viernes, 15 de agosto de 2014

Néstor Kohan y el pensamiento crítico: Marx siempre joven

por Sebastián Zarricueta Cabieses   Julio/2014  La Haine

El libro 'Fetichismo y poder en el pensamiento de Karl Marx' fundamenta teóricamente los postulados de un marxismo crítico, desmarcado de la tradición soviética 

Néstor Kohan es un intelectual revolucionario argentino empeñado en rescatar las mejores tradiciones del pensamiento crítico latinoamericano. Su reciente libro 'Fetichismo y poder en el pensamiento de Karl Marx' fue candidato al Premio Libertador al Pensamiento Crítico 2013, que ganó la chilena Marta Harnecker con su obra 'Un mundo a construir (nuevos caminos)'. La obra de Kohan (Editorial Biblos, 644 págs., Buenos Aires) recibió mención honorífica. El suyo es un valioso aporte para la formación de nuevas generaciones de militantes revolucionarios.

La obra de Kohan se distingue por no estar escrita desde y para la academia. Su público preferente no son por tanto profesores y estudiantes universitarios, aunque no necesariamente los excluye. Se dirige preferentemente a los nuevos militantes político-sociales que se inician en el estudio del pensamiento revolucionario; como también a aquellos antiguos militantes que desean reafirmar su compromiso político, sin que ello signifique caer en una lectura dogmática de los clásicos. Néstor Kohan propone una lectura sistematizadora y renovada de los antiguos debates al interior del marxismo -y del pensamiento revolucionario en general-, tratando de sacar conclusiones y elementos valiosos para el presente.

UNA INTERPRETACION DEL MARXISMO DESDE LA POLITICA

Su lectura descansa sobre una interpretación eminentemente política, que evita el academicismo vacío sin que ello le lleve a perder el rigor propio y necesario del teórico revolucionario. Por lo mismo, el afán de ver confirmadas sus tesis lo llevan a extremar posiciones, a no considerar suficientemente todos los matices posibles de los argumentos opuestos y, en ciertas ocasiones, a caricaturizar las ideas que combate. Es esta, sin embargo, una unilateralidad propia que comparten todos aquellos que piensan y elaboran desde la siempre difícil y precaria trinchera militante, lejos de las comodidades de la academia.

Kohan elabora una novedosa lectura de la obra de Marx y los clásicos del marxismo, mirando siempre hacia la historia latinoamericana y a la práctica de los movimientos revolucionarios del continente. Sin embargo, las particulares posiciones adoptadas por Kohan dejan abierta su obra al debate, incluso a la crítica desde el mismo marxismo.

Al Premio Libertador al Pensamiento Crítico, Kohan concursó con dos libros publicados el año pasado. El que obtuvo mención honorífica y 'Simón Bolívar y nuestra independencia. Una lectura latinoamericana' (Editorial Yulca, 378 páginas, Barcelona).

INFLUENCIA DE LA REVOLUCION CUBANA Y EL PENSAMIENTO GUEVARISTA

Podría decirse que Kohan toma a la revolución cubana -hito que marca un antes y un después en la historia latinoamericana contemporánea- como el punto de referencia ordenador de sus investigaciones. Así, ha orientado sus trabajos a establecer los presupuestos teórico-políticos y sociales y la continuidad histórica del proyecto emancipador de dicha revolución con las luchas de independencia latinoamericanas.

En esta misma línea también destaca su rescate de las concepciones estratégicas inauguradas por la revolución cubana, tanto en lo referido a la lucha por derrocar el poder de clases dominante como en cuanto a la construcción del socialismo. Gran parte de ellas significaron intensos debates y rupturas con las tradiciones vigentes en la Izquierda de la época. Para ello Kohan ha indagado a fondo sobre el pensamiento y práctica de los principales líderes de esta revolución, especialmente en la figura del Che Guevara. Argumenta en este sentido que el pensamiento guevarista es heredero directo de los ideales de los padres de la independencia latinoamericana: Bolívar, San Martín, Martí, entre otros.

Además, en el ámbito del marxismo, el Che continuaría la línea inaugurada por Lenin, Trotsky y Rosa Luxemburgo; y se hermana con toda aquella tradición del marxismo que de una u otra forma rechazó la canonización de este corpus teórico hecha por el estalinismo y su uso como justificación para políticas de conciliación, tanto con fuerzas burguesas en el ámbito de las luchas nacionales como con potencias imperialistas en la arena internacional.

MARX1

EL FETICHISMO Y EL RESCATE DEL PENSAMIENTO DE MARX EN NUESTROS DIAS

El libro 'Fetichismo y poder en el pensamiento de Karl Marx' debe entenderse en el marco de la matriz teórica y la tradición que Néstor Kohan reivindica, aunque por su carácter fundamentalmente teórico no estén explicitados abiertamente en la obra. 'Fetichismo y poder…' es una síntesis de largos años de investigación realizada por el autor en pos de formular y fundamentar teóricamente los postulados de un marxismo crítico, desmarcado de aquella tradición que precisamente la irrupción de los movimientos de Izquierda inspirados en la revolución cubana y el pensamiento guevarista vinieron a poner en tela de juicio.

La obra, además, es ilustrativa en el sentido que constituye una recopilación de una serie de trabajos publicados con anterioridad en forma parcial, y que ahora se reúnen en un libro como un todo coherente y con un claro hilo conductor. El eje articulador lo constituye -como bien lo advierte su título- el concepto de fetichismo, una categoría fundamental desarrollada por Marx en el primer capítulo de El capital y que apunta a revelar la naturaleza del fenómeno de cosificación de las relaciones entre los seres humanos bajo el régimen de producción de mercancías del capitalismo.

La novedad introducida por el autor está en extender la aplicación de esta categoría más allá del ámbito estrictamente económico de la sociedad capitalista -que es donde originalmente Marx lo aplicó-, hacia otras esferas de este tipo de formaciones sociales. Así, la política, y en especial las distintas formas particulares que adopta la institución estatal bajo el capitalismo, aparece como todo un fecundo campo de aplicación de esta categoría en la obra de Kohan. También la cultura y la ideología aparecen como otros campos en que la categoría fetichismo tendría pertinencia para un abordaje desde el materialismo histórico de dichas manifestaciones.

El fetichismo sería, en síntesis, una categoría del marxismo no estrictamente económica, sino una de carácter totalizante. Para llegar a estos planteamiento Kohan confronta previamente, rechazándolas, aquellas nuevas corrientes progresistas surgidas en la academia que descartan la concepción totalizadora del marxismo, ofreciendo en cambio una visión fragmentaria de la dominación bajo el capitalismo.

Kohan también rechaza aquellas interpretaciones economicistas y evolucionistas de la obra de Marx. A través de un exhaustivo estudio llega a establecer un continuo entre las posiciones teóricas de los principales representantes de la II Internacional, los manuales de divulgación soviéticos e intelectuales de Izquierda más recientes, como Holloway y Negri que, a pesar de las aparentes disparidades de discursos, adoptan similares posiciones en cuanto a posiciones políticas.


Karl Marx: y sus Frases Ilustradas 

te sigo 

Para Kohan tanto las visiones fragmentarias del capitalismo como las visiones deterministas tendrían como correlato necesario una práctica política reformista, que en ningún caso llevaría a una impugnación revolucionaria del orden capitalista. Para rechazarlas el autor realiza, en lo que tal vez constituya el núcleo de la obra, una sólida -y pedagógica- defensa de la herencia hegeliana del marxismo, poniendo énfasis en el método dialéctico como articulador de la concepción marxista, sin el cual ésta termina por perder su característica de corpus teórico-práctico de la revolución.

En síntesis, con la aportación de Fetichismo y poder en el pensamiento de Karl Marx, a través de un lenguaje sencillo y pedagógico dirigido a la formación política de los militantes revolucionarios, Néstor Kohan introduce a los debates ocurridos al interior del marxismo desde sus inicios hasta nuestros días. Además, expone de los fundamentos teórico-filosóficos de éste, escapando de una presentación abstracta y esquemáticamente rígida y elaborando, de paso, una interpretación novedosa de categorías fundamentales en pos de una política revolucionaria para los tiempos actuales.

La fase demencial del totalitarismo neoliberal



por Alberto Rabilotta

ALAI AMLATINA, 05/08/2014.-  No hay que ser un experto para ver que en los últimos meses, y de manera cada vez más acelerada, el imperialismo estadounidense y sus aliados de la OTAN están tratando de crear todas las condiciones para transformar las relaciones internacionales en un nuevo teatro de confrontaciones con vistas a mantener el ya cuestionado sistema internacional unipolar y la hegemonía neoliberal.

Hace apenas tres años, cuando alboreaba la multipolaridad con los esfuerzos de creación de UNASUR y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), con Rusia tratando de consolidar una región euroasiática y los BRICS explorando una alternativa a la tiranía neoliberal, el imperialismo se lanzó a la creación de nuevos focos de tensión, interviniendo en Libia –que en ese entonces era un país clave de una necesaria integración africana-, en Siria y en países de África, y relanzó con fuerza la subversión en varios países latinoamericanos.

En la segunda parte del 2013, cuando arreciaba la agresión intervencionista en Siria, el último gran país del Oriente Medio con un sistema en el que convivían diversos pueblos, culturas y religiones, en el marco de la reunión del G20 en San Petersburgo y gracias a la carta del papa Francisco, Rusia introdujo el tema de Siria, amenazada con bombardeos aéreos por parte de Estados Unidos (EE.UU.) y países de la Unión Europea (UE) por el supuesto e inventado uso de armas químicas por parte del gobierno sirio, y forzó una difícil negociación para frenar la amenaza de bombardeos a cambio de sacar el arsenal químico de Siria y destruirlo. 

La firme posición rusa en el caso de Siria, que contó con el apoyo de China y la mayoría de países del mundo, mostró por primera vez que existían fuerzas capaces en la escena internacional para ponerle límite o término al sistema unipolar creado por EE.UU. desde el derrumbe de la Unión Soviética, y comenzar el restablecimiento de un orden multipolar, algo que para el imperialismo significaría el comienzo del fin de su proyecto de hegemonía neoliberal total. 

No en vano desde el 2013, y en particular durante la primera parte del 2014 cuando la CELAC se formó, y en perspectiva de la reunión cumbre en Brasil el BRICS esboza sus intenciones de crear instrumentos financieros para liberarse del dólar, que directamente o a través de sus lacayos locales EE.UU. y sus aliados arreciaron sus intentos subversivos en Venezuela e incrementaron la desestabilización política, financiera y económica en otros países latinoamericanos. 

Es en esta perspectiva de desestabilización, específicamente del gobierno de la presidenta Cristina Fernández, que juega un importante papel la decisión y todo el actuar del juez Thomas Griesa de Nueva York para favorecer a los “fondos buitre”: esa decisión constituye una nueva arma del sistema judicial estadounidense para someter a los países deudores, que son mayoría en el mundo, a una ley estadounidense que siempre es interpretada de manera a satisfacer al gran capital.

Y desde enero pasado el imperialismo neoliberal puso en acción las fuerzas que desde hace años venía financiando, entre ellas los ultranacionalistas y neonazis, para crear un peligroso foco de tensión permanente en Ucrania, en la “puerta de entrada” de Rusia. 

El rechazo del presidente constitucional Víctor Yakunovich a una integración con la UE que significaba la desindustrialización del país, disparó la operación para derrocarlo y reemplazarlo con uno que aceptaría, como ha sido el caso y muy rápidamente, el dictado de Washington, del FMI y de la OTAN, destruyendo a cañonazos y bombardeos la oposición interna en el Este del país, con el claro intento genocida de eliminar la población ruso-parlante, como dijo en la televisión un “periodista” ucraniano (1), y así recuperar esas tierras. No dijo, pero se puede asumir, que una vez “limpiadas” de “gente inútil” esos territorios servirían para instalar armamentos ofensivos de la OTAN y crear una constante amenaza directa a la seguridad de Rusia.

Para lanzar la reciente cruzada contra Rusia, como dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Moscú, Sergei  Lavrov, “si no hubiera sido Ucrania, les aseguro, cualquier otro aspecto de la política interior o exterior de Rusia les hubiera servido de razón”. Lavrov lamentó que las buenas intenciones expresadas por los “socios occidentales en Europa” no resistan la inercia de la Guerra Fría que busca “llevar a todos los europeos bajo el techo de la OTAN y hacerlos que se dirijan a Rusia con un tono severo”. Esta miopía política, agregó, está basada en la intención de imponer su voluntad a toda costa, de adoptar sanciones contra quienes disienten y tomar represalias contra quienes están por “la independencia y no aceptan obedecer el orden mundial unipolar” (2).

Este orden unipolar permite a EE.UU. y sus aliados la impunidad criminal que se manifestó por enésima vez en la agresión, con bombardeos y fuerzas terrestres que mataron a cerca de dos mil personas, en la Franja de Gaza. Israel actúa impunemente gracias al apoyo político, diplomático y a las armas y datos de inteligencia estadounidenses,  como confirman los documentos revelados recientemente por el informante Edward Snowden y publicados por el periodista Gleen Greenwald (3). 

rema mas, por Quino

La ley estadounidense debe prevalecer. 

Estados Unidos, cuya existencia jamás fue amenazada por guerra alguna fuera de la guerra de Secesión, no posee más que una definición ideológica de sus enemigos: aquellos que no aman el modo de vida estadounidense, se encuentren donde sea, afirmaba en 2005 el historiador Eric Hobsbawm durante una conferencia en la Universidad de Harvard dedicada a destacar las diferencias entre la hegemonía estadounidense y la otrora hegemonía británica. 

Este historiador argumentó que Gran Bretaña, como su hegemonía no dependía de la potencia imperial sino de su comercio, se adaptó más fácilmente a las derrotas políticas, como ya lo había hecho cuando tuvo su mayor derrota política, con la pérdida de las colonias en América. Y luego recordó que durante la Guerra Fría el crecimiento de las empresas estadounidenses en el mundo fue hecho bajo el padrinazgo del proyecto político de EE.UU., con el cual se identificarían muchos de los grandes patrones así como la mayoría de los estadounidenses. A cambio, dada su hegemonía mundial, la convicción de Washington de que la ley estadounidense debe prevalecer en las relaciones de los estadounidenses con el mundo adquirió una fuerza política considerable. 

Y Hobsbawm concluyó la conferencia con una pregunta cuya respuesta es ahora evidente: ¿Retendrá EE.UU. esta lección o cederá a la tentación de mantener una posición que se erosiona apoyándose en la fuerza político-militar, engendrando así no el orden mundial sino el desorden, no la paz mundial sino la guerra, no el avance de la civilización sino la barbarie? (4).

el neoliberalismo mata 
Ahora el paseo por la realidad y el despertar de la “inteligencia social”.

Por su naturaleza, que implica “desencajar” la economía capitalista de la sociedad y poner el Estado al servicio exclusivo de los grandes intereses económicos, financieros y comerciales, el imperialismo neoliberal no tiene otra alternativa que destruir toda forma de democracia y de soberanía popular y nacional. Su única opción es el totalitarismo. El intelectual húngaro Karl Polanyi, historiador de la economía, consideraba la idea de los “mercados autoregulados” a nivel mundial –el neoliberalismo- como una peligrosa utopía, y ya en 1945 advertía que EE.UU. tenía el basamento histórico e ideológico para intentar llevarla a cabo (5).

La utópica misión del neoliberalismo es instaurar un régimen universal basado en las leyes estadounidenses, como nos recuerda Hobsbawm, y para ello debe lograr que los Estados soberanos cedan su soberanía, acepten aplicar la ley estadounidense (¿No es lo que Griesa exige?) y derriben las barreras nacionales, para así convertirse en Estados garantes de un sistema al servicio exclusivo de  los intereses económicos representados en los oligopolios financieros, industriales, comerciales, mineros, agroindustriales, entre otros más cuyas casas matrices están en EE.UU., la UE, Japón, Canadá y otros países de la órbita imperial.

Tal sistema no admite alternativas socioeconómicas, sean nacionales o regionales y estén o no basadas en el capitalismo, que impliquen la intervención activa de los Estados, grados de planificación socioeconómica y que los pueblos a través de los organismos políticos y sociales, actuando en democracia, tomen decisiones soberanas para defender legítimos intereses populares y nacionales. 

Precisamente porque no puede tolerar competición alguna proveniente de otras alternativas socioeconómicas, ya que no tiene absolutamente nada de positivo que ofrecer a los pueblos, es que el neoliberalismo pudo desplegarse en toda su dimensión a partir del derrumbe de la Unión Soviética, cuando también se desplomó el orden mundial multilateral, y fue  aplicado con particular saña en Rusia y demás ex países socialistas.

Una de las razones por las cuales el imperialismo neoliberal se lanzó en lo que parece una desbocada carrera para imponer su dictado a nivel mundial, es que en dos regiones muy importantes, América latina y Eurasia, se han lanzado movimientos de integración económica, comercial, financiera y hasta monetaria. Y que estas iniciativas –que incluyen el BRICS en tanto que mecanismo de comunicación entre varias regiones-, han recibido nuevos impulsos políticos y están dando pasos hacia la creación de mecanismos para funcionar sin una subordinación al sistema neoliberal. Para el proyecto imperial estadounidense, que busca someter a todos los pueblos, estas iniciativas regionales deben ser destruidas.

El ministro de la Corte Suprema argentina Raúl Zaffaroni, al responder a la pregunta de Página/12 sobre qué reflexión le merece, como jurista y no como ministro de la Corte, la situación que plantean los llamados “fondos buitre”, dijo que “veo esto con un poco de miedo. Para decir la verdad, con mucho miedo. Como diría Galeano, todo parece patas arriba. Si trajésemos a alguien que hubiese dormido unas décadas, no podría entender nada. Tengo miedo por el mundo, esa es la verdad. El poder político, el de los Estados, está sobrepasado por el poder económico de oligarquías, de pequeños grupos de personas que manipulan a su gusto los medios de comunicación y el poder económico (…) Lo digo más claramente: siempre ha habido y es inevitable que haya vínculos  y acuerdos entre los poderes político y económico, pero ahora el primero tiende a desaparecer o a ser manejado completamente por el segundo transnacionalizado”.

Más adelante, y al ser preguntado por qué nos encontramos hoy en tal situación, el ministro Zaffaroni responde que “esa es la segunda parte de la cuestión y respecto a la cual tenemos que pensar en el futuro. Nuestros propios gobiernos cedieron la soberanía nacional, sujetándonos a un tribunal provincial extranjero (en el caso del juez de Nueva York,  Thomas Griesa) y a una Corte Suprema que declara no interesarle nada, en favor de unos especuladores con capacidad de pagar abogados y hacer lobbies (…) Creo que lo primero que debemos hacer con miras al futuro es reformar la ley y declarar imprescriptible la administración fraudulenta en prejuicio de los intereses nacionales en toda negociación internacional que comprometa sustancialmente la economía nacional. Sé que me colgarán cualquier cartel para descalificar esta opinión, pero el mundo penal internacional viene pensando estas cosas desde hace algún tiempo” (6).

El mismo 3 de agosto en Página/12, y quizás como prueba de que se está formando esa “inteligencia social” de que hablaba Karl Marx, el filósofo José Pablo Feinmann comienza su artículo enfatizando que “el capitalismo de las últimas décadas se ha manejado en el modo del vértigo”, descripción con la cual muchos analistas y periodistas estamos de acuerdo, y luego agrega que “el Imperio es el Imperio y no habla dialectos, no respeta la autonomía de los ‘polos’, arrasa con las identidades nacionales, los Estados nacionales () el orgullo europeo y las vidas iraquíes o las vidas de quienes se le opongan. No hay política multipolar, El capitalismo es un sistema totalizador. Lo fue desde 1492, cuando nace, y lo es hoy, más que nunca, por medio de la gran revolución de este tiempo, que no es la del proletariado marxista, sino, otra vez, la del burgués conquistador: la comunicacional” (7).

Todo lo anterior me parece señalar que el combate contra el imperialismo neoliberal es la tarea principal, y es una tarea urgente porque en su intento totalizador ha llegado a una fase demencial y mortal para nuestras sociedades y el planeta. Y justo cuando terminaba este artículo leí el esclarecedor análisis del filósofo Fernando Buen Abad Domínguez, “Multipolaridad” si pero anticapitalista”, del cual reproduzco una pequeña parte: “Pero el peligro de la confusión (hasta no tener claro de qué “multipolaridad” hablamos o habla cada cual) no anula la necesidad de quebrar el dominio del imperio yanqui. Tampoco implica cancelar -o satanizar- cualquier iniciativa, así sea parcial, que permita dar pasos adelante hacia la soberanía concreta mandatada por los pueblos. Sólo hay que asegurarnos de que tales pasos se dirijan hacia donde los pueblos mandan y no aparezcan los piratas reformistas que siempre tuercen caminos y veredas hacia sus reinos burocráticos plagados con gerentes serviles al capitalismo. La gracia radica en no caer en las trampas semánticas de las burguesías. La gracia está en no ilusionarse con falacias ni hacerse esclavo de ellas. Ese error nos ha costado mucho.”(8)

Notas:

1.- "It’s perfectly simple. You need to kill 1.5 million people in Donbass". URL https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=S9SOVarOFJk

2.- Sergei Lavrov en entrevista con Itar-Tass. URL http://en.itar-tass.com/russia/743470

3.- Cash, Weapons and Surveillance: the U.S. is a Key Party to Every Israeli Attack, by Glenn Greenwald URL https://firstlook.org/theintercept/2014/08/04/cash-weapons-surveillance/

4.-  Eric J. Hobsbawm, citas de las páginas 72 y 78 (capítulo tercero) de libro “L’Empire, la démocratie, le terrorisme”. André Versaille Editeur/Monde Diplomatique, 2009.

5.- Karl Polanyi, Capitalisme Universel ou Planification Régionale?, página 486 del libro Essais de Karl Polanyi, Éditions du Seuil, 2008.

6.-“Esto es un escándalo jurídico”, entrevista al ministro de la Corte Raúl Zaffaroni, Página/12 del 3 de agosto de 2014. URLhttp://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-252153-2014-08-03.html

7.- José Pablo Feinmann, “La Sociedad de los Lobos”, http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-252149-2014-08-03.html

8.- Fernando Buen Abad Domínguez, Rebelión, 5 de agosto 2014, URL http://www.rebelion.org/noticia.php?id=188114

- Alberto Rabilotta es Periodista argentino-canadiense.

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Fidel 88, mucho para festejar


por Carlos Aznárez

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Resumen Latinoamericano, 13 de agosto 2014.- Comandante, iba a escribir otro artículo sobre tu digna existencia. En varias ocasiones he “emborronado cuartillas” a lo largo de mi militancia periodística y de la otra, de esa en la que muchos nos zambullimos con las armas en la mano en los 70, hasta dejar la piel en la embestida, al calor de tu grito de guerra allá en Sierra Maestra. Pero me di cuenta que las palabras y la admiración que te profesamos ya las había escrito hace tres años, cuando cumplías tus 85. Lo que te dije en aquel entonces está intacto en mi corazón y en el de quienes hoy te homenajeamos en todos los rincones del mundo donde los pueblos se siguen levantando, como en Palestina heroica, a la que tú le has dedicado una reflexión de urgencia. Por eso, repito el texto, sin tocar una coma, y te vuelvo a decir: seguimos en pie, Comandante, con tus ideas y tu coraje.

¿Cuántos Fideles hay en este Fidel que en estos días cumple 88 años de muy vivida existencia? Seguramente que muchos. Tantos que no alcanza la memoria para evocarlo. Hay un Fidel -menos conocido-, que desde muy joven se puso en marcha para, en los claustros universitarios, comenzar un intenso camino de agitación que lo llevó pocos años después a militar activamente – haciendo honor a un internacionalismo al que luego abrazaría con pasión- contra el dictador dominicano Leónidas Trujillo.

Hay otro Fidel que se dio cuenta enseguida que todas las teorías del mundo no son suficientes si no se ejerce una práctica audaz e inteligente contra el autoritarismo, y junto con un puñado de valientes asaltó el Moncada, abriendo así un sendero que no se detendría más hasta la toma del poder, una meta imprescindible si se quiere hacer una Revolución con mayúsculas.Pero qué decir de ese Fidel, que con Raúl, el Che y otros tantos patriotas desembarcó del Granma, y cuando todo parecía venirse abajo, entre cadáveres de sus mejores hermanos y las balas del enemigo, contó los fusiles y se repitió varias veces, como para que lo oyeran los esbirros de la dictadura batistiana, que con esa decena de hombres que quedaban en pie, ganarían la batalla.

Del Fidel de Sierra Maestra habría mucho para contar. Él mismo lo ha hecho recientemente, con su estilo locuaz y sumamente descriptivo, en dos libros de lectura imprescindible para entender de qué se trató esa epopeya :”La contraofensiva estratégica” y “La victoria estratégica”.

Allí, en aquellas montañas victoriosas, apareció con toda claridad el Fidel combatiente, el estratega militar capaz de convertir en triunfo aplastante lo que minutos antes iba camino a convertirse en derrota, el Fidel compañero de sus compañeros, severo cuando se trataba de hacer que se cumplan sus órdenes, sabedor de que cualquier duda en un combate tan desigual como el que libraban, podía hacer capotar el proyecto revolucionario.

Pero también supimos en esos pocos años de batalla directa contra la soldadesca de Batista, de ese Fidel que respetaba la vida de sus enemigos una vez que eran capturados en combate, marcando de esa forma un territorio de humanidad, que en varias ocasiones provocó deserciones masivas entre los uniformados del régimen, y generó las bases para que pocos miles de rebeldes vencieran a un ejército regular y bien equipado de cien mil soldados, que contaban con tanques, aviones bombarderos, y la ayuda internacional de los imperios yanqui e inglés.

Después, cuando los barbudos felizmente marcharon victoriosos hacia La Habana, en aquellos días memorables del 59, comenzó a desarrollarse la vida de un Fidel que terminó asombrando al mundo. Revolucionario hasta la médula, liberó a su pueblo de la opresión y de la cultura gringa que lo asfixiaba, expropió y nacionalizó todo lo que antes era de cuatro magnates subordinados a la mafia norteamericana, y ejerció el internacionalismo con la misma potencia que antes había desarrollado para derrotar al tirano.

Codo a codo con el Che, no dudó de emprender una prolongada marcha para conquistar la por ahora pendiente segunda Independencia latinoamericana. Venció al Apartheid sudafricano, ayudó a liberar Angola, abrazó a Salvador Allende y apretó los puños de rabia, como pocos, cuando se enteró que su hermano Guevara caía en combate en Ñancahuazu.

Cuántos rebeldes del continente se siente enormemente agradecidos por lo que hizo Cuba por ellos, cuántos luchadores por el socialismo no hubieran podido gestar múltiples hazañas en sus países sin la decisión solidaria y comprometida de Fidel y sus compañeros. La lista es extensa y a través de ella, Cuba y su Revolución fueron escribiendo páginas de dignidad imposibles de olvidar.

En esos años y en los venideros, Fidel debió multiplicarse, para que la Isla no se hundiera tras la caída del bloque socialista, para intervenir con clarividencia en temas de deuda externa, anunciando antes que ninguno, que la misma era impagable por ilegítima. También propuso soluciones para cuidar y defender el medio ambiente, o encarar gigantescas iniciativas en temas de educación y salud para su pueblo, que luego fueron y son derivadas de manera solidaria hacia el resto del mundo.

Sin embargo, la madre de toda las batallas fue la que libró Fidel, abrazado con su pueblo, contra el criminal bloqueo imperialista.


Medio siglo de obligadas carencias, que fueron derrotadas a punta de digno coraje y la convicción de que a las revoluciones verdaderas se le oponen miles de escollos. Para que semejante agresión no pueda salir airosa, Fidel lo repitió siempre, la medicina es tener conciencia revolucionaria y convicción de que se libra una batalla justa, forjar una inmensa unidad de los de abajo, y sacrificarse hasta las lágrimas.

“Después de Dios, Fidel”, dijo emocionado un agradecido ciudadano de Haití, al defender las misiones médicas y alfabetizadoras que el gobierno cubano derramó por todo el mundo, llegando allí donde nadie se atrevía. Eso es lo que en estos días todos los que agradecemos su necesaria vigencia tenemos la obligación de recordar cuando nombramos a Fidel. Nunca, pero nunca, nos falló.

Lo decimos desde la constatación de saber en que clase de mundo vivimos, donde la felonía, la corruptela, el transfuguismo y la claudicación se han convertido en moneda corriente. Frente a esas lacras, Fidel, Cuba, su pueblo, la vieja guardia y las jóvenes generaciones revolucionarias, siempre han mostrado que se puede. Que con voluntad política y conciencia revolucionaria no hay enemigo invencible.

Ahora, que el Comandante, ese mismo al que su pueblo llama cariñosamente “el caballo”, sigue galopando con tantas ansias de futuro, ahora que ese enemigo al que le soportó la mirada, a pesar de tenerlo a sólo 90 millas, comienza a derrumbarse, tal cual anunciara el propio Fidel en aquel acto memorable junto con Hugo Chávez en la provincia de Córdoba, ahora que combina sabias reflexiones con gestos imborrables de ternura hacia quien considera su hijo político venezolano -como tal, también hacedor de revoluciones- y le anima para batallar contra su sorpresiva dolencia, ahora, cuando sus palabras en defensa de la vida contra la muerte que sigue derrochando el Imperio allí donde se asienta, ahora, precisamente, es tiempo de homenajear a Fidel.

Es hora de decirle, sin rubores de ningún tipo, que lo queremos por todo lo hecho, y por todo lo que seguramente seguirá haciendo. No es cursilería, ni obsecuencia decir esto, no somos ni una cosa ni la otra y sabemos de ambas por vivir en países donde se practican con desmesura, sólo se trata de hacer justicia con alguien al que desde que nos apareció la conciencia, siempre tuvimos de nuestro lado. Por muchos años más, Fidel. Para que nuestros enemigos sigan rabiando, y los de abajo y a la izquierda (como diría el Subcomandante Marcos) festejen con ganas tu noble y vital existencia.



Moncada, germen de revolución


Francisco Farina y Romina Fernández / Foto: marcha.org.ar

Inspirados en José Martí, el 26 de julio de 1953 un grupo de jóvenes da el primer paso para lo que sería unos años más tarde el triunfo revolucionario. La epopeya del Cuartel Moncada, semilla de la Cuba soc
ialista.

“Era necesaria una arremetida final para culminar la obra de nuestros antecesores, y eso fue el 26 de julio”, explicaba Fidel Castro en el 20º aniversario del Asalto al Cuartel Moncada. Interminable es la bibliografía que aborda a la Revolución Cubana. Intelectuales de todos los perfiles imaginables y geografías disponibles trataron y tratan de explicar el proceso revolucionario de la pequeña isla. Si queremos entender la génesis, la victoria y el proceso revolucionario contra la dictadura batistiana hay que retroceder un poco más que al 1 de enero de 1959. Será cinco años antes, en pleno carnaval, cuando un grupo de jóvenes realizaría la primera acción que se explica en la coyuntura que se vivía en la isla a principios de la década de 1950.

I
Era el 10 de marzo de 1952. Fulgencio Batista, candidato por el Partido Acción Unitaria, se adelanta abruptamente a las elecciones fechadas para el 1 de junio. Sucede lo que se venía sospechando durante la campaña electoral: un golpe de Estado que destituye al entonces presidente Carlos Prío Socarrás. Anteriormente se había suicidado Eduardo Chibas, el principal representante y candidato del Partido del Pueblo Cubano (Partido Ortodoxo), donde militaba el estudiante de abogacía Fidel Alejandro Castro Ruz.

Con el golpe de Batista, Cuba se sumerge en una crisis mayor a la que venía padeciendo. La isla se transforma en escenario ideal para el turismo berreta de casino y prostitución. Una extensión de los Estados Unidos, cuyo gobierno reconoce como legítimo al gobierno de facto. Atrás queda la posibilidad concreta de un cambio por la vía electoral. Tan cerca que había estado. El clima es de descontento y rechazo, y el estudiantado sale a las calles. “No fue un cuartelazo contra el presidente Prío, abúlico indolente; fue un cuartelazo contra el pueblo, vísperas de elecciones cuyo resultado se reconocía de antemano”, escribiría Fidel.

En el local del Partido del Pueblo Cubano, en Prado 109, circulan jóvenes militantes. Se multiplican en cada localidad cubana. Son estudiantes, obreros, profesionales, campesinos. Se discute, se planifica. Se concluye que la única salida en aquel contexto es la lucha armada.

II
Madrugada del 26 de julio de 1953. Granjita Siboney, ubicada camino a Playa Siboney, a pocos kilómetros del centro santiaguero. Un tipo de cara seria, bigote bien recortado y espalda ancha llamado Fidel Castro Ruz, junto a otro de anteojos y peinado prolijo de nombre Abel Santamaría, organizan los próximos movimientos de la noche. Frente a ellos, 158 hombres y dos mujeres escuchan y esperan directivas. Otro puñado hace lo mismo en Bayamo. Hace algunas horas que están ahí. No saben con precisión qué va a pasar, pero saben que están en algo grande.

Últimos detalles antes de la partida. Se dividen tareas y puestos. Se reparten las armas. Se calzan los uniformes. Cantan el himno. Recitan poemas del compañero Raúl Gómez García y leen el Manifiesto que más tarde planean dar a conocer a toda la Nación. Última oportunidad para darse la vuelta y ninguno se arrepiente. Ahí están Fidel y Abel, esperando que las ideas se hagan acción. Ahora todos saben el verdadero objetivo, el cómo y el cuándo. Están ahí preparados para asaltar el Cuartel Moncada, segunda fortaleza militar del país. Y el Cuartel Manuel de Céspedes en Bayamo, para cerrar cualquier posibilidad de avance militar desde ese  costado.

Salen los autos con los muchachos y las dos muchachas rumbo al Cuartel. El puñado de Bayamo se prepara para lo suyo.

Cerca de las 5 de la mañana del 26 de julio, lo que suena no son fuegos artificiales, son estruendos de ametralladoras. Tardan los santiagueros en darse cuenta. Fidel, encargado del cuartel, no llega a entrar. Algo sale mal y avispa a los uniformados de la jugada próxima. En el hospital Saturnino Lora, frente al cuartel, Abel y sus compañeros logran reducir al personal de la entrada pero se dan cuenta que afuera no están corriendo en suerte. Raúl, en el Palacio de Justicia, aborta la misión.

La operación no logra concretarse, muchos caen en combate, otros caen apresados, torturados y asesinados. Son 62 los muertos en total. Sólo ocho de ellos fueron durante el tiroteo. Después están los que fueron detenidos, torturados hasta el cansancio y asesinados en el hospital y el Cuartel. Los que lograron esconderse y fueron encontrados, torturados hasta el cansancio y asesinados. Y están los que huyeron con Fidel y fueron encontrados cinco días después en el monte, con garantías negociadas desde la Iglesia para no ser torturados y asesinados

III
En el juicio que se les realiza dos meses después, el joven abogado Fidel Castro debe auto-defenderse ya que se le negó dicho derecho. Fidel se las ingenió para escribir una autodefensa ejemplar, denunciando todas las ilegalidades de Batista y las torturas a sus compañeros. Esas palabras llegaron a escondidas y en pequeños papeles a las manos de los compañeros, gracias a Haydée Santamaría y Melba Hernández, quienes lograron hacerlo circular. El texto, conocido más tarde como “La Historia me absolverá”, se transforma en un libro indispensable que explica los últimos 58 años de la historia cubana. A Castro, en un juicio aislado y lleno de irregularidades, se lo condena como a los otros combatientes hasta con 15 años de pena.

Después de un tiempo, es Isla de Pinos, varios partieron al exilio. Esa es la continuación de la historia. Fidel en México. La llegada de un argentino que venía viajando por Latinoamérica. El Movimiento 26 de julio, la generación del Centenario del nacimiento del apóstol José Martí y al calor de sus ideas y el antecedente del Moncada. Los largos días en Sierra Maestra. El sueño era posible y en el camino se fueron sumando hombres, mujeres, jóvenes, miles a continuar lo que nació en la Granjita Siboney.

Al dejar Cuba y partir al exilio, Fidel dijo que de un viaje así no se vuelve o se vuelve con la tiranía descabezada a los pies. Hoy, aquel Cuartel Moncada es una escuela. Esa es la Revolución que expresa Fidel en su defensa. Esas son las ideas por la cual el pueblo cubano acompañó al Movimiento 26 de julio y derrotó a la dictadura de Batista. Esas son las mismas ideas que hoy hacen a Cuba inquebrantable frente al imperialismo.

Nota publicada en marcha.org.ar