas bases militares en América Latina. El SC puede operar a partir de sitios localizados en Fort Buchanan, en San Juan (Puerto Rico), y en Fort Bravo en Soto Cano en Honduras. Además, posee otros sitios avanzados en Comalapa en El Salvador, y sobre las islas de Aruba y de Curazao. El comando trabaja de manera cooperativa con las fuerzas militares del Perú, del Salvador, del Brasil, de Honduras, del Paraguay, de Guatemala y de Chile. En Colombia a pesar de que la Corte Constitucional negara la entrega de siete bases militares, Estados Unidos utiliza todas las bases que quiera, según sean sus necesidades o sus objetivos geoestratégicos permanentes u ocasionales.

La IV Flota, según N. Kozloff, está conformada por “11 navíos que están actualmente ubicados sobre el Southern Command, una cifra que podría aumentar en el futuro. La flota tiene previsto asignar un porta aviones de propulsión nuclear, en ese sentido el USS George Washington tiene esa fuerza. Según otras informaciones los Estados Unidos tendrían para este objetivo 10 porta-aviones Nimitz que poseen una potencia de desplazamiento de 101,000 a 104,000 toneladas y un largor de 333 metros; estos aparatos están dotados de dos reactores nucleares, pueden desplazarse a una velocidad de 56 Km por/hora y tienen la capacidad de albergar 80 aviones bombarderos. Vale la pena tener en cuenta otros dos navíos que harían parte de la flota, el USS Kearsarge LHD-3 y el USS Boxer (LHD-4).

Durante el siglo XX y hasta la fecha, las fuerzas navales estadounidenses han estado omnipresentes en los océanos del hemisferio sur de la misma manera que lo han sido en todos los espacios oceánicos del planeta. La presencia y las operaciones navales conducidas por la marina yanqui, puesta bajo el mando del Southern Command son una realidad que afecta América Latina en conjunto desde 1960. Pues en efecto, cada año las fuerzas navales del Southern Command realizan maniobras militares y especialmente las operaciones UNITAS. Estos ejercicios se realizan con la participación de algunos países suramericanos y otros países invitados. Generalmente reúnen personal de las fuerzas navales del Southern Command, de los destructores Squadron Four Zero, USS Forrest Sherman (DDG98), USS Farragut (DDG 99) USS Kauffman (FFG 59) así como personal de la división internacional de entrenamiento de la guardia costera de los Estados Unidos y el personal de la marina.

Lejeune Mirhan, en un análisis publicado en www.vermelho.org, traducido para Cubadebate, Rebelión y Tlaxcala por Àlex Tarradellas sostiene: 

Los Estados Unidos poseen el mayor y más poderoso ejército de tierra. Sus fuerzas armadas combinadas, que superan los dos millones de soldados, esparcidos en todos los continentes, son las que poseen los mejores y más sofisticados equipamientos, la mejor tecnología, el mejor entrenamiento y sus soldados —todos profesionales— son los mejor remunerados del planeta.

En el caso de sus flotas navales, éstas siempre han sido siete en total. La Primera Flota es la más antigua, la histórica, y está prácticamente desactivada. La polémica Cuarta Flota funcionó entre 1943 y 1950, pero acabó siendo desactivada. Las otras actualmente se encuentran en las siguientes zonas: la Tercera en el norte y este del Pacífico; la Segunda en el resto del Atlántico Norte, la costa este de los Estados Unidos y el oeste de África; la Quinta permanece constantemente en el Golfo Pérsico vigilando el estrecho de Ormuz; la Sexta en el mar Mediterráneo; y la Séptima en el oeste del Pacífico y todo el océano Índico. Esa es la distribución de las flotas navales estadounidenses.

Ya se ha hablado del potencial que esas flotas navales poseen. No sólo en términos de armamentos nucleares y tecnología, sino en todo el dispositivo que ésta desplaza al mar. Como media, cada flota naval contiene hasta 120 aviones, 60 tanques, tres submarinos nucleares y 12 navíos de escolta (cruceros o cazatorpederos). Lo más sorprendente es su capacidad de bombardeo. Se sabe que cualquier punto en la tierra, en nuestro planeta, puede ser atacado por un avión estadounidense en menos de 90 minutos, saliendo éste de un portaviones, que son los buques insignia de las flotas navales. Un ataque de esa naturaleza, ordenado por el presidente de los Estados Unidos, podría ocurrir sin que una aeronave supersónica estadounidense necesitara aterrizar en tierra o reabastecerse. ¡Se levanta el vuelo, se ataca y se regresa a la base, en el portaviones nuclear!”
¿Para qué la IV Flota si no es para amenazar a nuestras patrias, muchas de las cuales viven gobiernos progresistas y democráticos? Estados Unidos debería comprender que el Consenso de Washington que originó el neoliberalismo fue un fracaso condenado por latinoamericanos y caribeños y debe entender que estos ya no son tiempos de la política de la zanahoria y el gran garrote y mucho menos de la doctrina Monroe, porque América no es para los estadounidenses solamente, es para latinos y caribeños. Por tanto, todo el poder bélico imperial, incluida la IV Flota son inútiles.
El autor brasilero Lejeune Mirhan, afirmaba: “tenemos las recientes descubiertos megacampos petrolíferos en la costa brasileña, hay más de 300 kilómetros mar adentro y debajo de la plataforma continental, en áreas que hace algún tiempo que los técnicos llaman “pré-sal”. Las reservas estimadas y deducidas de la cuenca de Santos, Campos y algunas otras zonas del noreste pueden colocar a Brasil en el mismo nivel que el de las llamadas “Siete Hermanas” de la industria del petróleo, pudiéndose situar entre las tres mayores del planeta. Algunos técnicos y especialistas afirman que podemos haber aumentado nuestras reservas en hasta 50.000 millones de barriles de petróleo, casi cinco veces más que el total de hoy en día.

Con el proceso de reactivación, el griterío fue general. El presidente Lula en su época cuestionó la necesidad de la reactivación de la Cuarta Flota. Para qué, se preguntó Lula. El presidente se extrañó de esa necesidad y lo relacionó inmediatamente con las descubiertas de petróleo en Brasil.

Algunos especialistas llegan a afirmar que esa Cuarta Flota sería para dar apoyo a algún ataque a Irán que sería a partir de la Quinta Flota del Golfo Pérsico. En un máximo de 16 horas, las embarcaciones serían desplazadas desde América Latina y el Caribe hasta el Golfo.

Guillermo Burneo Seminario, en Alainet, decía: “Desintegrada la URSS a inicios de la década del 90 del siglo XX y, ya como potencia hegemónica unipolar, Estados Unidos emprende la guerra contra el “terrorismo” invadiendo a Irak y Afganistán en el Medio Oriente, y en América Latina desplazando y posicionando contingentes armados en bases militares bajo el pretexto de la guerra contra las drogas.

En la actualidad, en una coyuntura internacional en donde la hegemonía de los Estados Unidos es cuestionada y disputada por la emergencia de China como nueva potencia, la IV Flota es reactivada para articular el dispositivo militar estadounidense desplegado en América Latina, como parte de una estrategia bélica de magnitud global en el siglo XXI. 

Hay países en desarrollo aplicando políticas anti cíclicas, sostenía. China está promocionando el mercado interno, la industria y la agricultura, la infraestructura, la tecnología, la ciencia y la educación mediante un programa económico anti crisis de 586 mil millones de dólares y haciendo de la crisis la oportunidad para sentar la base de un nuevo crecimiento.

La demanda de materias primas por parte de China y otras economías en desarrollo, está permitiendo también a los países ricos en minerales e hidrocarburos sortear la crisis económica. El Financial Times informó que China prestó 110.000 millones de dólares en el 2009 y el 2010 a las naciones en desarrollo, superando al Banco Mundial en el mismo periodo. También China es el primer acreedor de los Estados Unidos mediante la compra de bonos del tesoro público.

Mantener el rol hegemónico del dólar en el comercio y las finanzas internacionales es vital para la política y estrategia imperial de los Estados Unidos. El dólar es la médula del sistema financiero internacional, lo que le da una gran ventaja. Es por eso que como respuesta a la crisis está inundando de dólares “el mundo que, como el dinero falso, carece totalmente de respaldo”. País que se atreva a optar por otra moneda está sujeto a una “gran presión y en algunos casos bajo devastadores ataques. Saddam Hussein, que prohibió la circulación del dólar en todas las esferas económicas de Irak, incluido el comercio del petróleo fue derrocado y ahorcado y su país quedó en ruinas. Muammar Gadafi inició el cambio en las transacciones de petróleo y gas libio a divisas árabes con respaldo en oro y los ataques aéreos se iniciaron casi de inmediato…Teherán tuvo que suspender su plan de eliminar el dólar para evitar ser víctima de una agresión”. Esto no amilanó al presidente chino Hu Jintao quien manifestó que “la preeminencia del dólar es cosa del pasado”.


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Estados Unidos tiene claro que su alianza con Europa es una garantía fundamental para su hegemonía. Es sobre esta alianza que erige y expande la OTAN como el gendarme global bajo su férula. Pero es en época de crisis cuando las tensiones entre aliados se agudizan. Con el euro debilitado y zarandeado, con el precio del petróleo en alza y el descontento social creciendo, Europa se asocia con Rusia en la construcción de ductos necesarios y vitales para el abastecimiento de gas.

Rusia, renaciendo desde sus cenizas y con la garantía de su poder atómico, demanda y clama ser considerada como protagonista decisiva en los asuntos globales, fundamentalmente en Europa, Medio Oriente y Asia. Necesita de sus vecinos europeos para garantizar que la paz perdure en el continente, así como, para lograr el propósito de modernizar su industria que la convierta “en una de las cinco economías del mundo para el 2020”.

La OTAN invita a Rusia a integrase a su sistema militar, pero Estados Unidos persiste en instalar el escudo antimisiles en Polonia, lo que es inaceptable para Rusia. Por otro lado, Rusia no descuida su relación con países que integraron la URSS y busca darle nuevo dinamismo a la Comunidad de Estados Independientes (CEI) y a la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC). Ya en el 2000 fomentó la Comunidad Económica Euroasiática (CEEA) y en el 2001 constituyó la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) con Kazajistán, Kirguistán, Uzbekistán y China y como observadores, a India, Irán Pakistán, Mongolia, Bielorrusia y Sri Lanka. 

Es sobre esta última organización en donde Rusia y China apuestan su alianza estratégica mediante la red de oleoductos y gaseoductos ya construidos, como por construirse en Asia Central. El impacto geopolítico de esta organización no sólo llega a la región con la mayor reserva de hidrocarburos, sino también a Europa y los Estados Unidos.

Rusia y China necesitan contener la penetración y presencia de los Estados Unidos y la OTAN en Medio Oriente. La inestabilidad de esta región pone en jaque las expectativas de crecimiento de ambos países. A China por ser su fuente principal de hidrocarburos, a Rusia porque la obliga a destinar gasto militar, y a ambos porque les limita las posibilidades de millonarios negocios en la región.

China está aplicando la estrategia del beneficio mutuo con Japón, con los Tigres del Asia, con la India y con Australia, proyectando hacer de Asia el centro industrial, financiero y comercial del siglo XXI. Y como era de esperarse, Rusia no quiera estar ajena a este acontecimiento. 

Pero es África en donde se transluce en forma diáfana, la pugna y lucha entre la potencia en declive y la emergente, los Estados Unidos y China. Se proyecta que para el 2020 China adelantaría a EEUU como potencia económica y “lo mejor que puede hacerse es ralentizar su crecimiento económico, privarla de los minerales, dado que quien controle los minerales controla la economía mundial”. “La causa de este desafío es la creciente demanda global y (…) la conducta agresiva y a veces monopolista de China en pos de los minerales…,El Consejo Nacional de Seguridad de EE.UU., el Departamento de Defensa (DOD) y el AFRICOM podrían desarrollar contingencias para enfrentar la eventual perspectiva de cortes de recursos y la posibilidad de conflicto por minerales estratégicos”. 

Si nos miramos en el espejo de África, no es difícil deducir que los Estados Unidos y Europa no le harán fácil el avance a China en nuestra región. Y es aquí en donde Brasil entra a jugar su rol como integrante del BRICS, foro que reúne a las principales economías emergentes como Rusia, Brasil, India, China y Sudáfrica.

Brasil siempre ha sido el interlocutor principal con los Estados Unidos en los asuntos de América del Sur. Pero en la medida que sin sometimiento y con políticas independientes asume protagonismo en asuntos globales, Estados Unidos estará presto a impedirle el paso. Y no hay que soslayar que Brasil es el principal socio comercial de China en América del Sur. “En el 2009 el Banco de Desarrollo de China concedió un préstamo a la empresa brasileña Petrobras por 10.000 millones de dólares, que avala con el suministro de 200,000 barriles diarios”.

Es en Venezuela donde China evidencia su necesidad estratégica por petróleo. Le ha proporcionado un crédito de 20,000 millones de dólares que Venezuela cancela con petróleo para “el 2010, 200 mil barriles diarios; para 2011, 250 barriles diarios y para 2012, no menos de 300 mil barriles diarios. Si a esto se agrega los 500 mil barriles diarios que Venezuela ya envía diariamente a China y 400 mil barriles diarios que producirá una empresa mixta bi-nacional en la faja petrolera del Orinoco, en 2012 Venezuela estará enviando a China más de 1 millón de barriles diarios, la misma cantidad que exporta a Estados Unidos”.

Es en este contexto que la IV Flota de los Estados Unidos tiene sentido. Para el Comando Sur, esta flota es el articulador del dispositivo militar que involucra ejercicios militares, operaciones conjuntas, bases militares, Plan Colombia y venta de armamento para abordar “amenazas domésticas y trasnacionales como organizaciones narcoterroristas, tráfico ilícito y disturbio social”. Entonces, no estamos ajenos también a que se invoque al Consejo Nacional de Seguridad de EE.UU., al Departamento de Defensa (DOD) y al Comando Sur para “desarrollar contingencias para enfrentar la eventual perspectiva de cortes de recursos y la posibilidad de conflicto por minerales” y porque no, a la Fuerza de Respuesta de la OTAN, a semejanza de África.

Mauricio Becerra, en un análisis difundido por El Ciudadano, afirmaba: Desde el 2008 que por las aguas de Latinoamérica y el Caribe navegan los barcos de la IVª Flota de la Marina de Estados Unidos. Además de la influencia que ejercen en los cuerpos armados de la región a través de ejercicios conjuntos, la apuesta es vigilar el crecimiento de Brasil y la alianza de gobiernos progresistas de la región. La experiencia tras el terremoto de Haití da algunas pistas sobre sus prioridades.

La reactivación en julio del 2008 de la IVª Flota de la marina de EEUU da cuenta de la prioridad en las relaciones entre Estados Unidos y Latinoamérica. El objetivo de Estados Unidos es contrapesar a los gobiernos progresistas que han tomado control de sus recursos naturales, como Venezuela, Argentina, Bolivia o Ecuador.

Pero un motivo mayor es intentar frenar el crecimiento de Brasil como potencia en el continente, país rico en recursos naturales en su territorio y en su espacio marítimo, sea el Amazonas o sus costas.

Además EEUU instaló 5 bases aéreas y 2 navales en Colombia, hecho revertido por un edicto de los tribunales de dicho país. Pese a ello, recientemente el general Dumpsey visitó la base militar colombiana de Tibú y dijo que para la lucha contra el narcotráfico y la insurgencia se envió a comandantes de brigada con experiencia práctica en Afganistán e Irak para que entrenen a militares y policías colombianos.

Wall Street Journal informó que Colombia ya constituyó sus propios Comandos Conjuntos de Operaciones Especiales que imitan a los estadounidenses para llevar a cabo misiones de cazar-matar a militantes de las guerrillas FARC y ELN.

El Comando del Sur también financió la edificación de un Centro “de emergencias y ayuda humanitaria” instalado en el Aeropuerto de Resistencia, en la norteña provincia del Chaco de Argentina a fines de marzo, para lo que se puso con 3 millones de dólares; y la construcción de una base naval en la isla Saona en República Dominicana, cuyo costo es de 1,5 millones de dólares. Si en la base en territorio argentino la excusa es apoyar en emergencias, en la isla caribeña es el control al tráfico de drogas y la inmigración ilegal.

Algunas de las 1000 bases militares de EEUU alrededor del mundo están en Belice, Nicaragua, Panamá, Guatemala, Costa Rica y Honduras, país en el que EEUU tuvo activa participación en el golpe de Estado que el 2009 terminó con el gobierno de Manuel Zelaya. 
SOA Watch acusa que “la expansión de la presencia militar de EEUU en la región busca, además de intimidar los procesos políticos de transformación en la región, posicionar su fuerza militar en áreas estratégicas de gran riqueza natural”.
Apenas una semana después del terremoto en Haití el Pentágono envió un portaaviones, 33 aviones y varias naves de guerra; tomó el control del aeropuerto de Puerto Príncipe; y dobló con 16 mil soldados a los 7 mil de las fuerzas de la Minustah (la Misión de Naciones Unidas para la “Estabilización” de Haití). Se trataba de una misión de carácter humanitario.

Con el mismo argumento, Chile ha participado de la Minustah en conjunto con otros países latinoamericanos. El director del Centro Conjunto para Operaciones de Paz de Chile (Cecopac), capitán de navío Claudio Zanetti, detalla que ya se han hecho 17 relevos a Haití, cada uno compuesto por poco más de 300 hombres. Además Chile tiene soldados con el casco de Naciones unidas en Chipre y Bosnia; además de observadores en Líbano, India Pakistán, Siria y Palestina.

“El beneficio para nosotros como FFAA es la experiencia que se tiene al estar operando 24 horas al día por 7 días a la semana”- recalca Zanetti.

Dicha experiencia fue requerida los días posteriores al 27F. “Vimos los beneficios con el terremoto. Mucha gente que participó en la mantención de la paz y el orden en las regiones afectadas por el terremoto fue gente que ya tenía experiencia en Haití”- cuenta Zanetti.

La misma experiencia fue la usada por los paracaidistas brasileños que en diciembre del 2010 comenzaron a invadir las favelas de Río de Janeiro. El comandante a cargo de la operación, el general Fernando Sardenberg, se desempeñó el 2004 como comandante de la Minustah y la práctica ganada por sus tropas frente a la población civil de Cité Soleil y Belait la aplicaron para controlas las poblaciones de las favelas del Complexo do Alemão y Vilha Cruzeiro. El objetivo de la llamada ‘pacificación’ es la restructuración urbana de la ciudad con miras a las futuras Olimpiadas y el Mundial de Fútbol.

Zanetti defiende esta nueva capacidad militar diciendo que “en las misiones de paz el uso del arma es el último recurso. Entras por presencia y el trato con el civil es el factor primordial a desarrollar. Lamentablemente esto se aplica en nuestro entrenamiento militar hace sólo unos 5 años. Tú ya no ves un enemigo, ves a una persona que tiene un problema”.

En última instancia, Estados Unidos con todo su poderío bélico y su IV Flota recorriendo los mares adyacentes a América Latina y el Caribe, no podrá detener la oleada popular que ha decidido acabar con el neoliberalismo, el imperialismo y sus ansias de dominación neocolonial. Otros tiempos viven nuestras patrias y son tiempos de recuperación plena de la independencia y soberanía.

TRIBUNAL DIGNIDAD, SOBERANÍA, PAZ CONTRA LA GUERRA
COMITÉ INDEPEDENCIA Y SOBERANÍA PARA AMÉRICA LATINA
-CISPAL-

El Che alertó que la construcción del socialismo debe realizarse desde una perspectiva crítica y humanista



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por Aurelio Alonso, sociólogo y ensayista cubano, subdirector de la revista Casa de las Américas. 

“El socialismo económico sin la moral comunista no me interesa. Luchamos contra la miseria pero al mismo tiempo luchamos contra la alienación”. Che.

Demoramos 20 años en descubrir al Che, y no podemos olvidar aquel reclamo dramático de Fidel en su discurso conmemorativo del vigésimo aniversario de su caída, en octubre de 1987, cuando pedía que se le estudiara al menos, que se le conociera. Él lo conoció como nadie. Lo conoció desde México -”en casa de María Antonia”- y se dio cuenta desde el primer encuentro de que andarían juntos para siempre.

Juntos, incluso después de que cayera en combate, en defensa de una certeza que compartían: la Revolución Cubana no podría ver plenamente realizados sus objetivos sin un cambio radical a escala continental que rompiera con la sujeción a la dominación imperialista.

Washington no solo nos dejó sumidos en un bloqueo implacable sino que extremó sus estrategias y empeñó su poder en impedir que el resto del continente se liberara de los lazos de dependencia neocolonial. Aquella máquina infernal también le arrancó la vida.

El legado del Che lo tuvimos que asimilar entonces por etapas. Después de su muerte, y de inmediato, el legado ético fue incorporado en términos prácticos. En el ejemplo de su entrega en la lucha, de su conducta de vida, y en los valores que defendió. “Seremos como el Che”, enseñamos a proclamar a nuestros pioneros, para que no olvidaran cómo debemos ser, más que como un vaticinio. Incluso, a partir de los 70, en la adopción inevitable de las fórmulas económicas que él había criticado, nos aferramos a aquellos valores y ellos contribuyeron también a mantener latente la diferencia del proyecto socialista cubano. Su huella se hizo indeleble.

Pero fue a los 20 años de su muerte que comenzamos en realidad a recuperar su legado teórico. Las críticas que había formulado al sistema soviético se hicieron evidentes por las debilidades que le condujeron a la desintegración. Los debates publicados en 1963 y 1964 contienen sobre todo la parte expositiva de su propuesta de sistema frente al modelo soviético, basado en el cálculo económico.

Pero su mirada remontaba la discusión de las fórmulas, como le aclaró al periodista francés Jean Daniel, en 1963: “El socialismo económico sin la moral comunista no me interesa. Luchamos contra la miseria pero al mismo tiempo luchamos contra la alienación”. En El socialismo y el hombre en Cuba se sintetiza claramente esta perspectiva crítica, humanista, antidogmática, que advierte que se puede salir hacia el comunismo y no llegar. “La tarea de la construcción del socialismo en Cuba debe encararse huyendo del mecanicismo como de la peste”, nos alertó.

Solo ahora han podido aparecer los Apuntes críticos a la Economía Política, que recopilan sus críticas al Manual de Economía Política de la Academia de Ciencias de la Unión Soviética, actas del Ministerio de Industrias, y comentarios de lecturas, que permiten una mejor aproximación a la lucidez herética que le objetaban sus adversarios ortodoxos.

El Che pudo constatar la inexistencia de una economía política del socialismo en la banalidad misma de su planteo. Criticó las incongruencias forzadas en la evaluación de un “capitalismo agonizante” que no agoniza, una “vía no capitalista de desarrollo” que no se puede precisar, una “clase obrera dirigente del movimiento de liberación nacional” donde prácticamente no existe clase obrera, y otras similares.

Y vio con claridad que el futuro ansiado sería irrealizable si no se cambia radicalmente también la visión del poder en la nueva sociedad: “Las masas deben tener la posibilidad de dirigir sus destinos, resolver cuánto va para la acumulación y cuánto al consumo, la técnica económica debe operar con estas cifras y la conciencia de las masas asegurar su cumplimiento”. Es el debate del socialismo a reinventar el que subyace en estas líneas. 

La parte de su legado que solo hemos sabido interiorizar a partir del derrumbe que predijo. Y lo que esencialmente faltó a aquella construcción lamentablemente fracasada.

Otra parte del legado del Che la hemos comenzado a confirmar a partir de este siglo, y tiene que ver con la armazón de un orden internacional diferente. La encontramos sobre todo en sus discursos de 1961 en Punta del Este, 1964 en Ginebra y 1965 en Argel. Aquí se encuentran las propuestas y las reflexiones que sustentan el proyecto de integración que el cambio que ha comenzado a materializarse en América Latina ha plasmado en el ALBA.

Se percibe en la coincidencia de las 29 propuestas formulada en Punta del Este en 1961 contra la Alianza para el Progreso introducida por Estados Unidos, y en juicios de tanto alcance como el que expresó en Ginebra en 1964: “Si todos los pueblos que viven en condiciones económicas precarias, dependientes de potencias extranjeras en algunas fases vitales de su economía y de su estructura política y social, son capaces de resistir las tentaciones y ofrecimientos hechos fríamente, pero al calor de las circunstancias, e imponen aquí un nuevo tipo de relaciones, la humanidad habrá dado un paso adelante”. La humanidad ha movido ya un pie.

La humanidad ha comenzado a luchar también por la democracia, en los iluminados términos que el Che nos la ayudó a despejar en Guerra de Guerrillas: un método, cuando advertía:
“No debemos admitir que la palabra democracia, utilizada en forma apologética para representar la dictadura de las clases explotadoras, pierda su profundidad de concepto y adquiera el de ciertas libertades más o menos óptimas dadas al ciudadano. Luchar solamente por conseguir la restauración de cierta legalidad burguesa sin plantearse, en cambio, el problema del poder revolucionario, es luchar por retornar a cierto orden dictatorial preestablecido por las clases sociales dominantes: es, en todo caso, luchar por el establecimiento de unos grilletes que tengan en su punta una bola menos pesada para el presidiario”.

No en balde subrayaba Fidel, hace 20 años, en el discurso que cité al inicio, que “los escritos del Che, el pensamiento político y revolucionario del Che, tendrán un valor permanente en el proceso revolucionario cubano y en el proceso revolucionario de América Latina”. Hoy podemos confirmarlo ya a plenitud. Y el futuro seguramente nos llevará a descubrir ángulos que no se nos revelan aún.

Aurelio Alonso, sociólogo y ensayista cubano, subdirector de la revista Casa de las Américas.