miércoles, 24 de febrero de 2010

La DesUnión Europea


La unión formal entre los Estados jamás supone la unidad identitaria entre los pueblos ni mucho menos la conciliación entre las clases sociales que se enfrentan al interior de cada país

Jesus Silva para kaos

La nueva Unión Europea (UE), cuya base jurídica es el recientemente aprobado Tratado de Lisboa (TL), ha sido presentada a la opinión pública como paradigma de la integración perfecta, al presuntamente unificar en lo que a leyes, economía y política respecta, a un continente en extremo complejo cuyas diferencias históricas, étnicas, religiosas, culturales, económicas e ideológicas provocaron hasta el siglo pasado, dos guerras mundiales.

Se ignora que la unión formal entre los Estados no supone la unidad identitaria entre los pueblos ni mucho menos la conciliación entre las clases sociales que se enfrentan al interior de cada país. Por ello, es inadmisible hablar de integración ejemplar o la conquista de la mejor Europa posible, mientras no supere el modelo capitalista que multiplica exclusión social, leyes xenofóbicas, crisis moral y explotación del obrero.

Como investigador en Europa, constaté el separatismo arraigado en varias comunidades autonómicas de España y los mecanismos usados en los últimos años por Cataluña y Euskadi para la implantación de Constituciones propias en contravención al gobierno central. En aquel reino, las diferencias de lengua y la pelea regionalista han impedido darle al himno una letra oficial con la que todos se sientan representados. Si difícil es unificar al país de Cervantes, mucho más a toda Europa.

En efecto tras una primera consulta, el TL sufrió el rechazo de los ciudadanos en referéndum popular, lo que hizo necesaria su modificación y relanzamiento para ser aprobado sólo con el voto de los parlamentos de los Estados miembros. Consumada esta maniobra, la legitimidad del TL y su eficacia política en la sociedad están afectadas, pues millones de ciudadanos, partidos políticos, sindicatos y organizaciones sociales se oponen al arbitrario modelo unitario. Desde el injerencismo supranacional, pasando por el aborto, hasta la admisión de la islámica Turquía en la UE, generan división política.

(*) Constitucionalista y Penalista. Profesor Universitario.

http://jesusmanuelsilva.blogspot.com

CHILE: Allamand y El Mercurio iniciaron 'travesía' para asfixiar libertad de opinión en Internet


La demanda de Allamand por 'amenazas de muerte política virtuales' sirvió a sectores ultristas de la derecha como trampolín para procurar ahorcamiento de libertad de prensa y de opinión en internet

Arturo Alejandro Muñoz | Para Kaos

SI ALGUIEN SUPUSO que las publicaciones, artículos, columnas y comentarios que aparecen rutinariamente en las páginas electrónicas no eran leídas por los políticos, o que no interesaban a los dueños de la férula económica-financiera ni a los magnates de las comunicaciones (como EMOL y COPESA), habrá de reconocer ahora que se encontraba en un profundo error.

Hace sólo algunos días se supo que el senador Andrés Allamand –sempiterno impulsor de las candidaturas a cualquier cargo para Sebastián Piñera- había denunciado en tribunales de justicia a un constructor civil, oriundo de Concepción, por “amenazas de muerte vía correo electrónico”, agregándose en la demanda judicial el hecho de que el acusado “acostumbra realizar comentarios en la prensa electrónica”.

Se equivoca quien suponga que esta actitud del senador Allamand -mediática en cuanto comunicar el hecho a la prensa y darle tratamiento de “asunto gravísimo de la máxima relevancia”-, obedece a un sentimiento de profundo disgusto y decepción por no haber sido considerado para cargo alguno por el flamante presidente electo, pues lo que probablemente persigue realizar Allamand (zorro viejo y correteado en estos avatares políticos de dimes y diretes a través de la prensa) no sea sino un intento, un prolegómeno tibio, por estructurar el amordazamiento de quienes disientan del nuevo gobierno a través de medios electrónicos, habida consideración que en estos, afortunadamente, existe poca censura y una masiva presencia de lectores.

La derecha, hoy, domina sin contrapeso la prensa escrita (Emol-Copesa), la televisión abierta y gran parte de las radioemisoras comerciales, pero aún subsisten (aunque agonizantes por carencia de presupuestos) algunas radioemisoras comunitarias, diarios electrónicos y, por cierto, el FB (facebook) y los blogs, elementos independientes a los cuales ciertos personeros y asesores de la coalición derechista UDI-RN desean ponerles bozal o, simplemente, minimizar su presencia entre los chilenos que utilizan computadoras e Internet.

Para adobar lo anterior y tenerlo preparado al momento de darle el tiro de gracia, el máximo exponente de los diarios derechistas (con innegable pasado golpista), El Mercurio –a quien le molesta la presencia de competencia virtual-, se colgó de la noticia que inicia este artículo (demanda de Allamand por presunta amenaza de muerte política vía Internet) para desacreditar subliminalmente a los medios electrónicos, estableciendo como ‘prontuario’ del acusado el hecho de que ese individuo es “un asiduo comentarista en foros de Internet”

www.emol.com/noticias/nacional/detalle/detallenoticias.asp?idnoticia=399127

Historia y metodología viejas las usadas por El Mercurio, sediciosas, basadas en el terror.

Recordemos que en la dictadura se instauró en gran parte de los chilenos la autocensura en los escritos, esto obviamente debido al miedo de ser detenido por agentes del Estado, caer en las garras de gorilas torturadores y perder no sólo la dignidad y libertad, sino también la vida.

Quizás, el mensaje que la prensa derechista quiere entregar a través de artículos como el ya mencionado mercurial no sea sino: “abandone los diarios electrónicos, no comente en ellos, no los lea; recuerde qué les ocurrió a miles de chilenos desde el año 1973 hasta el año 1990”.

Pero, en estricto honor a la verdad, lo que El Mercurio y la derecha desean es que nadie, nunca más, pueda leer en parte alguna los eventos indesmentibles que protagonizaron relevantes dirigentes políticos en el pasado cercano, como ha sido el caso de Jorge Schaulsohn y del propio Andrés Allamand, quienes hoy fungen graciosa y gratuitamente como ‘demócratas’, pero que en sus respectivos curriculum vitae tienen oscuros asuntos sin resolver.

Asuntos que, por supuesto, atingen a la pretendida (aunque falsa y débil) situación de paz social y política en Chile, que no han sido debidamente aclarados, como si nunca hubiesen acaecido en nuestro país los deleznables eventos sanguinarios cometidos por un conocido tropel de militares enganchados a la carreta de intereses derechistas, los cuales optaron por asesinar la institucionalidad y perseguir a golpe de fusil y tajo de bayoneta a quienes insistían en la necesidad de respetar la Constitución y la democracia, para de ese modo privilegiar sin riendas ni ataduras los devaneos economicistas y comerciales de unas escasas familias supuestamente aristocráticas (cosa difícil de encontrar en las naciones latinoamericanas donde, mayoritariamente, las poblaciones derivan de las razas originarias y/o de algunos europeos que hace cinco siglos tenían características de vagabundos, forajidos y asesinos, escapados del garrote, la horca y la celda en sus respectivos reinos inquisidores).

El año 2008 la prensa electrónica publicó los artículos que se encuentran en los links siguientes, los que nunca fueron desmentidos ni ‘enjuiciados’ por los señores Allamand y Schaulsohn. Dos años más tarde, esos mismos artículos sirven para ratificar lo que en ellos se dijo.

http://www.kaosenlared.net/noticia/claroscuro-jaime-guzman-derecha-chilena

http://www.generacion80.cl/noticias/columna_completa.php?varid=3439

Por sus hechos los conoceréis, dice el antiquísimo adagio que hoy viene como anillo al dedo para retratar de cuerpo entero a ciertos demócratas de última hora, a esos que hablan de libertad e igualdad cuando ven que es imperiosa la necesidad de contar con el sufragio de miles de desavisados ciudadanos que apuestan a un cambio favorable a los intereses de los poderosos de siempre…a uno de esos cambios que (puesto que de adagios estamos hablando) responden exactamente al refrán que podía leerse en una lápida de una tumba en Madrid: “aquí yace el español que, estando bien, quiso estar mejor”.

Y para ser concreto en las apreciaciones, recuerdo a un Andrés Allamand -los años 1972 y 1973- pidiendo la intervención armada y violenta de los militares desde la época en que él era un estudiante secundario y dirigía la FESES (federación de estudiantes secundarios santiaguinos), tribuna que usaba sin ambages ni remordimientos contra el gobierno de Salvador Allende, amparado y protegido en ese entonces por la golpista CODE (Confederación Democrática) que conformaban conservadores, liberales, Patria y Libertad (fascistas declarados), democristianos y algunos radicales.

Baste recordar las calumnias contra el Presidente Allende, el criminal PLAN Z, que provocó y justificó miles de asesinatos y desapariciones, los 15.000 esfumados "guerrilleros cubanos" y los siniestros montajes (Operaciones Jaguar, Colombo, Cóndor, etc.) de los SS de los golpistas neoliberal-fascistas chilenos de 1973 que Allamand justificó en su momento y que ahora sigue defendiendo a brazo partido.

Nada ha cambiado Allamand, nada ha evolucionado políticamente…ello está demostrado en su accionar de estos últimos años, en sus exigencias de ‘desalojo’ y, ahora, en sus intentos de socavar subrepticiamente la única prensa realmente libre e independiente que sobrevive a duras penas en el país: la electrónica. Cuenta, por cierto, con el decidido apoyo de diarios ultra derechistas y abiertamente sediciosos, como El Mercurio, amén del visto bueno silente pero significativo de las tiendas partidistas que servirán de soporte al gobierno del empresario Piñera.

El asunto de la demanda por ‘amenazas virtuales de muerte política’ ha servido a los sectores ultristas de la derecha dura como acicate y trampolín para deslizar sus intenciones más severas, entre las que se encuentra el ahorcamiento de la libertad de prensa y de opinión por medio de Internet. Para allá va el disparo, qué duda cabe.