jueves, 1 de octubre de 2009

Ser pobre y haber heredado la pobreza

Arriba los pobres del mundo. Que los ricos ya tienen su lugar

por Pablo Varas (Chile)

En estos tiempos de elecciones presidenciales en que la preocupación por el hombre y sus necesidades se hace más cotidiana, cuando se espera el aterrizaje de casi un millón de empleos, cuando son incontables las opiniones que vuelan entre los pequeños espacios que deja la prensa alineada al sistema, se hace necesario reflexionar sobre un problema que cruza a la humanidad, que está presente cada día y frente al cual muchos pasan de puntillas। La pobreza, y ojo… en Chile hay pobres.

Ser pobre y haber heredado la pobreza, nacer en el lugar equivocado, no es culpa de que fueron malas cartas en un juego de naipes, aunque sabemos que el sistema, sus sostenedores y aduladores si marcan las cartas, ellos ganan सिएम्प्रे. No se es pobre por no venir al mundo sin la marraqueta bajo el brazo. Ser pobre es ver pasar la alegría y que te de vuelta la cara. Vivir condenado a un rincón oscuro. Ser pobre es una cosa que duele, no saber de mañana, y del ayer que es sólo un mal recuerdo. Y entonces hay que arrancar de la pobreza, intentar algo…, el salto hacia alguna parte, hacia alguna cosa que cambie esa condena diaria. Sin embargo, sabemos se sufre por partida doble, lo que es dos veces más malo. El mercado muestra lo que hay que comprar, pero entraba al mismo tiempo su acceso, porque se es pobre, un sin dinero.

Sucede que los pobres no son unos cuantos hambrientos que deambulan por aquí o por allá, o unos cuantos mendigos con olor a meaos de perros, o tres ó cinco menores rondando cerca de la mesa donde comen los turistas, es que son miles de millones en todo el mundo y Chile también aporta a la estadística mundial. El sistema tiene esa posibilidad y los medios, puede cuantificar a sus victimas, se puede conocer el número exacto de miserables. El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, nos dice que el año 2025 habrá 1.200 millones de personas con hambre crónica.

Cuando un grupo de hombres y mujeres pobres, incluyendo niños, suben en una barca de “ese” lado del mundo, llamada África, lo hace sabiendo que de él/ella dependen muchas personas, familiares muy cercanos, por decirlo de alguna manera. El que se sube a una embarcación y cruza el Estrecho de Gibraltar, tiene una mínima oportunidad de acercarse al futuro, no obstante hay que decirlo también, que el futuro es un trabajo mal pagado, sin seguridad social y viviendo en sectores de marginalidad, de los que existen en Europa.

Y se sube a la embarcación desde dónde no se ve otra cosa que el cielo que calla, y el ruido que hace el mar, es entonces que siente que lo ataca una vez más silencioso el hambre y el frío, y su organismo se hace más chiquito aún, los vasos sanguíneos se hacen más pequeños y la sangre se dedica a sostener solamente los centros más vitales. Los labios, las orejas, los dedos, los parpados ya no son fundamentales. Entonces el pobre va adquiriendo la textura de una estatua…, rígido, silencioso. El calor lo va abandonando.

El frío le rompe el cerebro como un ejército con miles de lanceros, que lo empujan al delirio, no recordará nada ni su origen, ni el lugar en que se encuentra y entonces ya el destino es niebla pura. Allí en esas barcas, para los africanos y marroquíes, mojados, inmóviles, es muy difícil saber si el frío es la camisa o la piel. La temperatura del cuerpo comienza a bajar lentamente y el daño en las células es irreparable. No hay vuelta posible, el cuerpo se tensa cada vez más, ya está en el final de su vida, o algo parecido, llega una parada cardiorrespiratoria, la misma que también afecta a los que viven con la cantidad adecuada de proteínas y calorías o con más colesterol del permitido. En esto si finalmente se parecen. Como dice un buen poeta, la muerte no acepta propinas.

Sobreviven unos cuantos, los pocos que logran abrazarse para soportar el frío. ¿Qué importancia puede tener en esos momentos el hambre cuando no saben que valor tiene su vida? Ellos se mueren si saber que lo mismo sucede en Marruecos, Filipinas, Costa de Marfil, Senegal, Somalia, Burkina Faso y… Chile

Y del otro lado del planeta otro mundo, dónde se habla de crisis. Los bancos acumulando beneficios. Orgías financieras. Se habla con mayor intensidad y naturalidad de hipotecas basura, que puede tener alguna relación con la calidad de vida. Se menciona a las jaurías de especuladores en Wall Street y en Chile también existe, Piñera es uno de ellos. La globalización queda al desnudo demostrando que es de papel, que no es la más bonita del baile. El sistema estalló en mil pedazos, rapiñas, la búsqueda de beneficios rápidos, la especulación, la manipulación de los malacatosos. Doscientos mil millones de euros están desaparecidos, nadie los encuentra, nadie los quiere buscar tampoco, ni existe la voluntad de nada.

El desplome de Halifax Bank of Scotland, el emblemático norteamericano Lemman Brotherts, hoy con menos prestigio que la Caja de Crédito Prendario. Lo pequeño que está quedando el puerto de Mónaco para recibir tanto yate. El primer mandamiento del sistema capitalista rodando por el suelo “El Estado no es la solución, es el problema” (Ronald Reagan). La promesa de que globalización nos haría felices a todos.

Casi todos los gobiernos del mundo corriendo para salvar a los delincuentes de la banca, ladrones de cuello y corbata con portadas en periódicos y revistas, que no es otro camino que seguir condenando al hambre y a la pobreza a miles de millones de personas en todo el mundo, y en Chile… también.

¿De qué crisis se habla cuando los responsables de este crimen de lesa humanidad, deberían ser juzgados por algún tribunal por condenar a la pobreza a millones de personas?, y sucede todo lo contrario, ésos son beneficiados y aplaudidos, Bob Diamond alto responsable del Barclays Bank declaró haber recibido honorarios por 50 millones de euros. Marcel Ospel ejecutivo del banco suizo UBS 15.7 millones Josef Ackermann la bagatela de 10 millones de euros. Estos son los iconos a los cuales tratan de emular nuestros criollos y otros personajes de la política chilena.

La separación del mundo entre ricos y pobres no viene del lado de los sin nada, de la esquina donde viven los olvidados, ellos son la verdadera preocupación de la izquierda. Tratamos de generar las condiciones para que ellos sencillamente, puedan tener donde optar para mejorar sus precarias condiciones de vida, y hay que avanzar en ese norte, sumando voluntades.

Nada ha cambiado. El mundo seguirá dividido entre los ricos… tan pocos, y los pobres… tantos millones, pero lo que no se puede aceptar es que frente a esta hecatombe económica mundial -donde los pobres nada tienen que ver- se salga aplicando el socialismo entre los multimillonarios, y el sistema capitalista en los sectores más sencillos y pobres.