jueves, 10 de septiembre de 2009

Honduras, un niño contra el golpe

Oscar David Montesinos, un niño de 10 años, se ha convertido en un símbolo de la resistencia. Impresionante vídeo del menor enfrentándose al golpismo de Goriletti


Oscar David Montesinos, un niño de 10 años, se ha convertido en un símbolo de la resistencia contra el golpe que derribó, hace dos meses, al presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya.
Cubadebate

Oscar David Montesinos, un niño de 10 años, se ha convertido en símbolo de la resistencia contra el golpe de Estado en Honduras, después de su intervención en concierto “Voces contra el golpe”, que tuvo lugar el pasado domingo 24 de agosto en Tegucigalpa.

“Mas duro con los golpistas; Micheletti que te vas, que te vas!”, dijo Oscar David en durante el Concierto Voces contra el Golpe, mientras se cambiaban los instrumentos en el escenario.

Al concierto asistieron unas 8 000 personas, que se congregaron en Tegucigalpa para recibir a los artistas en apoyo y solidaridad la lucha de resistencia. El niño tiene apenas 10 años.

Impresionante vídeo del menor enfrentándose al golpismo de Goriletti


Historiadores expresan su solidaridad con el pueblo Mapuche

Rechazamos la militarización, la instauración de un régimen permanente de vigilancia y terror policial, el encarcelamiento y procesamiento de comuneros mapuches y el asesinato de Jaime Collío.


El Comité de Iniciativa de la Segunda Declaración de historiadores en apoyo al pueblo mapuche (19 de agosto de 2009), invita a los historiadores, profesores y estudiantes de Historia a expresar su solidaridad con las reivindicaciones de este pueblo el jueves 10 de septiembre de 2009, a las 11,30 hrs. en las escalinatas del Archivo Histórico Nacional.

(Metro: Santa Lucía).

Santiago, septiembre de 2009.

DECLARACIÓN PÚBLICA

Con dolor e indignación, los historiadores e historiadoras que suscribimos esta declaración, constatamos que la interpelación que le hiciéramos a la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, en enero de 2008, en torno a acoger las demandas históricas del pueblo mapuche no sólo no ha sido escuchada, sino que, por el contrario, el cerco represivo y mediático se ha intensificado. Prueba de ello es el asesinato el miércoles 12 de agosto del joven comunero mapuche Jaime Mendoza Collío. Queremos, en consecuencia, ratificar ante el pueblo chileno y la comunidad internacional lo señalado hace un año y medio atrás.

Rechazamos la militarización del Gulumapu (territorio histórico del pueblo mapuche), la instauración de un régimen permanente de vigilancia y terror policial, el encarcelamiento y procesamiento de comuneros mapuches y el cobarde asesinato de Jaime Mendoza Collío.

Consideramos que situaciones de esta naturaleza tienen una larga génesis histórica, que arrancó con el proceso de conquista y ocupación militar de la Araucanía por las huestes españolas en el siglo XVI, cuando empezó el proceso de usurpación de las tierras indígenas. Si bien la resistencia mapuche logró contener durante los siglos coloniales y en las primeras décadas republicanas el avance invasor, durante la segunda mitad del siglo XIX, a medida que el Estado nacional chileno se consolidaba, nuevamente la clase dominante fijó sus ojos en esos territorios, desplegando la mal llamada “Pacificación de la Araucanía”, que culminó con el despojo violento de las tierras del pueblo mapuche y su confinamiento en reducciones que han perpetuado su pobreza, marginación y discriminación hasta nuestros días.

Desde entonces la lucha de los mapuches por recuperar sus tierras ancestrales no ha cesado aunque se ha manifestado de manera diversa y ha conocido avances y retrocesos según los momentos históricos. Comenzando con la constitución de las primeras organizaciones mapuches (mutualistas y culturales) a comienzos del siglo XX hasta las actuales recuperaciones de tierras, pasando por la participación en partidos políticos, el levantamiento de Ranquil de 1934 (en alianza con campesinos pobres chilenos) y las “corridas de cerco” de los años de la Reforma Agraria, se puede observar una notable continuidad histórica en las demandas de tierra, justicia y libertad de este pueblo.

En los últimos años las reivindicaciones históricas mapuches han sido enfrentadas por el Estado de Chile de manera esencialmente judicial y policial, criminalizando sus luchas y negándose al reconocimiento de su autonomía como pueblo. Esto se ha traducido en una creciente militarización de la Araucanía, la aplicación de la Ley Antiterrorista, heredada de la dictadura militar, y el cerco mediático oficial respecto de la realidad que se vive en ese territorio.

Los principales agentes del Estado, al igual que las autoridades regionales y locales de la Araucanía, los partidos políticos representados en el Parlamento, las organizaciones empresariales y la mayoría de los medios de comunicación social han patrocinado o avalado esta ofensiva represiva contra las comunidades mapuches, guardando un silencio cómplice o deformando groseramente lo que está ocurriendo.

Esta situación requiere un drástico cambio de política del Estado de Chile, que debe asumir un reconocimiento pleno de la diversidad de pueblos originarios existente en nuestro país, lo que implica, entre otros puntos, la autonomía política de las comunidades indígenas, la devolución de sus tierras arbitrariamente usurpadas en base al “derecho de Conquista” y el pleno respeto de los Derechos Humanos de sus integrantes.

Frente a la justicia de las demandas históricas del pueblo mapuche y teniendo presente el actual escenario represivo que el Estado chileno ha configurado en la Araucanía, manifestamos nuestra más profunda solidaridad con el pueblo mapuche y advertimos a las autoridades de gobierno que la violencia desatada por la policía en la región sólo legitima el derecho a la autodefensa de aquellos históricamente agredidos.


KAOSENLARED