jueves, 8 de enero de 2009

¿QUIEN ES EL PUEBLO ELEGIDO?

Un Pueblo Elegido

por Gonzalo Bizama


Pasarán los cielos como humo, se envejecerá como un vestido la tierra y morirán como moscas sus habitantes, pero mi salvación durará por la eternidad y mi justicia no tendrá fin”. ( Isa LI, 6-7)


La semana internacional estuvo marcada por dos acontecimientos por los que bien podría establecerse una paradoja histórica : El Cincuenta Aniversario de la Revolución cubana y la represión Sionista en la Franja de Gaza. ¿ Como se gesta la noción de Pueblo Elegido?, ¿Quién merece más llevar ese título hoy día?


Por la experiencia de sucesivos cautiverios, al verse envueltos en los ascensos y derrumbes de las grandes potencias de la Antigüedad, el pueblo judío fue víctima de la dominación Asiria, Babilonia, del imperio persa, del Helenístico- macedonio de Alejandro, de los Seléucidas y por supuesto del imperio romano, debió soportar el peso de la persecución y la esclavitud pero además fue testigo del sufrimiento de otros pueblos y participó con ellos en la génesis de su liberación. Son los primeros en concebir como nadie la idea del cambio y la transformación, el cambio rozaba su existencia.


El mundo griego, recordemos, estaba dividido en dos esferas ; el de la agitación mortal y la permanencia divina o cósmica en el Olimpo. Ambos surgían de un orden mitológico, por medio de la “recurrencia eterna”. En los griegos (y el mundo pagano en general), el cambio y la transformación eran percibidos como un ciclo periódico que reflejaba rítmicamente el orden circular del cosmos, “una imagen dinámica de la eternidad…imagen a la que hemos dado el nombre de tiempo” (Platón, Timeo). Representaba una recurrencia periódica de las mismas constelaciones astronómicas (Apokastasis), el año cósmico seguía la orbita de los planetas (períodos) que culminaba con dos equinoccios, una catástrofe terrena (kataklysmos) y una conflagración estival. Esta alternancia perpetua de las mismas fases y situaciones (Un Eterno Retorno, dirá Nietzche en nuestra época, tan nostalgico del orden aristocrático- pagano…), resultaba en una movilidad inmutable. “Nos bañamos y no nos bañamos en los mismos ríos, somos y no somos”, como lo pensó Heráclito. Así concebían la teoría mítica de las cuatro edades descendentes, la Edad de oro, la Edad de plata, la de bronce y la de Hierro. La edad de Oro paradisíaca quedaba siempre mirando al pasado, en cambio el presente de Hierro, era la edad más oscura llena de decadencias y corrupciones.

Tanto el concepto de Historia y el de Humanidad (Como los conocemos hoy), el de historia como creación colectiva y el de humanidad como una entidad universal supraétnica, provienen de la noción judía de un Dios increado, sin genealogía, sin parentela mítica ni residencia conocida; omnipresente, sin forma ni nombre perceptible; es decir una abstracción, un concepto que comienza a engendrarse en el curso de la emigración y un nomadismo constante. Un Dios dinámico que aguijonea y conduce a su pueblo hacia delante, hacia su propia meta.


El hombre “no se aproxima” al orden divino como los griegos, puesto que ha sido hecho a imagen y semejanza. Incluso se ha hecho libre, ya no está predeterminado por el Hado o el “Fatum”, es libre en virtud de la Caída. Un acto definidoque establece una culpa existencial. Entonces el hombre posee ahora un libre albedrío, como un pecado, que tiene que expiar mediante un esfuerzo constante durante toda la vida y las generaciones humanas. Es capaz de establecer por primera vez un pacto con Dios, una Alianza : Si respeto tu Ley, si me someto disciplinadamente a tu meta, tu me darás lo que me prometiste (Ley que a estas alturas es de una ética humana mínima). Como pecó voluntariamente, voluntariamente puede rectificar lo errado y realizar el reino de Dios en la tierra, porque ese es su deseo. Así nace la noción de Pueblo elegido, bendecido y condenado, con una clara consciencia de humanidad a costa de sus propios trabajos y peligros, la humanidad queda mirando hacia delante , por primera vez, impelida a una misión de cambio y transformación. Dios es ahora dios de todos los hombres, es supraétnico, sin distingos de leyes de la sangre u orden mítico tribal.


¿Hijos de Israel, no sois para mí como hijos de etíopes? ¿No hice yo subir de la Tierra de Egipto a los hijos de Israel, a los filisteos de Caftor, y a los arameos de Quir? (Amós, IX,7)


Pero será con Jesús y sus discípulos, bajo el dominio de Herodes Idumeo y los procuradores romanos donde una tendencia más que del judaísmo, dentro del judaísmo, llevará hasta un extremo la profecía tradicional. Por todas las experiencias tristes y deplorables del pueblo hebreo, se ensanchó y profundizó aún más el concepto humanizante, secularizador de la divinidad. De la liberación tribal se pasó a la salvación humana, del Dios de la Venganza y la retribución se pasó al Hijo de Dios, físico, visible, jefe político ungido por Dios (Mashiah, Mesías), doctor de justicia y además príncipe de la Paz. Se completa entonces la experiencia de unicidad, del destino único del hombre en un proyecto social de salvación.


Todos sois uno en Cristo Jesús, y si todos sois de Cristo, luego sois de descendencia de Abraham, herederos según la promesa”. Dice Pablo, en Gálatas III, 26- 28- 29.


La historia pasa a tener sentido como propósito como sentido definido y ya no es a la manera griega la investigación sobre el pasado de un pueblo en particular. Cada futura etapa deberá ser moral y humanamente superior (al contrario de la periodización de Hesiodo) porque la misión de Pueblo Elegido significa el esfuerzo por incluir a todos los pueblos del mundo en un único sistema de valores, en contraste con el sentimiento griego tan ajeno a los bárbaros y de superioridad frente a estos. Ninguna religión pagana hubiera osado asimilar para sus dioses a bárbaros y esclavos (Salvo para rendirle culto al emperador); la idea de la conversión o el reclutamiento es propiamente judía.


Luego, es con Joaquín (de Flores), con quien se llega a una historización, profunda y detallada. La salvación no llegará “al final de los tiempos” sino en el tiempo mismo. La vida debe transformarse porque la condición del mundo transforma. Lo que para Pablo y Agustín era “la vida oculta arriba”, se transforma en la vida de una generación de futuro, de una generación de extrema vanguardia llamada a traer la edad del Espíritu Santo.


Para Joaquín, la transformación de las mentes, la conversión no ocurre como con los místicos, de forma de iluminación inmediata, exclusivamente individual, sino que se trata de un avance colectivo, común, del conocimiento de las cosas humanas (Scientia, ni más ni menos), y entiende como limitado el fondo divino de la existencia humana (Sapientia ex- parte). Establece como expresión el concepto de Conciencia de la Historia, conciencia histórica, verdadera prefiguración teológica del Espíritu Absoluto de Hegel. Con Joaquín quedamos a un paso de la Filosofía Clásica Alemana, el resto nos parece mucho más moderno y familiar. Como vemos, las ideas no nacen de una mata de lechuga y si escarbamos bien podremos encontrar de donde nace la raíz.

Lo que hay que ver ahora es quien representa mejor hoy día el espíritu original de Pueblo elegido.¿ Cuba o Israel?, el primero celebrando Cincuenta Años en la línea del frente, con su fe inquebrantable en el futuro, soportando estoica las provocaciones y los intentos de agresión del imperio, defendiendo intereses comunes a toda la América Latina y el tercer Mundo, o bien Israel, enredado en una represalia vergonzosa a sus primos semitas sin patria y sin estado, en una guerra sin destino ni fin.

¿ Quien ha cumplido mejor el pacto y la Alianza?, Hijos de Israel , no sois para mí como hijos de Etíopes?