martes, 9 de marzo de 2010

Del terremoto natural al social


Barbarie capitalista en Chile:
Mientras los empresarios suben al doble el
precio del pan, el gobierno reprime a las
masas desesperadas que buscan alimentos

desde argentina SOB
Cruje el neoliberalismo autoritario en el país trasandino

¡Ayuda humanitaria sí, militarización no!

El terremoto que devastó parte de Chile sigue siendo noticia. Según especialistas, el temblor de magnitud 8.8 de la escala Richter que se abatió sobre el país trasandino, es uno de los más graves de la serie histórica. La destrucción en la región sur de su territorio y, sobre todo, en la ciudad de Concepción (la segunda del país), no deja de ser impactante y desata la inmediata solidaridad con el pueblo hermano.

Tras el terremoto, han emergido otras “imágenes” no menos impactantes. No se trata ya de los efectos destructivos de la naturaleza sino de las consecuencias de la acción humana. Es que –como ocurrió en Haití– la primera respuesta de las autoridades del gobierno de Bachelet (apoyado incondicionalmente por el presidente electo Piñeira) ha sido la militarización de las zonas afectadas por el sismo. ¡Una verdadera vergüenza!

Es decir, apareció un “rostro” contradictorio con el que nos han venido vendiendo las usinas del neoliberalismo capitalista acerca de Chile: un estallido social de furia e indignación se esparció por localidades y ciudades afectadas por el sismo a modo de reclamo por la inoperancia de las autoridades y la situación de desabastecimiento.

Esta “fractura social” (que incluye la realización de saqueos masivos a supermercados), no podría dejar de estar revelando gravísimos problemas estructurales en la sociedad chilena. Oculto tras la fachada de un modelo económico “exitoso” lo que se puede observar es la crítica a una situación de desigualdad social aguda. Resulta ser que en Chile, heredero de la dictadura sangrienta de Pinochet, hay millones de trabajadores “desheredados” condenados a una vida miserable.

Increíblemente, en esas circunstancias, agravadas hasta el infinito por el terremoto, la primera orden del tándem Bachelet-Piñeira, ha sido movilizar un contingente de 15.000 soldados para “evitar saqueos” y “controlar a las turbas”! Está claro que nada les importa la vida humana y las necesidades de los que han perdido todo: sólo les preocupa la defensa de la sacrosanta propiedad privada frente a los necesitados y hambrientos.

Esta tremenda represión –se puede ver las tanquetas en las calles de las ciudades chilenas– habla mucho también de otra particularidad del susodicho “modelo”: su grado de su autoritarismo. Como es sabido, en Chile, las FFAA nunca perdieron su posición de privilegio, adoradas por las clases medias altas y la burguesía que reivindican su genocida accionar en la década del 70...

Esta misma clase media alta es la que, histéricamente, está pidiendo que “los militares salgan a las calles” y “maten a quien tengan que matar” para reestablecer el orden...

Si el terremoto fue, evidentemente, mucho más dramático en vidas humanas que en Haití, no deja de ser altamente aleccionador que la respuesta capitalista en ambos casos, haya incluido como primera medida el despliegue de un verdadero ejército de ocupación, sean los marines yanquis o los “carabineros” chilenos...

Llamamos entonces a la solidaridad incondicional con el pueblo chileno frente a la catástrofe. Hagamos una campaña conjunta de solidaridad con los pueblos haitiano y chileno. Basta de represión. Desmilitarización de las ciudades afectadas por el sismo. Expropiación de las cadenas de comercialización. ¡Ayuda humanitaria sí, represión no!