jueves, 25 de agosto de 2011

CHILE: LOS ESTUDIANTES BUSCAN TERMINAR CON LA HERENCIA DE PINOCHET

En Chile renacen los sueños de Allende
por Victor de la Fuente


Cientos de miles de jóvenes se manifiestan en las calles, algo que no se veía desde los años finales de la dictadura (1). Los estudiantes chilenos, en tres meses de masivas movilizaciones, cambiaron la cara del país y han puesto en una incómoda posición al gobierno derechista de Sebastián Piñera.

La sociedad chilena despertó tras dos décadas en que estuvo semi adormecida, ya que de alguna manera se había conformado a la idea que no había otra alternativa que el neoliberalismo.

''Está terminando una etapa de la historia del país. Se inició hace más de veinte años y ha abarcado cinco gobiernos. Comenzó llena de esperanzas cuando los chilenos pusieron fin en 1988 a una dictadura. Más allá de sus logros, la etapa postdictatorial acumuló desesperanza y frustración. Las promesas no realizadas han consolidado una sociedad profundamente injusta'', sintetiza un texto escrito por tres dirigentes de una nueva fuerza de izquierda (2).


¿Dónde quedó el ejemplar "modelo chileno", "el jaguar de América Latina"? Si hace cuarenta años, cuando el país era más pobre, la educación era gratuita, ¿qué ha pasado con el desarrollo y los altos índices de crecimiento?, ¿dónde está el dinero del progreso?, se preguntan los estudiantes.


El 28 de abril, presagiando el gran movimiento que se desataría en junio, se realizó la primera movilización nacional de universitarios, de planteles públicos y privados, contra el alto nivel de endeudamiento que deben asumir para acceder a la educación superior (3).


En mayo comenzaron a percibirse vientos de cambio cuando treinta mil personas manifestaron en Santiago, y varios miles en diversas ciudades, contra el proyecto HidroAysén, que busca instalar cinco mega represas en la Patagonia. Los opositores reaccionaron con rapidez en defensa del medio ambiente y en rechazo al gigantesco negocio de la multinacional Endesa-Enel, asociada al grupo chileno Colbún. Ese proyecto, respaldado por el gobierno y dirigentes de los partidos de derecha y de la Concertación (4), fue aprobado al margen de la opinión ciudadana, generando amplio rechazo en todo el país.


Poco antes se habían dado importantes movimientos regionales, como en Magallanes contra el alza del gas y en Calama por obtener beneficios de la producción de cobre en la zona, así como recuperación de tierras y huelgas de hambre de los mapuches. Luego se sumaron otras reivindicaciones, los damnificados del terremoto de febrero de 2010, que pasan su segundo invierno en viviendas de emergencia, los sindicatos del cobre que paralizaron las minas, las marchas por el derecho a la diversidad sexual, pero sin duda fueron los estudiantes secundarios y universitarios con masivas huelgas, manifestaciones y tomas de escuelas, exigiendo educación gratuita y de calidad, los que trasformaron la situación dando otra dimensión a las movilizaciones y arrinconando al gobierno de derecha.


Cuestionan el sistema


El movimiento estudiantil se lanzó contra las bases mismas del sistema neoliberal, reivindicando el rol del Estado y pidiendo que la educación no sea considerada una mercancía. Exigen terminar con el sistema educacional, basado en el lucro, que dejó la dictadura militar. La consigna más coreada ha sido: ¡Y va a caer, y va a caer, la educación de Pinochet!


Para lograr los cambios de fondo han planteado la realización de una Asamblea Constituyente que elabore una nueva Constitución. Los estudiantes también proponen que la financiación para la educación gratuita se haga a través de la renacionalización el cobre y una reforma tributaria (5). La solución del conflicto la buscan exigiendo más democracia, con la realización de un plebiscito para que la ciudadanía decida qué tipo de educación quiere el país.


Los estudiantes denunciaron a la prensa oficial que criminaliza las manifestaciones y realizaron duras críticas tanto al gobierno de Piñera como a la Concertación. Se tomaron el canal de TV Chilevisión, y también ocuparon las sedes de la ultraderechista UDI y del Partido Socialista.


Paralelamente renace con fuerza la figura de Salvador Allende, jóvenes disfrazados como el presidente socialista eran aplaudidos con entusiasmo en las manifestaciones, en las que aparecieron letreros como ''Los sueños de Allende son posibles''. Los discursos del presidente mártir, pronunciados hace 40 años sobre la educación y la nacionalización del cobre, batieron récords de visitas en internet (6).


El movimiento estudiantil se ha caracterizado por su claridad política y también por su masividad y persistencia. Ha sido unitario, con la participación de secundarios y universitarios, además de profesores, asociaciones de padres, Ongs y sindicatos. (7)


Al igual que en otras rebeliones en el mundo se han usado a fondo las nuevas tecnologías, pero quizás lo principal es que ha sido un movimiento democrático y participativo. Los estudiantes han buscado mantener una buena relación entre los liderazgos de los dirigentes y la participación de las bases, realizando asambleas donde todos opinan y deciden.


En la forma de las protestas han mostrado gran creatividad, cada día aparecían en las calles con una novedad: disfraces, bailes, imitaciones de suicidios colectivos, besos masivos, cuerpos desnudos pintados, carreras de días alrededor de La Moneda, imitación de predicadores, inmovilizarse en las calles, lienzos ingeniosos... Buscan así no sólo llamar la atención, sino también integrar a otros sectores y demarcarse de los hechos de violencia callejera. Incluso han reparado los daños causados al margen de las protestas, pintando fachadas de casas o juntando dinero para el propietario de un automóvil que resultó quemado.


La educación chilena


Si las movilizaciones han sido tan fuertes se debe también a lo injusto del modelo educacional chileno, implantado por la dictadura y desarrollado por los gobiernos civiles que la sucedieron.


En la enseñanza primaria y secundaria, en las últimas tres décadas hubo un boom de escuelas privadas o subvencionadas, que hoy día acogen al 60% de los alumnos. No existe una sola universidad pública gratuita ya que todas -tanto las públicas como las privadas- cobran altos aranceles, caso único en América Latina.


Menos del 25% del sistema educativo es financiado por el Estado y más del 75% restante depende de los aportes de los estudiantes. El Estado sólo consagra un 4,4 del PIB a la educación, bastante menos que el 7% recomendado por la UNESCO. Hoy existen 60 universidades en Chile, la mayoría privadas. Los estudiantes deben pagar entre 170.000 y 4000.000 pesos chilenos (250 y 600 euros) mensuales, en un país en que el salario mínimo es de 182.000 (menos de 300 euros) y el sueldo promedio 512.000 pesos (menos de 800 euros).


Esta situación hace que el 70% de los estudiantes chilenos utilice un crédito universitario. El 65% de los quintiles más pobres no termina su carrera universitaria por problemas económicos (8).


Según el sociólogo Mario Garcés se trata de un sistema perverso, que deja a miles de jóvenes chilenos de clase media y baja endeudados no bien terminan de estudiar, ya que los créditos universitarios se empiezan a pagar desde el primer empleo. Agrega que la educación dejó de ser un mecanismo de movilidad social en Chile y pasó a ser lo contrario: un sistema de reproducción de la desigualdad (9).


¿Por qué ahora?


Es cierto que hubo movilizaciones estudiantiles durante los distintos gobiernos de la Concertación, incluyendo la de 2006, bajo la presidencia de Michelle Bachelet, conocida como ''La revolución de los pingüinos'' (por el color oscuro del uniforme y el blanco de la camisa de los secundarios de colegios públicos).


Sin embargo nunca, en los últimos veinte años, las protestas fueron tan importantes como éstas. Durante dos décadas la Concertación administró el sistema intentando mantener el complejo equilibrio entre políticas de mercado y regulación estatal. Realizó algunas reformas, logrando disminuir los índices de pobreza y extrema pobreza, pero aumentando las desigualdades, dejando a Chile como uno de los 15 países más desiguales del planeta (10). Al comienzo la Concertación contaba con la positiva imagen de haber contribuido al término de la dictadura, pero el malestar y las críticas de la población se fueron acumulando y el endeudamiento de los estudiantes también. La injusticia del sistema se hizo flagrante con la llegada de un gobierno abiertamente de derecha, que maneja el país como una empresa.


Sebastián Piñera y los nuevos dirigentes llegaron con una concepción aún más clara de dejar la educación en manos del mercado, lo que colmó la paciencia, además los jóvenes -que no vivieron en dictadura- están menos influenciados por el anti-estatismo.


Los conflictos de interés también contribuyeron a la rebelión estudiantil ya que el propio Ministro de Educación, Joaquín Lavín era fundador y accionista de la Universidad del Desarrollo (11).


El descrédito de la clase política alcanza un elevado nivel. Todas las encuestas de opinión muestran una baja persistente en el apoyo a los partidos de derecha en el gobierno y también baja el apoyo a la hoy opositora Concertación.


Los jóvenes confían sólo en sus propias fuerzas y en la de los movimientos sociales, pero no en los partidos ni en las instituciones, rechazando la mediación de políticos e incluso de la Iglesia.


El gobierno, para enfrentar las movilizaciones, ha utilizado el diálogo y la represión, cargándose cada vez más hacia la criminalización del movimiento. La prensa oficial -es decir casi toda- ha sobredimensionado las acciones violentas, que se han producido al final de muchas manifestaciones, impulsadas por grupos marginales, algunos delincuentes e infiltrados, incluso policías, que han sido denunciados con videos y fotografías (12).


El 4 de agosto pasado ha quedado como "el jueves negro" para el gobierno. El presidente Sebastián Piñera dijo "todo tiene un límite" y el Ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, negó el derecho a los estudiantes a manifestarse por la Alameda, como ya se había hecho habitual. La represión fue sistemática durante todo el día, siendo detenidos, según las propias cifras oficiales, 874 estudiantes. La respuesta de la ciudadanía no se hizo esperar y esa misma noche renacieron las manifestaciones callejeras, los "cacerolazos", en todos los barrios y ciudades de Chile. El gobierno, con su intransigencia, transformó la marcha en una Protesta Nacional, como en tiempos de la dictadura. Ese mismo 4 de agosto la influyente encuesta CEP le otorgó a Sebastián Piñera sólo un 26% de apoyo, la apreciación más baja para un presidente desde el regreso de la democracia (13).


Los estudiantes persisten en sus movilizaciones, rechazan las propuestas del gobierno de rebajar el interés del crédito y exigen un cambio radical del sistema. Se unen a los demás movimientos sociales, participan en el Paro Nacional del 24 y 25 de agosto y siguen pidiendo un plebiscito para que sean los chilenos los que decidan democráticamente. Sea cual sea la continuidad de las movilizaciones, ya nació una nueva forma de hacer política, desde los movimientos sociales. Los jóvenes chilenos están abriendo las grandes alamedas que mencionó Allende (14).


NOTAS:


1) La mayor manifestación desde 1990 fue la del Primer Foro Social chileno en 2004, contra la visita de Georges W. Bush, que reunió 70 mil 000 personas. El actual movimiento, desde junio ya ha realizado cinco marchas con más de doscientas mil personas.


2) El pueblo contra las dos derechas de Jorge Arrate, Sergio Aguiló y Pedro Felipe Ramírez, miembros del Movimiento Amplio de Izquierda (MAÍZ). Publicado en la edición chilena de Le Monde Diplomatique, agosto 2011 y en www.movimientoampliodeizquierda.cl


3) Camila Vallejo, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH) y dirigenta de la Confederación de Estudiantes (CONFECH) www.camilapresidenta.blogspot.com


4) La Concertación por la Democracia es una alianza de centro izquierda, hoy compuesta por cuatro partidos (PS, PPD, PDC y PRSD) que gobernó los últimos veinte años.


5) La empresa estatal CODELCO nunca fue privatizada, pero la dictadura abrió la nuevas concesiones mineras a las empresas multinacionales y la Concertación siguió ese mismo camino. Hoy el 70% del cobre chileno es explotado por empresas extranjeras. www.defensadelcobre.cl


6) Allende y la educación: http://www.lemondediplomatique.cl/Discurso-pronunciado-por-Salvador.html - Allende y la nacionalización del cobre: http://www.lemondediplomatique.cl/Hace-40-anos-el-11-de-julio-de.html


7) En cada barrio los vecinos juntan ayuda para los liceos tomados. Según los sondeos, el apoyo ciudadano a las movilizaciones estudiantiles se sitúa entre el 75% y el 80%. www.accionag.cl


8) Estudio sobre las causas de la deserción universitaria. Centro de Microdatos, Departamento de Economía, Universidad de Chile. www.microdatos.cl


9) Mario Garcés Durán, director de la Organización No Gubernamental chilena ECO Educación y Comunicaciones, en declaraciones a BBC Mundo.


10) PNUD: Informe Regional sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe, 2010. hdr.undp.org/es/informes/regional/destacado/RHDR-2010-RBLAC.pdf


11) El Ministro Joaquín Lavín tuvo que ser sacado del Ministerio de Educación, en pleno conflicto, el 18 de julio, aunque Piñera lo mantuvo en el gabinete como Ministro de Planificación. Ver también Franck Gaudichaud, "Botellas nuevas, vino viejo", edición chilena Le Monde diplomatique, mayo 2011


12) http://www.chilevision.cl/home/content/view/370956/81


13) www.cepchile.cl


14) En su último discurso, el 11 de septiembre de 1973, desde La Moneda, Salvador Allende señaló "mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor"


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Recuadro 1


Los tres entierros de Allende


El 4 de septiembre de 2011, exactamente 41 años después de haber sido elegido Presidente de Chile, Salvador Allende será enterrado por tercera vez. La justicia chilena decidió investigar las causas de la muerte de 726 chilenos, entre ellos Salvador Allende, tras el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, cuyos casos no habían sido tratados por la justicia. Tras los exámenes el juez Mario Carroza confirmó la tesis del suicidio de Allende. Este tercer funeral se realiza en momentos en que los sueños de Allende son reivindicados en las calles por los jóvenes chilenos.


Allende fue enterrado, por primera vez, la noche del 12 de septiembre de 1973 en una tumba anónima del cementerio Santa Inés de Viña del Mar, por un grupo de militares, sin ceremonia, en presencia de su viuda, Hortensia Bussi, que no pudo ver el cuerpo pues la urna estaba sellada.


Tras el término de la dictadura, los restos de Allende fueron enterrados una segunda vez, en un funeral público y oficial, en el Cementerio General de Santiago, el 4 de septiembre de 1990.


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Recuadro 2


La herencia de Pinochet hoy:


LA CONSTITUCIÓN:


En Chile rige la Constitución de 1980, aprobada mediante fraude en dictadura. Es una constitución antidemocrática, que ya ha tenido tres modificaciones negociadas entre la derecha y la Concertación, pero que continúa perpetuando un sistema electoral que impide la expresión de las minorías y no permite la realización de plebiscitos para que la ciudadanía pueda expresarse.


LA EDUCACIÓN:


En 1981 Pinochet reformó el sistema universitario, eliminando la educación universitaria gratuita.


En 1990, el 10 de marzo, el día antes de entregar el gobierno, Pinochet promulgó la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE), que redujo el rol del Estado en la educación al de un mero regulador y delegó la enseñanza en el sector privado.


OTROS:


En 1980 la dictadura privatizó el sistema de jubilaciones, con el decreto ley 3.500, planeado por José Piñera, hermano del actual presidente Sebastián Piñera.


En 1981 se creearon las ISAPRES inciando el sistema privado de salud.


Los sistemas de jubilación y salud privados se han mantenido, acrecentando las desigualdades.


En cuanto a la prensa, incluso los diarios que existen hoy en Chile -todos de derecha- son los mismos que autorizó expresamente la Junta Militar en el bando 15, el 11 de septiembre de 1973: El Mercurio y La Tercera.


(*) Víctor de la Fuente es el director de la edición chilena de Le Monde Diplomatique. www.lemondediplomatique.cl

domingo, 21 de agosto de 2011

El nuevo orden Mundial: La globalización



En el film, Jones desenmascara al súper poderoso Grupo Bilderberg; formado por miembros de la realeza europea, funcionarios y políticos influyentes de los países más desarrollados y poderosos empresarios multimillonarios. Este grupo ha dictado las políticas de Occidente de los últimos 50 años y se reúne anualmente en alguna de las principales ciudades de Europa, y cada cuatro años en Norteamérica, desde 1954. Todos aunados en una misma meta: Un Gobierno Mundial. Pasando a través de varios capítulos de la historia de la humanidad, desde principios del Siglo XIX y hasta nuestros días, Jones va atando cabos sueltos y desnudando un sin fín de conspiraciones que han hecho más poderosas a las, ya por entonces poderosas, familias Rothschild y Rockefeller. Férreos anfitriones Bilderberg. Como los Rothschild se apoderaron de la economía británica, después de la derrota de Napoleón Bonaparte, propagando en la bolsa la noticia inversa a los hechos. Como el cartel de la banca internacional ha...todo »

jueves, 18 de agosto de 2011

CUECA LARGA

La Cueca Larga del Indio Pavez
Por Carlos Valladares Mejías
Editorial Puerto de Palos, Santiago, agosto 2007, 432 págs.


He terminado de leer y releer esta obra sobre Héctor Pavez Casanova aquí en Chonchi, primera comuna donde se presentó este notable trabajo en octubre del 2007.
Voy a empezar esta crónica con una experiencia personal, donde se me refuerza la idea que la cultura, como dijera la Mistral, nace de la naturaleza, de la vida. Hace un par de días atrás viajé desde Talca a esta sorprendente isla con motivo del nacimiento de mi nieto Simón, el 3 de agosto deste 2011. Andrés y Lúa, mi nuera, se habían casado a principios de año en Huillinco; ahí celebramos junto al lago una ceremonia al aire libre y luego festejamos con un curanto de aquellos para no olvidar. De tal forma se dieron las cosas que la relación con el libro se fue tejiendo en forma sencilla, franca, espontánea, sobre todo después de escuchar la inmortal cueca La Huillincana en el mismo lugar de los sucesos.
Haciendo memoria, recuerdo haber visto cuando niño una presentación del Millaray en el Gimnasio Municipal de Talca, y la voz del Indio se me tatuó desde entonces en la membrana auditiva para siempre. Los bailes eran de tal intensidad que saltaban los clavos de las tablas del piso y las chilotas bellas, graciosas y seductoras pavoneaban como una Pincoya en celo. Todo esto ocurría porallá por la década del 60´, cuando en Chile el movimiento popular tomaba fuerza con cultores en todos los ámbitos de la cultura, poniendo como centro y motivo del quehacer artístico al ser humano desvalido, a la clase obrera y campesina, en suma, a una sociedad que despertaba del letargo postcolonial. Yo tenía 10 años. Hablo de un tiempo donde vivían y creaban casi simultáneamente sobre nuestra larga y angosta tajada de tierra Pablo de Rokha, Pablo Neruda, Violeta Parra, Víctor Jara, Millaray, Cuncumén, Rolando Alarcón, Quilapayún, Intillimani, Quelentaro, Isabel y Ángel Parra, Santos Chávez, Patricio Manns, en fin, la lista sería interminable. Era otro país, sin duda, que luchaba por su derecho a ser pueblo conciente forjador de su propio destino. Esa época esencial en la historia de Chile culmina con el triunfo de Salvador Allende el 4 de septiembre de 1970. El desenlace trágico en 1973 todos los conocemos.
La cueca larga del Indio Pavez es una obra que dejará una huella importante en los cultores y amantes del canto popular chileno. Es un libro que debe estar dentro de las lecturas obligadas de todo ser humano que quiera conocer al campesino, al hombre de la tierra; es un texto imperdible. Su autor, Carlos Valladares Mejías (Santiago, 1936), es profesor normalista e integró el dúo Los Emigrantes que acompañó en sendas giras y grabaciones a Rolando Alarcón y al mismísimo Héctor Pavez. Por lo tanto, se trata de un destacado y consecuente guitarrista que conoció la nueva canción chilena por dentro; más aún, fue protagonista de la historia que ahora nos recrea con señalada maestría.
Fue Juan Manuel González, integrante de Los Patricios, quien me solicitó si podíamos presentar esta obra en el liceo donde ambos trabajábamos, en el Insuco de Talca, y por supuesto que así lo hicimos. Había oído hablar de él a Valericio Leppe, y de la importante labor investigativa que estaba realizando. La verdad que ahí conocí, más vale tarde que nunca, a este destacado autor que al estirar su mano fraterna se presentó como Carlos Valladares Mejías. Estamos hablando de fines del 2007. Esa presentación del libro terminó en una peña en la Escuela Brilla el Sol, sector popular y combativo del barrio sur de Talca, entre brindis y cantos a lo humano y a lo divino.
Ahora que he leído y degustado lentamente las 400 páginas de este memorable trabajo, quisiera comentar la importancia que representa tal obra para la recuperación del arte y la cultura del pueblo -especialmente en el ámbito del folclor y la canción popular campesina-, hoy, en este nuevo contexto, donde las manifestaciones de las luchas sociales está retomando un cariz ascendente. Es interesante tener siempre presentes elementos históricos, como los que recupera emotiva y científicamente este libro, para mantener y recrear en la memoria colectiva de las comunidades de base el aporte fundamental de Héctor Pavez en el día, en la hora, en el minuto que pensemos en la construcción del hombre nuevo para ese Chile que nunca dejamos de soñar
Primeramente, quisiera destacar la acuciosidad y precisión investigativa del autor, el rigor científico de su tarea, recopilando información por todos los parajes y escenarios que Pavez fue derrochando su arte, genio y figura. Valladares anduvo husmeando gestos y detalles por su barrio natal, la carpa de Violeta, viajó al Chiloé profundo, a Valparaíso, a París, pero también anduvo rastreando en Talca, Constitución y en todo lugar por donde pasó el canto y el baile del Indio entrañable. Se toma el desafío de escribir la vida, pasión y muerte de su amigo con un sentido de responsabilidad revolucionaria digna del maestro normalista que nunca ha dejado de ser. Nuestro autor entrevista a todos los más y mejores intérpretes y compositores de dicha generación. Describe magistralmente los vínculos personales, familiares, del cantor como también sus relaciones de trabajo, sus ensayos, sus giras, presentaciones y eventos sin fin que le tocó desplegar en los álgidos días del gobierno popular, todo minuciosamente documentado. La cueca larga del Indio Pavez creo que es, sin duda, uno de los mejores aportes de las últimas décadas sobre los orígenes, auge, esplendor y caída del movimiento chileno, específicamente en lo que al fenómeno de la nueva canción se refiere.

Otro aspecto interesante de destacar es el enfoque franco, coloquial, sencillo que impregna a una escritura que se nos otorga amena de punta a cabo. Escribe desde una perspectiva íntima, humana, cercana. Utiliza recursos literarios propios de la microhistoria, como lo es el uso de crónicas, anales, relatos, narraciones, leyendas, memorias, cronologías, sucesos, incidentes, aventuras, anécdotas, documentos, comentarios, relaciones, biografías, autobiografías, semblanzas, diarios, hagiografías, testimonios, efemérides, necrologías, obituarios… Toma los datos que recopila y los va trenzando con la prolijidad de quien conoce el oficio; todo, reitero, con el certero decir de un lenguaje propio que responde a su percepción emocionada, pero viril. Se diría que escribe por camaradería, por compañerismo, por compromiso intransable con la causa rebelde del cantor y su pueblo. Pero, y he aquí el toque magistral de Carlos Valladares, nos revive esa época de luchas y esperanzas con un despliegue inusitado de detalles sabrosos, dichos, frases para el bronce, con la chispa y picardía eterna de los folcloristas, información valiosísima para los que aman el arte musical del pueblo, cantera inagotable de sabiduría.

Pasando a otro asunto, quisiera referirme al estilo literario que emplea el autor. Él en su moderación y recato negará que es escritor; pero lamento contradecirlo. Emplea un discurso coloquial del habla común del chileno medio, el habla de la tribu, diría Don Nica, sin caer nunca en la pedantería, pero tampoco en la rusticidad o tosquedad vulgar. Despliega un lenguaje del decir cotidiano muy apropiado, justo diría yo, respecto al personaje y la época que recrea. Cuando Valladares emplea una palabra fuerte, su chuchada, lo hace con el sentido de la ubicuidad, gracia y salero con que hablan los genuinos hombres y mujeres del pueblo. Ni más ni menos. Con propiedad intercala en sus narraciones anécdotas, reflexiones, entrevistas, cartas, documentos, fragmentos de poemas y canciones, discursos, noticias de los diarios, tarjetas postales, carátulas de discos, fotos, esquelas, hasta rayados callejeros, todo lo que le permita complementar el peregrinaje del Indio Pavez por esta historia acallada a balazos que todavía nos duele. Es un texto, diríamos, escrito con conocimiento de causa, con afecto por lo genuino, narrado en primera persona; pero el que narra es una primera persona humilde, reservada, sigilosa, que asume la causa de los pobres y recrea certeramente las penas y alegrías de los trabajadores del campo y la ciudad. Y así, emocionados, nos vamos percatando empíricamente que ese prodigio del canto y del baile que se llamó Héctor Pavez Casanova, nacido en Santiago, inmortalizado en Chiloé, está en la memoria colectiva de Chile más vivo que nunca. En esa labor de restaurar el asombro y la nostalgia por lo que fuimos, somos y seremos desde la modestia y el anonimato, dejando que hable el protagonista, Valladares está francamente insuperable.

Para ir terminando, quisiera hacer mención a un punto de vista que el autor asume con la autoridad moral que su consecuente compromiso con el canto popular le otorga. Es peligroso hacer referencia a este punto, por las descalificaciones que se puedan hacer al libro y al autor; pero no es posible sustraer a Carlos Valladares Mejías de la carga ideológica, de su vocación de servidor de las causas rebeldes de los sencillos que lo constituyen como ser humano y ciudadano, tenaz simpatizante de la UP, exiliado durante 14 años y retornado. A partir de esa opción de vida nos va introduciendo al compromiso político del arte y la canción popular con un conocimiento, desplante y conciencia de clase que entusiasma, convence y sobrecoge. Desde esta perspectiva, reitero, nos relata nítidamente el esfuerzo y talento desplegado por Pavez en las campañas presidenciales de Salvador Allende; luego del triunfo popular, nos describe cómo el Negro asume responsabilidades de educación y construcción del socialismo a través de la difusión del folclor y sus valores, hasta que lo sorprende el fatídico golpe de Estado. Luego, investiga los rastros de su exilio en París, donde fallece el 1975 a los 43 años de edad debido a una septicemia originada por el mal funcionamiento de su sistema cardiovascular. Valladares no le hace el quite al bulto del compromiso político; éste es un aspecto transversal que cruza todo el libro, donde queda de manifiesto la obstinada militancia de Pavez en el Partido Comunista de Chile. Considero que este par de luchadores del pueblo se insertan dialécticamente en la tradición de la canción folclórica, propia, originaria, olisqueando sus raíces más profundas hasta vincularnos con el hombre nuevo que todos llevamos dentro.

Hoy, 9 de agosto del 2011, mientras el país entero se estremece con un nuevo paro nacional de estudiantes y profesores, bajo una lluvia torrencial en Chonchi, anoto a la rápida estas meditaciones sobre La cueca larga del Indio Pavez. Agradezco al autor haya escrito este libro admirable. Textos así son los que necesitan leer y reflexionar las nuevas generaciones que se movilizan por una educación pública de calidad, para que el hombre nuevo que queremos formar sea un ser humano crítico, propositivo, analítico, creativo, y así, más temprano que tarde, se levante otro canto y otra poesía para un país donde las utopías se hagan realidad.


Bernardo González Koppmann
Chonchi, invierno de 2011.

jueves, 11 de agosto de 2011

CHILE: PROTESTA DE ESTUDIANTES




La protesta educativa convocó ayer a más de cien mil personas en Santiago
VS 0 | | sección: web | 10/08/2011
Christian Palma (Página 12)

"Soy jardinero y quiero un hijo ingeniero", decía un cartel que lucía tranquilo un padre en la nueva marcha contra el sistema educativo chileno que ayer convocó a más de 100 mil personas en Santiago y a varios miles más en las principales ciudades del país. Los lienzos, pancartas y letreros se multiplicaron otra vez a pesar de ser un día laborable y de que la Intendencia Metropolitana había modificado el recorrido habitual de las concentraciones capitalinas. El sol ayudó además a que la manifestación se transformara en una fiesta, en la que los vecinos de pisos superiores lanzaban agua a la multitud que, disfrazada y tocando tambores, avanzaba pasito a pasito al Parque Almagro, el punto final acordado con la autoridad.

Pero esa agua que caía limpia desde las alturas, nada tuvo que ver con la que más tarde usó la policía para repeler a un grupo de encapuchados que originaron desmanes en el Paseo Bulnes, cerquita de La Moneda.

Ahí, como ha sido la tónica en las últimas manifestaciones masivas -salvo la familiar y también multitudinaria efectuada el domingo-, los excesos de unos pocos, junto a los carros hidrantes y los gases lacrimógenos empañaron una protesta que hasta el mediodía se desarrollaba de manera normal. El Ministerio del Interior informó que hubo 273 detenidos y que 16 civiles y 23 carabineros resultaron heridos.
Esto a pesar de que la presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, Camila Vallejo, llamaba a terminar la gran movilización en calma. A esa hora, las redes sociales denunciaban que diversos policías se habían infiltrado en la marcha para iniciar desórdenes y caldear los ánimos. "Calma, ya sabemos que los violentistas no somos nosotros", insistía Vallejo por medio de Twitter.

Sin embargo, el desorden ganó terreno en medio de bombas molotov, piedrazos, palos y hasta un auto incendiado en la vía pública, que dio por finalizada la protesta. Rodolfo Pozo, dueño del auto, calificó de una "verdadera catástrofe" lo sucedido. Cerca de ahí, Sebastián, un "pingüino" (estudiante secundario) de 16 años, reclamaba a cara descubierta: "Sólo es noticia la violencia, pero no cuando 100 mil personas marchan en paz".

En tanto, el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter -criticado por la excesiva rudeza de carabineros en marchas anteriores-, buscaba sacarles rédito a los incidentes. "Los desórdenes son una prueba de que las marchas han escapado del control de los convocantes y se han vuelto dañinas", declaró. Acto seguido, pidió a los estudiantes y al colegio de profesores "sentarse a trabajar" en los proyectos de ley sobre educación que prontamente el gobierno enviará el Congreso, trasladando la discusión a esa instancia. "Los estudiantes deberían adquirir conciencia de que su movimiento está empezando a ser utilizado por personas a las que les importa bastante poco la calidad de la educación", remató.

Le respondió Camilo Ballestero, presidente de los alumnos de la Universidad de Santiago. "La violencia no sale de la nada y deberíamos trabajar en conjunto con el gobierno para ver cómo se termina. Estamos dispuestos a dialogar, pero fue el gobierno el que envío sus propuestas al Parlamento (sin consensuarlas con los estudfiantes)", dijo el dirigente.

En una visita a los lugares afectados, el alcalde derechista de Santiago, Pablo Zalaquett, se quejó de los daños que dejó la protesta. "Son los más grandes jamás vistos. Voy a luchar porque esto termine de una vez por todas", dramatizó. Sin embargo, algunos vecinos no estuvieron muy de acuerdo con la dennuncia del alcalde. "Los estudiantes estaban tranquilos, hasta que llegaron los delincuentes. Esa no es culpa de ellos", dijo uno que no quiso identificarse, al ser entrevistado por la televisión.

Respecto de los supuestos infiltrados, los diputados del Partido Comunista Lautaro Carmona y Hugo Gutiérrez pidieron formalmente información sobre un funcionario de Carabineros de civil que fue protegido por sus colegas que custodian el Congreso nacional en la ciudad puerto de Valparaíso. El carabinero habría sido descubierto manifestándose encapuchado entre los estudiantes.

"Soy categórico, Carabineros no infiltra. Carabineros utiliza personal para obtener información", explicó a los medios el coronel Guillermo Bezzenberger. Sin embargo, horas más tarde, La Moneda confirmó que pedirá informes a la institución para aclarar esta situación. "No parece prudente que exista un funcionario de Carabineros que actúe con el rostro cubierto", sostuvo el vocero presidencial, Andrés Chadwick.

Así las cosas, hoy vence el plazo dado por los líderes estudiantiles al gobierno para aceptar sus demandas. Los estudiantes piden que el derecho a la educación de calidad tenga rango constitucional y reformular el sistema de becas y préstamos estudiantiles, bajando sus intereses, para garantizar igual acceso a la educación a todos los estratos sociales. El ministro de Educación, Felipe Bulnes, ya adelantó que no actuará bajo presión.

Desde el jueves pasado, en diversas zonas del país, incluso en la conservadora comuna de Providencia, miles de manifestantes hacen sonar ollas en una reminiscencia de las protestas contra Pinochet en los ochenta.

Al cierre de esta edición, el ruido de las cacerolas no cesaba. El sonido recorrió otra vez Chile, en una gran protesta contra un sistema heredado de la dictadura y que deja claro que el descontento hacia el gobierno -ligado, aunque no lo quieran, a la dictadura- no para. El "cacerolazo", esta vez, no pudo ser reprimido por la policía.