jueves, 29 de mayo de 2014

La filosofía moderna y el marxismo


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por José Carlos Mariategui

Martes, 13 de Mayo de 2014 13:43

Marx está vivo en la lucha que por la realización del socialismo libran, en el mundo, innumerables muchedumbres.

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Con lenguaje bíblico el poeta Paul Valery expresaba así en 1919 una línea genealógica: “Y éste fue Kant que engendró a Hegel, el cual engendró a Marx, el cual engendró a…”. Aunque la revolución rusa estaba ya en acto, era todavía muy temprano para no contentarse prudentemente con estos puntos suspensivos, al llegar , a la descendencia de Marx. Pero en 1925, C. Achelin los reemplazó por el nombre de Lenin. Y es probable que el propio Paul Valery, no encontrase entonces demasiado atrevido ese modo de completar su pensamiento.

El materialismo histórico reconoce en su origen tres fuentes: la filosofía clásica alemana, la economía política inglesa y el socialismo francés. Este es, precisamente, el concepto de Lenin. Conforme a él, Kant y Hegel anteceden y originan a Marx primero y a Lenin después añadimos nosotros de la misma manera que el capitalismo antecede y origina al socialismo. A la atención que representantes tan conspicuos de la filosofía idealista, como los italianos Croce y Gentile, han dedicado al fondo filosófico del pensamiento de Marx, no es ajena, ciertamente, esta filiación evidente del materialismo histórico. La dialéctica trascendental de Kant preludia, en la historia del pensamiento moderno, la dialéctica marxista.

Pero esta filiación no importa ninguna servidumbre del marxismo a Hegel ni a su filosofía que, según la célebre frase, Marx puso de pie, contra el intento de su autor, que la había parado de cabeza. Marx, en primer lugar, no se propuso nunca la elaboración de un sistema filosófico de interpretación histórica, destinado a servir de instrumento a la actuación de su idea política y revolucionaria. Su obra, en parte, es filosofía, porque este género de especulaciones no se reduce a los sistemas propiamente dichos, en los cuales, como advierte Benedetto Croce para quien es filosofía todo pensamiento que tenga carácter filosófico no se encuentra a veces sino su exterioridad. La concepción materialista de Marx nace, dialécticamente, como antítesis de la concepción idealista de Hegel. esta misma relación no aparece muy clara a críticos tan sagaces como Croce. “El lazo entre las dos concepciones dice Croce me parece, más que otra cosa, meramente psicológico, porque el hegelianismo era la precultura del joven Marx y es natural que cada uno anude los nuevos a los viejos pensamientos, como desenvolvimiento, como corrección, como antítesis”.

El empeño de quienes, como Henri de Man, condenan sumariamente al marxismo, como un simple producto del racionalismo del siglo XIX, no puede ser, pues, más precipitado y caprichoso. El materialismo histórico no es, precisamente, el materialismo metafísico o filosófico, ni es una Filosofía de la Historia, dejada atrás por el progreso científico. Marx no tenía por que crear más que un método de interpretación histórica de la sociedad actual. Refutando al profesor Stamler, Croce afirma que “el presupuesto del socialismo no es una Filosofía de la Historia, sino una concepción histórica determinada por las condiciones  presentes de la sociedad y del modo como ésta ha llegado a ellas”. La crítica marxista estudia concretamente la sociedad capitalista. Mientras el capitalismo no haya trasmontado definitivamente, el canon de Marx sigue siendo válido. El socialismo, o sea la lucha por transformar el orden social de capitalista en colectivista mantiene viva esa crítica, la continúa, la confirma, la corrige. Vana es toda tentativa de catalogarla como una simple teoría científica, mientras obre en la historia como evangelio y método de un movimiento de masas. Porque “el materialismo histórico habla de nuevo Croce surgió de la necesidad de darse cuenta de una determinada configuración social, no ya de un propósito de investigación de los factores de la vida histórica; y se formó en la cabeza de políticos y revolucionarios, no ya de fríos y acompasados. sabios de biblioteca”.

Marx está vivo en la lucha que por la realización del socialismo libran, en el mundo, innumerables muchedumbres, animadas por su doctrina. La suerte de las teorías científicas o filosóficas, que él usó, superándolas y trascendiéndolas, como elementos de su trabajo teórico, no compromete en lo absoluto la validez y la vigencia de su idea. Esta es radicalmente extraña a la mudable fortuna de las ideas científicas y filosóficas que la acompañan o anteceden inmediatamente en el tiempo.

Henri de Man formula así su juicio: “El marxismo es un hijo del siglo XIX. Sus orígenes se remontan a la época en que el reinado del conocimiento intelectual, que inauguraran el humanismo y la Reforma, alcanzaba su apogeo con el método racionalista. Este método tomó su santo y seña de las ciencias naturales exactas, a las cuales se debía el progreso de las técnicas de la producción y de la intercomunicación; y consiste en transportar el principio de la causalidad mecánica, que se manifiesta en la técnica, a la interpretación de los hechos psíquicos. Ve en el pensamiento racional, que la psicología contemporánea no reconoce más que como una función ordenadora e inhibitoria de la psíquica, la regla de todo deseo humano y de todo desenvolvimiento social”. Y en seguida, agrega que “Marx hizo una síntesis psicológica del pensamiento filosófico de su época” (conviniendo en que era “singularmente en el propio orden sociológico, tan nueva y vigorosa, que no es lícito dudar de su genial originalidad”), y que “lo que se expresa en las doctrinas de Marx no son los movimientos de ideas, que no han surgido sino, después de su muerte, de las profundidades de la vida obrera y de la práctica social; es el materialismo causal de Darwin y el idealismo teleológico de Hegel”.

No son muy diversas las inapelables sentencias pronunciadas, de una parte, por el futurismo1 y, de otra, por el tomismo, contra el socialismo marxista. Marinetti junta en un solo haz, para fusilarlos más rápida e implacablemente, a Marx, Darwin, Spencer y Comte, sin cuidarse de las distancias que pueden mediar entre estos hombres, en sus conceptos igualmente ochocentistas y, por tanto, ajusticiables. Y los neotomistas, partiendo del extremo opuesto de la reivindicación del medioevo contra la modernidad descubren en el socialismo la conclusión lógica de la Reforma y de todas las herejías protestantes, liberales e individualistas. Así de Man no presenta siquiera el mérito de la originalidad en el esfuerzo, perfectamente reaccionario, de catalogar el marxismo entre los más específicos procesos mentales del “estúpido” siglo diecinueve.

No hace falta reivindicar a este siglo contra la artificiosa y superficial diatriba de sus execradores, para confutar al autor de Más allá del Marxismo. Ni hace falta siquiera demostrar que Darwin, como Spencer y Comte, corresponde, en todo caso, de diversa manera, al modo de pensar del capitalismo, igual que Hegel, de quien desciende con el mismo título aparente que el racionalismo revolucionario de Marx y Engels el racionalismo conservador de los historiadores que aplicaron la fórmula “todo lo racional es real”, a la justificación de los despotismos y las plutocracias. Si Marx no pudo basar su plan político ni su concepción histórica en la biología de De Vries, ni en la psicología de Freud, ni en la física de Einstein; ni más ni menos que Kant en su elaboración filosófica tuvo que contentarse con la física newtoniana y la ciencia de su tiempo: el marxismo o sus intelectuales en su curso posterior, no ha cesado de asimilar lo más sustancial y activo de la especulación filosófica e histórica post-hegeliana o post-racionalista. Georges Sorel, tan influyente en la formación espiritual de Lenin, ilustró el movimiento revolucionario socialista con un talento que Henri de Man seguramente no ignora, aunque en su volumen omita toda cita del autor de Reflexiones sobre la Violencia a la luz de la filosofía bergsoniana, continuando a Marx que, cincuenta años antes, lo había ilustrado a la luz de la filosofía de Hegel, Fichte y Feuerbach. La literatura revolucionaria no abunda, como le gustaría a de Man, en eruditas divulgaciones de psicología, metafísica, estética, etc., porque tiene que atender a objetivos concretos de agitación y crítica. Pero, fuera de la prensa oficial de partido, en revistas como Clarté2 La Lutte des Classes3 de París, Unter den Banner des Marxismus4 de Berlín; etc., encontraría las expresiones de un pensamiento filosófico bastante más serio que el de su tentativa revisionista.

Vitalismo, activismo, pragmatismo, relativismo, ninguna de estas corrientes filosóficas, en lo que podían aportar a la Revolución, han que dado al margen del movimiento intelectual, marxista. William James no es ajeno a la teoría de los mitos sociales de Sorel, tan señaladamente influída, de otra parte, por Wilfredo Pareto. Y la revolución rusa, en Lenin, Trotsky y otros, ha producido un tipo de hombre pensante y operante, que debía dar algo que pensar a ciertos filósofos baratos llenos de todos los prejuicios y supersticiones racionalistas, de que se imaginan purgados e inmunes.

Marx inició este tipo de hombre de acción y de pensamiento. Pero en los líderes de la revolución rusa aparece, con rasgos más definidos, el ideólogo realizador. Lenin, Trotsky, Bukharin, Lunatcharsky, filosofan en la teoría y la praxis. Lenin deja, al lado de sus trabajos de estratega de la lucha de clases, su Materialismo y Empiriocriticismo. Trotsky, en medio del trajín de la guerra civil y de la discusión de partido, se da tiempo para sus meditaciones sobre Literatura Revolución. ¿Y en Rosa Luxemburgo, acaso no se unimisman, a toda hora, la combatiente y la artista? ¿Quién, entre los profesores, que Henri de Man admira, vive con más plenitud e intensidad de idea y creación? Vendrá un tiempo en que, a despecho de los engreídos catedráticos, que acaparan hoy la representación oficial de la cultura, la asombrosa mujer que escribió desde la prisión esas maravillosas cartas a Luisa Kautsky, despertará la misma devoción y encontrará el mismo reconocimiento que una Teresa de Avila. Espíritu más filosófico y moderno que toda la caterva pedante que la ignora activo y contemplativo, al mismo tiempo puso en el poema trágico de su existencia el heroísmo, la belleza, la agonía y el gozo, que no enseña ninguna escuela de la sabiduría.

En vez de procesar al marxismo por retraso indiferencia respecto a la filosofía contemporánea, sería el caso, más bien, de procesar a ésta por deliberada y miedosa incomprensión de la lucha de clases y del socialismo. Ya un filósofo liberal como Benedetto Croce verdadero filósofo y verdadero liberal ha abierto este proceso, en términos de inapelable justicia5 antes de que otro filósofo, idealista y liberal también, y continuador y exegeta del pensamiento hegeliano, Giovanni Gentile, aceptase un puesto en las brigadas del fascismo, en promiscua sociedad con los más dogmáticos neotomistas y los más incandescentes anti-intelectualistas (Mari­netti y su patrulla).

La bancarrota del positivismo y del cientificismo, como filosofía, no compromete absolutamente la posición del marxismo. La teoría y la política de Marx se cimentan invariablemente en la ciencia, no en el cientificismo. Y en la ciencia quieren reposar hoy, como lo observa Benda, todos los programas políticos, sin excluir a los más reaccionarios y anti-históricos. Brunetiére, que proclama la quiebra de la ciencia, ¿no se complacía acaso en maridar catolicismo y positivismo? ¿Y Maurrás no se reclama igualmente hijo del pensamiento científico? La religión del porvenir, como piensa Waldo Frank, descansará en la ciencia, si alguna creencia ha de ascender a la categoría de verdadera religión.

NOTAS:
  1. 1 Ver los ensayos sobre Futurismo en las obras delLa Escena Contemporánea, El Alma Matinal y El Artista y la Epoca (N. de los E.).
  2. 2 Claridad. Ver el ensayo del autorEl Artista y la Epoca.
  3. 3 ”La lucha de clases”.
  4. 4 ”Bajo los estandartes del Marxismo”.
  5. 5 Indagando las culpas de las generaciones inmediatamente precedentes, Croce las define y denuncia así:
“Dos grandes culpas: una contra el Pensamiento, cuado por protesta contra la violencia ocasionada a las ciencias empíricas (que era el motivo en cierto modo legítimo) y por la ignavia mental (que era el ilegítimo) se quiso, después de Kant, Flchte y Hegel, tornar atrás, y se abandonó el principio de la potencia del pensamiento para abarcar y dominar toda la realidad, la cual no es, y no puede ser otra cosa, sino espiritualidad y pensamiento. Al principio, no se desconocía propia y abiertamente la potencia del pensamiento y solamente se le cambió en la de la observación y el experimento; pero, puesto que estos procedimientos empíricos debían necesariamente probarse insuficientes, la realidad real apareció como un más allá inaprehensible, un incognoscible, un misterio, y el positivismo generó de su seno el misticismo y las renovadas formas religiosas. Por esta razón he dicho que los dos períodos, tomados en examen, no se pueden separar netamente y poner en contraste entre sí: de este lado el positivismo, al frente el misticismo; porque éste es hijo de aquél. Un positivista después de la gelatina de los gabinetes, no creo que tenga otra cosa más cara que el incognoscible, esto es la gelatina en la cual se cultiva el microbio del misticismo”.

“Pero la otra culpa requeriría el análisis de las condiciones económicas y de las luchas sociales del siglo decimonono y en particular de aquel gran movimiento histórico que es el socialismo, o sea la entrada de la clase obrera en la arena política. Hablo desde un aspecto  general; y trasciendo las pasiones y las contingencias del lugar y del momento. Como historiador y como observador político, no ignoro que tal o cual hecho que toma el nombre de socialismo, en tal o cual otro lugar o tipo, puede ser con mayor o menor razón contrastado; como por lo demás sucede con cualquier otro programa po­lítico, que es siempre contingente y puede ser más o menos extravagante e inmaturo y celar un contenido diver­so de su forma aparente. Mas, bajo el aspecto general, la pretensión de destruir el movimiento obrero, nacido del seno de la burguesía, sería como pretender cancelar la Revolución Francesa, la cual creó el dominio de la burguesía; más aún, el absolutismo iluminado del siglo dé­cimooctavo, que preparó la revolución; y poco a poco suspirar por la restauración del feudalismo y del Sacro Imperio Romano, y por añadidura por el regreso de la historia a sus orígenes: donde no sé si se encontraría el comunismo primitivo de los sociólogos (y la lengua única del profesor Trombetti), pero no se encontraría, cierta­mente, la civilización. Quien se pone a combatir el socialismo, no ya en éste o en aquel momento de la vida de un país, sino en general (digamos así, en su exigencia) está constreñido a negar la civilización y el mismo con­cepto moral en que la civilización se funda. Negación imposible; negación que la palabra rehúsa pronunciar, y que por esto ha dado origen a los inefables ideales de la fuerza por la fuerza, del imperialismo, del aristocraticismo, tan feos que sus mismos asertores no tienen ánimo de proponerlos en toda su rigidez, y ora los moderan mezclándoles elementos heterogéneos, ora los presentan con cier­to aire de bizarría fantástica y de paradoja literaria, que debería servir a hacerlos aceptables. O bien ha hecho surgir; por contragolpe, los ideales, peor que feos, tontos, de la paz, de quietismo y de la no resistencia al mal”. (Crítica, 1907 y La letteratura della nuova Italia, vol. IVp. 187). (Nota del Autor)

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LA FILOSOFÍA MODERNA Y EL MARXISMO

Con lenguaje bíblico el poeta Paul Valery expresaba así en 1919 una línea genealógica: “Y éste fue Kant que engendró a Hegel, el cual engendró a Marx, el cual engendró a…”. Aunque la revolución rusa estaba ya en acto, era todavía muy temprano para no contentarse prudentemente con estos puntos suspensivos, al llegar , a la descendencia de Marx. Pero en 1925, C. Achelin los reemplazó por el nombre de Lenin. Y es probable que el propio Paul Valery, no encontrase entonces demasiado atrevido ese modo de completar su pensamiento.

El materialismo histórico reconoce en su origen tres fuentes: la filosofía clásica alemana, la economía política inglesa y el socialismo francés. Este es, precisamente, el concepto de Lenin. Conforme a él, Kant y Hegel anteceden y originan a Marx primero y a Lenin después añadimos nosotros de la misma manera que el capitalismo antecede y origina al socialismo. A la atención que representantes tan conspicuos de la filosofía idealista, como los italianos Croce y Gentile, han dedicado al fondo filosófico del pensamiento de Marx, no es ajena, ciertamente, esta filiación evidente del materialismo histórico. La dialéctica trascendental de Kant preludia, en la historia del pensamiento moderno, la dialéctica marxista.

Pero esta filiación no importa ninguna servidumbre del marxismo a Hegel ni a su filosofía que, según la célebre frase, Marx puso de pie, contra el intento de su autor, que la había parado de cabeza. Marx, en primer lugar, no se propuso nunca la elaboración de un sistema filosófico de interpretación histórica, destinado a servir de instrumento a la actuación de su idea política y revolucionaria. Su obra, en parte, es filosofía, porque este género de especulaciones no se reduce a los sistemas propiamente dichos, en los cuales, como advierte Benedetto Croce para quien es filosofía todo pensamiento que tenga carácter filosófico no se encuentra a veces sino su exterioridad. La concepción materialista de Marx nace, dialécticamente, como antítesis de la concepción idealista de Hegel. esta misma relación no aparece muy clara a críticos tan sagaces como Croce. “El lazo entre las dos concepciones dice Croce me parece, más que otra cosa, meramente psicológico, porque el hegelianismo era la precultura del joven Marx y es natural que cada uno anude los nuevos a los viejos pensamientos, como desenvolvimiento, como corrección, como antítesis”.

El empeño de quienes, como Henri de Man, condenan sumariamente al marxismo, como un simple producto del racionalismo del siglo XIX, no puede ser, pues, más precipitado y caprichoso. El materialismo histórico no es, precisamente, el materialismo metafísico o filosófico, ni es una Filosofía de la Historia, dejada atrás por el progreso científico. Marx no tenía por que crear más que un método de interpretación histórica de la sociedad actual. Refutando al profesor Stamler, Croce afirma que “el presupuesto del socialismo no es una Filosofía de la Historia, sino una concepción histórica determinada por las condiciones  presentes de la sociedad y del modo como ésta ha llegado a ellas”. La crítica marxista estudia concretamente la sociedad capitalista. Mientras el capitalismo no haya trasmontado definitivamente, el canon de Marx sigue siendo válido. El socialismo, o sea la lucha por transformar el orden social de capitalista en colectivista mantiene viva esa crítica, la continúa, la confirma, la corrige. Vana es toda tentativa de catalogarla como una simple teoría científica, mientras obre en la historia como evangelio y método de un movimiento de masas. Porque “el materialismo histórico habla de nuevo Croce surgió de la necesidad de darse cuenta de una determinada configuración social, no ya de un propósito de investigación de los factores de la vida histórica; y se formó en la cabeza de políticos y revolucionarios, no ya de fríos y acompasados. sabios de biblioteca”.

Marx está vivo en la lucha que por la realización del socialismo libran, en el mundo, innumerables muchedumbres, animadas por su doctrina. La suerte de las teorías científicas o filosóficas, que él usó, superándolas y trascendiéndolas, como elementos de su trabajo teórico, no compromete en lo absoluto la validez y la vigencia de su idea. Esta es radicalmente extraña a la mudable fortuna de las ideas científicas y filosóficas que la acompañan o anteceden inmediatamente en el tiempo.

Henri de Man formula así su juicio: “El marxismo es un hijo del siglo XIX. Sus orígenes se remontan a la época en que el reinado del conocimiento intelectual, que inauguraran el humanismo y la Reforma, alcanzaba su apogeo con el método racionalista. Este método tomó su santo y seña de las ciencias naturales exactas, a las cuales se debía el progreso de las técnicas de la producción y de la intercomunicación; y consiste en transportar el principio de la causalidad mecánica, que se manifiesta en la técnica, a la interpretación de los hechos psíquicos. Ve en el pensamiento racional, que la psicología contemporánea no reconoce más que como una función ordenadora e inhibitoria de la psíquica, la regla de todo deseo humano y de todo desenvolvimiento social”. Y en seguida, agrega que “Marx hizo una síntesis psicológica del pensamiento filosófico de su época” (conviniendo en que era “singularmente en el propio orden sociológico, tan nueva y vigorosa, que no es lícito dudar de su genial originalidad”), y que “lo que se expresa en las doctrinas de Marx no son los movimientos de ideas, que no han surgido sino, después de su muerte, de las profundidades de la vida obrera y de la práctica social; es el materialismo causal de Darwin y el idealismo teleológico de Hegel”.

No son muy diversas las inapelables sentencias pronunciadas, de una parte, por el futurismo1 y, de otra, por el tomismo, contra el socialismo marxista. Marinetti junta en un solo haz, para fusilarlos más rápida e implacablemente, a Marx, Darwin, Spencer y Comte, sin cuidarse de las distancias que pueden mediar entre estos hombres, en sus conceptos igualmente ochocentistas y, por tanto, ajusticiables. Y los neotomistas, partiendo del extremo opuesto de la reivindicación del medioevo contra la modernidad descubren en el socialismo la conclusión lógica de la Reforma y de todas las herejías protestantes, liberales e individualistas. Así de Man no presenta siquiera el mérito de la originalidad en el esfuerzo, perfectamente reaccionario, de catalogar el marxismo entre los más específicos procesos mentales del “estúpido” siglo diecinueve.

No hace falta reivindicar a este siglo contra la artificiosa y superficial diatriba de sus execradores, para confutar al autor de Más allá del Marxismo. Ni hace falta siquiera demostrar que Darwin, como Spencer y Comte, corresponde, en todo caso, de diversa manera, al modo de pensar del capitalismo, igual que Hegel, de quien desciende con el mismo título aparente que el racionalismo revolucionario de Marx y Engels el racionalismo conservador de los historiadores que aplicaron la fórmula “todo lo racional es real”, a la justificación de los despotismos y las plutocracias. Si Marx no pudo basar su plan político ni su concepción histórica en la biología de De Vries, ni en la psicología de Freud, ni en la física de Einstein; ni más ni menos que Kant en su elaboración filosófica tuvo que contentarse con la física newtoniana y la ciencia de su tiempo: el marxismo o sus intelectuales en su curso posterior, no ha cesado de asimilar lo más sustancial y activo de la especulación filosófica e histórica post-hegeliana o post-racionalista. Georges Sorel, tan influyente en la formación espiritual de Lenin, ilustró el movimiento revolucionario socialista con un talento que Henri de Man seguramente no ignora, aunque en su volumen omita toda cita del autor de Reflexiones sobre la Violencia a la luz de la filosofía bergsoniana, continuando a Marx que, cincuenta años antes, lo había ilustrado a la luz de la filosofía de Hegel, Fichte y Feuerbach. La literatura revolucionaria no abunda, como le gustaría a de Man, en eruditas divulgaciones de psicología, metafísica, estética, etc., porque tiene que atender a objetivos concretos de agitación y crítica. Pero, fuera de la prensa oficial de partido, en revistas como Clarté2 La Lutte des Classes3 de París, Unter den Banner des Marxismus4 de Berlín; etc., encontraría las expresiones de un pensamiento filosófico bastante más serio que el de su tentativa revisionista.

Vitalismo, activismo, pragmatismo, relativismo, ninguna de estas corrientes filosóficas, en lo que podían aportar a la Revolución, han que dado al margen del movimiento intelectual, marxista. William James no es ajeno a la teoría de los mitos sociales de Sorel, tan señaladamente influída, de otra parte, por Wilfredo Pareto. Y la revolución rusa, en Lenin, Trotsky y otros, ha producido un tipo de hombre pensante y operante, que debía dar algo que pensar a ciertos filósofos baratos llenos de todos los prejuicios y supersticiones racionalistas, de que se imaginan purgados e inmunes.

Marx inició este tipo de hombre de acción y de pensamiento. Pero en los líderes de la revolución rusa aparece, con rasgos más definidos, el ideólogo realizador. Lenin, Trotsky, Bukharin, Lunatcharsky, filosofan en la teoría y la praxis. Lenin deja, al lado de sus trabajos de estratega de la lucha de clases, su Materialismo y Empiriocriticismo. Trotsky, en medio del trajín de la guerra civil y de la discusión de partido, se da tiempo para sus meditaciones sobre Literatura Revolución. ¿Y en Rosa Luxemburgo, acaso no se unimisman, a toda hora, la combatiente y la artista? ¿Quién, entre los profesores, que Henri de Man admira, vive con más plenitud e intensidad de idea y creación? Vendrá un tiempo en que, a despecho de los engreídos catedráticos, que acaparan hoy la representación oficial de la cultura, la asombrosa mujer que escribió desde la prisión esas maravillosas cartas a Luisa Kautsky, despertará la misma devoción y encontrará el mismo reconocimiento que una Teresa de Avila. Espíritu más filosófico y moderno que toda la caterva pedante que la ignora activo y contemplativo, al mismo tiempo puso en el poema trágico de su existencia el heroísmo, la belleza, la agonía y el gozo, que no enseña ninguna escuela de la sabiduría.

En vez de procesar al marxismo por retraso indiferencia respecto a la filosofía contemporánea, sería el caso, más bien, de procesar a ésta por deliberada y miedosa incomprensión de la lucha de clases y del socialismo. Ya un filósofo liberal como Benedetto Croce verdadero filósofo y verdadero liberal ha abierto este proceso, en términos de inapelable justicia5 antes de que otro filósofo, idealista y liberal también, y continuador y exegeta del pensamiento hegeliano, Giovanni Gentile, aceptase un puesto en las brigadas del fascismo, en promiscua sociedad con los más dogmáticos neotomistas y los más incandescentes anti-intelectualistas (Mari­netti y su patrulla).

La bancarrota del positivismo y del cientificismo, como filosofía, no compromete absolutamente la posición del marxismo. La teoría y la política de Marx se cimentan invariablemente en la ciencia, no en el cientificismo. Y en la ciencia quieren reposar hoy, como lo observa Benda, todos los programas políticos, sin excluir a los más reaccionarios y anti-históricos. Brunetiére, que proclama la quiebra de la ciencia, ¿no se complacía acaso en maridar catolicismo y positivismo? ¿Y Maurrás no se reclama igualmente hijo del pensamiento científico? La religión del porvenir, como piensa Waldo Frank, descansará en la ciencia, si alguna creencia ha de ascender a la categoría de verdadera religión.

 NOTAS:
  1. 1 Ver los ensayos sobre Futurismo en las obras delLa Escena Contemporánea, El Alma Matinal y El Artista y la Epoca (N. de los E.).
  2. 2 Claridad. Ver el ensayo del autorEl Artista y la Epoca.
  3. 3 ”La lucha de clases”.
  4. 4 ”Bajo los estandartes del Marxismo”.
  5. 5 Indagando las culpas de las generaciones inmediatamente precedentes, Croce las define y denuncia así:
“Dos grandes culpas: una contra el Pensamiento, cuado por protesta contra la violencia ocasionada a las ciencias empíricas (que era el motivo en cierto modo legítimo) y por la ignavia mental (que era el ilegítimo) se quiso, después de Kant, Flchte y Hegel, tornar atrás, y se abandonó el principio de la potencia del pensamiento para abarcar y dominar toda la realidad, la cual no es, y no puede ser otra cosa, sino espiritualidad y pensamiento. Al principio, no se desconocía propia y abiertamente la potencia del pensamiento y solamente se le cambió en la de la observación y el experimento; pero, puesto que estos procedimientos empíricos debían necesariamente probarse insuficientes, la realidad real apareció como un más allá inaprehensible, un incognoscible, un misterio, y el positivismo generó de su seno el misticismo y las renovadas formas religiosas. Por esta razón he dicho que los dos períodos, tomados en examen, no se pueden separar netamente y poner en contraste entre sí: de este lado el positivismo, al frente el misticismo; porque éste es hijo de aquél. Un positivista después de la gelatina de los gabinetes, no creo que tenga otra cosa más cara que el incognoscible, esto es la gelatina en la cual se cultiva el microbio del misticismo”.

“Pero la otra culpa requeriría el análisis de las condiciones económicas y de las luchas sociales del siglo decimonono y en particular de aquel gran movimiento histórico que es el socialismo, o sea la entrada de la clase obrera en la arena política. Hablo desde un aspecto  general; y trasciendo las pasiones y las contingencias del lugar y del momento. Como historiador y como observador político, no ignoro que tal o cual hecho que toma el nombre de socialismo, en tal o cual otro lugar o tipo, puede ser con mayor o menor razón contrastado; como por lo demás sucede con cualquier otro programa po­lítico, que es siempre contingente y puede ser más o menos extravagante e inmaturo y celar un contenido diver­so de su forma aparente. Mas, bajo el aspecto general, la pretensión de destruir el movimiento obrero, nacido del seno de la burguesía, sería como pretender cancelar la Revolución Francesa, la cual creó el dominio de la burguesía; más aún, el absolutismo iluminado del siglo dé­cimooctavo, que preparó la revolución; y poco a poco suspirar por la restauración del feudalismo y del Sacro Imperio Romano, y por añadidura por el regreso de la historia a sus orígenes: donde no sé si se encontraría el comunismo primitivo de los sociólogos (y la lengua única del profesor Trombetti), pero no se encontraría, cierta­mente, la civilización. Quien se pone a combatir el socialismo, no ya en éste o en aquel momento de la vida de un país, sino en general (digamos así, en su exigencia) está constreñido a negar la civilización y el mismo con­cepto moral en que la civilización se funda. Negación imposible; negación que la palabra rehúsa pronunciar, y que por esto ha dado origen a los inefables ideales de la fuerza por la fuerza, del imperialismo, del aristocraticismo, tan feos que sus mismos asertores no tienen ánimo de proponerlos en toda su rigidez, y ora los moderan mezclándoles elementos heterogéneos, ora los presentan con cier­to aire de bizarría fantástica y de paradoja literaria, que debería servir a hacerlos aceptables. O bien ha hecho surgir; por contragolpe, los ideales, peor que feos, tontos, de la paz, de quietismo y de la no resistencia al mal”. (Crítica, 1907 y La letteratura della nuova Italia, vol. IVp. 187). (Nota del Autor)

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Zapatistas: “La rabia que tenemos es contra el capitalismo, no contra aquellos que son engañados por él” Subcomandante Moisés »


comandante y flores
comandantes

“La rabia que tenemos es contra el capitalismo, no contra aquellos que son engañados por él”: Subcomandante Moisés

Posted By fabbia On mayo 25, 2014 @ 12:58 In Desinformemonos

México. “Venimos a darle homenaje a un compañero sin tamaño ni altura, no venimos a enterrarlo, venimos a desenterrar su ser combativo; venimos a levantarlo en alto en cada niño y en cada niña. Levantar en alto en cada compa su ser maestro, su ser videoconferencista, su ser pasante de Consejero Autónomo, candidato a Junta de Buen Gobierno y su ser sargento”, dijo el Comandante Tacho en el acto realizado el 24 de mayo en La Realidad, Chiapas, en honor del base de apoyo José Luis Solís, Galeano, asesinado por paramilitares de la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC) Histórica. Los zapatistas afirmaron que el gobierno pretende destruirlos, pero que ellos no caerán en provocaciones y sí harán justicia.

Los medios independientes reportaron la asistencia de más de 4 mil bases de apoyo, cerca de 800 adherentes a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, más insurgentes, comandantes y los subcomandantes Moisés y Marcos. “Los Insurgentes portaron un parche negro en el ojo derecho, un listón rosa del lado del corazón y uno negro, de luto, en el hombro izquierdo”, describieron. Posteriormente, pasaron a la tumba del zapatista: “Con el puño izquierdo levantado y con un saludo militar, cada uno pasó enfrente colocando una piedra en la orilla”, informaron los medios. Cada piedra, explicaron, compromete a luchar “porque como Galeano, es un símbolo de resistencia hasta la muerte.”

Los jefes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, tras explicar que solamente pueden intervenir en una comunidad si ésta se los solicita, llamaron a los adherentes a no dejarse engañar por las detenciones hechas por el gobierno estatal, pues no son justicia y buscan apaciguar a la gente. Y en voz del Subcomandante Moisés reiteraron: “La rabia que tenemos es contra el capitalismo, no contra aquellos que son engañados por él”. Señalaron como responsables a Florinda Santis, regidora del Partido Acción Nacional en Las Margaritas; a Luis H. Alvarez, comisionado para la Paz en Chiapas; a Carmelino Díaz López, y a los tres niveles del gobierno, que “piensan que con tomar un Caracol y matar un compañero acaban con la lucha, pero no”.

“Desde la realidad y por La Realidad, no dejaremos que la destruyan”, sentenció el Subcomandante Moisés.
A continuación, las crónicas de los medios alternativos

Zapatistas inician homenaje al compañero Galeano

24 de mayo 2014.- Caracol I de La Realidad, Chiapas

por Medios libres, alternativos, autónomos o como se digan

Un cinturón de milicianos insurgentes vestidos de verde, con un paliacate rojo en el cuello y cubiertos con pasamontañas se formaron en línea rodeando a las más de 2.200 bases de apoyo zapatistas (BAZ) que llegaron de los cinco caracoles para rendir homenaje al compañero Galeano brutalmente asesinado el pasado 2 de mayo en este mismo caracol, primera capital del zapatismo civil y pacífico.

Todos, guardando silencio absoluto frente a más de mil personas, adherentes a La Sexta, alumnos de La Escuelita de la Libertad, sociedad civil nacional e internacional y medios libres que llegaron en Caravana procedentes de varias partes del país.

Desde un templete situado a un lado de la cancha de básquet del caracol se leen las seis pancartas con consignas pidiendo justicia para el compañero asesinado. En una de ellas, un fragmento del Comunicado “El dolor y la rabia” en el que el Subcomandante Insurgente Marcos insiste que son precisamente el dolor y la rabia “los que ahora nos hacen calzarnos de nuevo las botas, ponernos el uniforme, fajarnos la pistola y cubrirnos el rostro”.

Los Insurgentes portan un parche negro en el ojo derecho, un listón rosa del lado del corazón y uno negro, de luto, en el hombro izquierdo. Todos juntos logran formar una valla alrededor de sus bases en forma de protección tal vez  insistiendo en que el Ejército nunca les dejará solos.

Cerca de las 12h al son de la canción La Cigarra – de María Elena Walsh- aparece a caballo el Subcomandante Insurgente Marcos (SCI) también con un parche de pirata en el ojo derecho y fumando su característica pipa para reunirse minutos después con la Comandancia General del EZLN –Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, también a caballo. Coordinan un saludo militar a la sociedad civil y a las BAZ  para después dar la retirada y romper filas. Marcos se despide con un genuino saludo: levantando el dedo medio de la mano izquierda.

Después de la retirada se escucha la voz del SCI Marcos desde las bocinas situadas a lado y lado del templete. Se presenta desde Radio Insurgente y manda un especial saludo a los medios libres “independientes, autónomos o como se diga” a quienes se les avisa que “en un rato tendrán internet y que podrán subir sus materiales”. Luego, se pasa la voz al Subcomandante Insurgente Moisés quien informa sobre el avance de las investigaciones. Menciona a mujeres involucradas en el asesinato del compañero Galeano “la que macheteó y la que arrastró el cuerpo”. Acto seguido se pidió a todos los adherentes a La Sexta presentes que “recordemos que nuestra lucha es civil y pacífica” y que no se provocara ni cayera en provocaciones “a pesar del enojo, el dolor y la rabia”. El SIC Moisés insistió en usar la rabia contra el sistema y no “contra estas gentes malas de la cabeza y que no piensan que sólo quieren cumplir la orden del mal gobierno”. Insistió en que ya hace tiempo que existen provocaciones y amenazas en este caracol “si ellos provocan, pues que lo hagan ellos, nosotros no, nosotros somos luchadores”, añadió.

Finalizó su intervención en Radio Insurgente advirtiendo: “ellos nos están escuchando y nosotros queremos que nos escuchen porque antes nunca quisieron dialogar” y se refirió a los presentes como testigos de estas situaciones de estas provocaciones.

El SCI Marcos retomó el micrófono avisando de que cuando cayera el sol se procedería a la ceremonia de homenaje al compañero Galeano y recordando a los medios independientes que aprovecharan la conexión a Internet para subir sus materiales “y avisar a sus familias de que llegaron bien”.

Estamos todos a la espera del comienzo.
Estamos todos escuchando su silencio.
Estamos todos observando lo que observan.
Estamos todos, todos aquí.
Unidos por la rabia y el dolor,
Unidos por las ganas de justicia, el derecho a la paz.
Estamos todos por Galeano.
Aquí estamos, aquí seguimos, esto somos.
Uno solo.
Una mirada.
Un corazón latente de fuerza, amor, dignidad y rabia.
Entran más.
Más.
Cada vez son más.
Cada vez somos más.
Los mismos,
Los nuevos,
Los de antes.
Estamos todos, con ellos, con nosotros.

4 mil zapatistas y adherentes a La Sexta en homenaje al Votán Galeano

La Realidad, Chiapas, 24 de mayo de 2014.-

por Medios libres, alternativos, autónomos o como se digan.

Bajo el sol de la Selva Lacandona en el sureste mexicano, esta tarde en la plaza del Caracol de la Realidad, una de las capitales del zapatismo civil y pacífico, cubierta de mensajes en memoria del compañero Galeano, aproximadamente 2200 zapatistas y 800 personas de la sociedad civil e insurgentes del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional se dieron cita para rendir homenaje al maestro zapatista Jose Luis Solis Lopez: el Votán Galeano.

“Orgullosos, fuertes y animados” compañeros y compañeras de La Realidad, dieron la bienvenida a las y los presentes y los que no pudieron estar, compartieron su dolor y su rabia por el contexto de guerra en el cual se dió el ataque paramilitar del pasado 2 de mayo contra el Caracol, en el cual perdió la vida Galeano a manos de gente de “pensamiento podrido que acepta migajas del mal gobierno”.

Destacó la participación del Comité Clandestino Revolucionario Indígena (CCRI), que en voz del Comandante Tacho expresaron: “venimos a darle homenaje a un compañero sin tamaño ni altura, no venimos a enterrarlo, venimos a destenterrar su ser combativo; venimos a levantarlo en alto en cada niño y en cada niña. Levantar en alto en cada compa su ser maestro, su ser videoconferencista, su ser pasante de Consejero Autónomo, candidato a Junta de Buen Gobierno y su ser sargento”. Dejando en claro que para ellos la muerte no es el fin de la lucha, ni el fin de la construcción de la autonomía.

Hubo una serie de mensajes a las y los adherentes a la La Sexta Declaración de la Selva Lacandona, quienes esta vez cumplieron con el compromiso suscrito en 2005, “si nos tocan a uno, nos tocan a todos. Deben entender que el EZLN no se puede meter así nomás en las comunidades, sólo puede entrar si las comunidades autónomas lo piden, para hacer justicia. La rabia que tenemos es contra el capitalismo, no contra aquellos que son engañados por él. Luchemos, trabajemos, hablemos entre nosotros los de abajo y a la izquierda, no miremos hacia arriba, porque ahí no hay ojos ni oidos. Aquí estamos para acompañar e investigar los hechos. No hay que tranquilizar la rabia con las detenciones hechas por el gobierno de Chiapas que es un disfraz, que no es justicia, que se hacen para que ustedes de La Sexta tranquilicen esa rabia.” señaló el Subcomandante Insurgente Moisés.

Como responsables del asesinato del maestro Galeano señalaron a Florinda Santis, regidora del PAN en Las Margaritas, Luis H. Alvarez, comisionado para la Paz en Chiapas, Carmelino Díaz López, quienes “se reúnen a construir problemas para los zapatistas a cambio de dinero, proyectos y armas”. Denunciaron tras los ataques a los tres niveles del mal gobierno; el diputado, el gobernador, ex-gobernador y el supremo paramilitar Enrique Peña Nieto. “Tienen un plan para asesinar al EZLN y beneficiar a los grandes empresarios. Piensan que con tomar un Caracol y matar un compañero se acaba la lucha, pero no, así como hubo caídos en el 94 y Galeano siguió su ejemplo, ahora seguiremos el ejemplo de Galeano, quieren que perdamos la cabeza y nos matemos entre nosotros, pero no vamos a dar pretexto para que el mal gobierno asesine indígenas y diga que es un conflicto intercomunidades, buscamos justicia y no venganza, justicia para siempre y la venganza será contra el capitalismo neoliberal”.

Reafirmaron su postura ante el mal gobierno de no recibir migajas ni limosnas, de no hablar con malos gobiernos por no confiar en esos “sin cerebros, hoy y siempre no confiamos en esa gente ignorante y estúpida, con manos grandes para robar y sin cerebro para pensar, del partido que sean. Nuestra lucha es por la libertad, por un mundo anticapitalista, y no nos vamos a desviar”.

También a manera de denuncia dieron una breve semblanza sobre siete ataques para entender qué es la CIOAC
:
.- 20 de noviembre, ataque al poblado 10 de abril.
.- Hace un año, ataque a tierra recuperada a La Realidad y Morelia
.- Ataque en río Euseba hace un mes.
.- Ataque en San José Palma, Margarita.
.- Ataque hace 15 días en Ejido Miguel Hidalgo.
.- Ataque en Rayón en el norte de Chiapas con muertos.
.- 2 de mayo, asesinato de Galeano.

Además la CIOAC participa en la cruzada contra el hambre, a la que evidenciaron más bien como una cruzada contrainsurgente, donde sus líderes aprenden a matar y mentir. T¿Qué futuro les espera a sus hijos? Se preguntó el Subcomandante Insurgente Moisés.

Reconocimiento especial tuvo la labor y el trabajo que han hecho los medios alternativos, tanto los que participaron en la caravana, como los que no pudieron asistir, porque en conjunto han logrado romper el cerco informativo impuesto por el capital, llamando a no abandonar su labor y compromiso con la verdad.

“No se vendio, no se rindio, no se vencio”, Galeano Presente, afirmó Moisés en su intervención.

El subcomandante Moises concluyó “No se vendio, no se rindio, no se vencio, Galeano Presente. Desde la Realidad y por la Realidad, no dejaremos que la destruyan, es nuestro compromiso liberar este pais, pase lo que pase y venga lo que venga.”

“Para comprometernos más. Visita a la tumba del compañero Galeano”

24 de mayo de 2014, Caracol I de La Realidad, Chiapas

Por medios libres, alternativos, autónomos o como se digan.

Justo comenzando el atardecer, después de la lectura del documento central del homenaje a Galeano, se comunicó por parte del Subcomandante Insurgente Moisés que se podría visitar la tumba del compañero, para mostrar solidaridad con la familia, la compañera del finado y las Bases de Apoyo Zapatistas (BAZ).

Miles de compañeros y compañeras BAZ junto con los y las adherentes a la Sexta, formaron una inmensa fila, esperando pasar por la tumba. Uno por uno, salieron desde el centro del caracol rumbo al poblado de La Realidad hasta el pequeño solar donde descansa su cuerpo. Al llegar, una compañera coordinaba las visitas.

“¿Es aquí la tumba del compañero Galeano?”

“Sí”, –contestó–,“para comprometernos más.”

Un círculo constante de compañeros y compañeras cubiertos con pasamontañas abrazaban la tumba, rodeándola. Con el puño izquierdo levantado y con un saludo militar, cada uno pasó enfrente colocando una piedra en la orilla. La tumba, construida de piedra blanca, estaba rodeada de flores, guirnaldas y muchas velas que iluminaban el lugar.

“¿Por qué la piedra, compa?”

“Cada persona que se compromete a luchar deja una piedra, porque como Galeano, es un símbolo de resistencia hasta la muerte.”

Tal vez, el acto de dejar una piedra significa también que el corazón necesita fuerza para que la muerte, que llega sin avisar, no duela tanto; al mismo tiempo, compañeros y compañeras de la Sexta repetían el acto para dar continuidad a la construcción de Otros Mundos.

Se dejó el dolor y se continuó avanzando con la esperanza de seguir construyendo una sociedad anticapitalista, autónoma, sin pedirle nada al gobierno, creando el suyo propio, con libertad, democracia y justicia, uno de los ejemplos que nos dan cada día los compañeros y compañeras del EZLN y los pueblos zapatistas.

La noche se come la luz y quedan los destellos de las velas que iluminan el camino que anduvo Galeano en vida.

En el último acto del Homenaje a Galeano, el Subcomandante Insurgente Marcos y el Subcomandante Insurgente Moisés brindarán su palabra para darle cierre al evento que nos convocó a todos a reunirnos en La Realidad, y aunque lo motivaran el dolor y la rabia: lo que queremos es justicia, no venganza.





Ignacio Ramonet, Nora Cortiñas, Osvaldo Bayer, Raúl Zibechi, Oscar Oliveira, entre otros, saludan al EZLN y a Galeano 


muchacha zapatista


Posted By fabbia On mayo 25, 2014 @ 12:58 In Desinformemonos

A nuestras hermanas y hermanos zapatistas
 
Desde distintos rincones del mundo les queremos hacer llegar este abrazo lleno de rabia, de dolor, frente a una nueva injusticia que se comete contra los pueblos rebeldes.
 
El 24 de mayo no podremos estar físicamente con ustedes, pero en nuestros rincones del mundo, desde donde nuestros corazones laten abajito y a la izquierda, vamos a estar hablando de ustedes, con ustedes, y soñando los sueños que ustedes nos permitieron soñar.
 
Queremos que a través de esta ventana de la lucha antisitémica, que es para nosotrxs Desinformémonos, expresar que cuando tocan a unx, nos tocan a todxs, de parte de quienes en nuestros territorios hacemos cotidianamente gestos de rebeldía, de quienes ocupamos, producimos, resistimos.
 
Sabemos que el compa Galeano se está multiplicando en este mismo instante en nuestras tierras. Habrá ahora muchas maneras de ser galeanos y de reinventar el mundo… 
 
Desde los abajos del mundo, y subiendo por las venas abiertas de Nuestra América les hacemos llegar nuestro saludo de Rebeldía. Resistencia. Y alegría para seguir la lucha.
 
Firmas:

Ignacio Ramonet (Francia), Raúl Zibechi (Uruguay), Claudia Korol (Argentina), Oscar Olivera (Bolivia), Osvaldo Bayer (Argentina), Nora Cortiñas (Argentina), Joel Suárez (Cuba), Berta Cáceres (Honduras), Liliana Daunes (Argentina), Laura Carlsen (México-Estados Unidos), Hernán Ouviña (Argentina), Centro Martin Luther King Jr (Cuba), Pañuelos en Rebeldía (Argentina) y Movimiento Popular La Dignidad (Argentina).

Article printed from Desinformémonos: http://desinformemonos.org


Los orígenes del fascismo en Europa: antes y ahora

Pensamiento crítico

27 may 2014


Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra



Una de las interpretaciones de la historia europea que es más errónea y ha tenido peores consecuencias en la vida política y económica de este continente es la explicación que se ha dado de las causas de la subida al poder de Hitler y del nazismo en Alemania. Un argumento que se ha escrito para justificar las enormes políticas de austeridad (con recortes del gasto público, incluyendo el gasto público social, y la bajada de salarios), promovidas e impuestas por el gobierno alemán a los países de la Unión Europea, y muy en especial a los países periféricos de la Eurozona, tales como España, ha sido el supuesto temor (en realidad, pánico) que el pueblo alemán ha tenido históricamente a la hiperinflación, pues en su memoria colectiva se considera que dicha hiperinflación fue la causa del surgimiento y victoria electoral del nazismo en Alemania. De ahí –se nos dice- que las políticas de austeridad de ahora sean necesarias para evitar una inflación que podría llevarnos a la aparición de un nuevo fascismo. Si usted sigue la literatura científica económica leerá este argumento miles de veces.

Esta interpretación de lo que ocurrió en Alemania está, sin embargo, profundamente equivocada, no solo en su totalidad, sino en cada uno de sus supuestos. Comencemos por la explicación que atribuye la victoria de Hitler a la hiperinflación. De esta explicación uno tendría que ver que, cuando Hitler fue elegido, la inflación era muy alta, tan alta que la gente, en protesta, votó por Hitler. Pues bien, veamos los datos. Hitler fue elegido en el año 1933. Y ahora vayamos a los datos de la inflación en aquel año. Y el lector se asombrará, pues encontrará que no había ni pizca de inflación. En realidad, la elevada inflación había desaparecido hacía ya tiempo. Y ahí están los datos. Repito, no había inflación. No se puede, por lo tanto, decir que la elevada inflación había llevado a Hitler al poder.

¿Qué estaba pasando? Es fácil de ver y entender. Si usted mira la evolución de la inflación verá que la elevada inflación fue antes del 1933, en realidad, diez años antes, en los años veinte. En el año 1923, diez años antes de la elección de Hitler, Alemania estaba en medio de una insostenible inflación; en julio de aquel año, 1 dólar era equivalente a 1,1 millones de marcos. Dos meses más tarde, era de 109 millones. Repito, una situación que no podía continuar. Ello forzó a que el gobierno tomara toda una serie de medidas –que hoy se llamarían de austeridad- que tuvieron enormes consecuencias (como también tienen enormes consecuencias las políticas de austeridad de ahora). Y una de ellas fue el enorme crecimiento del desempleo, que pasó de un millón a seis millones de alemanes en solo tres años, lo que representaba una tasa de desempleo de un 30%. Fue esta creación de desempleo y el gran descenso del bienestar de la población lo que condujo a los movimientos de protesta, incluyendo el nazismo. Esto es lo que no se dice y debería decirse, porque hoy estamos viendo en Europa una situación muy similar, donde las políticas de austeridad están generando el crecimiento de movimientos fascistas (llamados chovinistas o lo que fuere) a lo largo del territorio europeo.     No fue la inflación, sino el tipo de respuesta que el gobierno escogió -las políticas de austeridad, con un gran descenso del gasto público y de los salarios- para resolver esa elevada inflación lo que creó el enorme enfado popular y desafección hacia el régimen democrático, tal como está ocurriendo ahora.

El segundo punto que es erróneo en esta interpretación histórica de atribuir a la elevada inflación la subida de Hitler al poder, es la interpretación de las causas de la inflación. No hay duda de que el nivel de inflación en 1923 era insostenible. Pero, ¿qué es lo que causó la inflación? Y la respuesta, de nuevo, es fácil de ver. Fueron las enormes políticas de austeridad que los aliados habían impuesto a la Alemania derrotada en la I Guerra Mundial. El que mejor predijo las consecuencias de estas políticas fue John Maynard Keynes, que era el representante del gobierno británico en Versalles, en la reunión que definió las políticas que tendrían que seguirse por parte del vencido Estado alemán al terminar la I Guerra Mundial, políticas que eran tan punitivas que no permitían la recuperación de la economía alemana mediante políticas expansivas, con el aumento del gasto público, entre otras medidas. Keynes abandonó la reunión, como señal de su profundo desacuerdo. Tales medidas no dejaban ninguna otra alternativa al gobierno alemán que intentar crecer a base de imprimir dinero, lo cual hizo en abundancia, que es lo que creó la inflación. Y ahí está el problema, y también la semejanza con la situación actual.

La manera como se construyó la Eurozona y su gobernanza dificulta enormemente el estímulo económico mediante la expansión del gasto público y el aumento de los salarios. En realidad, el crecimiento económico ha descendido en la Unión Europea desde que se estableció el euro. El Tratado de Maastricht y, todavía peor, el Pacto Fiscal impuesto por Alemania, imposibilita que los Estados tengan déficit público. Ello forzó a que la estructura de poder de la Eurozona, y muy en particular el Banco Central Europeo, recurrieran a políticas de expansión monetaria (es decir, imprimir dinero, como hizo el gobierno alemán tras la I Guerra Mundial), con el peligro de que se generara inflación. Y a fin de evitar que ello ocurriera, se están llevando a cabo políticas de austeridad que están destruyendo el bienestar de la población y que están causando el surgimiento del fascismo. La historia se repite.

¿Qué está ocurriendo ahora?

Hoy, una de las opciones políticas que está canalizando más el enfado de las clases populares, y muy en particular de la clase trabajadora, es la ultraderecha, tal como estamos viendo en varios países. El caso de Francia es claro. El Frente Nacional, dirigido por Le Pen, fue el que utilizó durante la campaña de las elecciones al Parlamento Europeo un discurso movilizador de la clase trabajadora, presentándose a sí mismo, sin ninguna inhibición, como el mejor instrumento para defender los intereses de la clase trabajadora, en la lucha de clases frente a la oligarquía nacional, que había traicionado a la patria vendiéndose a la Troika. Es el nacionalsocialismo, que históricamente tuvo una base obrera y ahora la recupera tras la complicidad de las izquierdas tradicionales (y muy en especial de la socialdemocracia) con la imposición de políticas que dañan los intereses de las clases trabajadoras a costa de incrementar los beneficios del capital. En este discurso, la lucha de clases y la identidad nacional son idénticas, utilizando la bandera y la defensa de la identidad y de la patria como el punto movilizador. Ha sido una mezcla ideológica imbatible. Era lógico y predecible que el fascismo ocupara el vacío creado por el socialismo y el comunismo. El pasado domingo, Le Pen consiguió el apoyo del 30% de los jóvenes y del 43% de los trabajadores franceses.

El internacionalismo de las izquierdas en su compromiso con Europa se ha mostrado impotente frente al nacionalismo del nacionalsocialismo. Por otra parte, la identificación de las izquierdas con la defensa de los inmigrantes es su punto vulnerable, pues parecen no ser conscientes de que los que pagan los costes de la integración de los inmigrantes en un país son los miembros de la clase trabajadora. Ni que decir tiene que la inmigración enriquece a un país. Ahora bien, los costes inevitables que implica su integración, que benefician a toda la sociedad, no pueden ser pagados por aquellos más vulnerables que absorben el coste. Las izquierdas, por lo general, no han sido sensibles a este punto. Añádase a ello que su internacionalismo, con su alianza con los otros pueblos de Europa, carece de credibilidad debido a su complicidad con el mundo del capital. El distanciamiento de los partidos de izquierda gobernantes (y muy en especial de la socialdemocracia) respecto a la clase trabajadora ha sido el origen de su deterioro electoral.

En España, el fascismo (que adquirió su máxima expresión durante la dictadura, establecida con la ayuda del nazismo alemán y el fascismo italiano) se caracterizó por el nacionalcatolicismo, que conjugó un nacionalismo uninacional extremo con un catolicismo enormemente reaccionario. El golpe militar de 1936 se hizo contra los rojos –socialistas y comunistas- y los separatistas –aquellos que tenían una visión de España distinta a la del fascismo español-.

Esta ideología nacionalcatólica continúa siendo muy extendida en sectores de la población española, lo cual explica su receptividad al mensaje del Partido Popular de presentarse como el defensor de la unidad de España y de los valores cristianos. Ello explica que el partido político más instrumentalizado por los poderes financieros y económicos existentes en Europa y en España continúe ganando las elecciones a pesar del enorme daño que sus políticas han causado a las clases populares, incluyendo sus votantes. El dominio por parte del PP de la bandera y del crucifijo explica su pervivencia, fruto de una Transición sumamente inmodélica.

Lo que las izquierdas deberían hacer es criticar este nacionalcatolicismo, todavía muy hegemónico en el Estado español, presentándolo por lo que es: el caparazón que sostiene un enorme domino de una minoría (servil y dócil con la Troika) frente a la mayoría de los distintos pueblos de España, que presentan como visión alternativa otra España, la republicana, multinacional y poliédrica, laica, democrática y socialmente justa.

El domingo pasado mostró una vez más el problema de las izquierdas en España. El voto a las izquierdas fue mucho mayor que el voto a las derechas. Pero las derechas continuarán gobernando España. Y seis millones más continuarán desempleados, habiendo alcanzado la situación social de las clases populares unos niveles desconocidos de deterioro. Gran parte de la responsabilidad la tienen los dirigentes del PSOE (el partido mayoritario de las izquierdas), cuyas políticas públicas han sido responsables de este deterioro, siendo cómplices con la derecha española y con las derechas europeas en el desarrollo de la Europa del capital. España necesita una rebelión del electorado y de las bases de este partido para cambiar profundamente su dirección y sus aparatos. Y las izquierdas no gobernantes (cuyo crecimiento aplaudo y considero muy positivo) deberían transcender sus intereses partidistas para aliarse a lo largo del territorio español para agitar el panorama político español, con amplias movilizaciones y exigencias de cambio a todos los niveles, con una amplia participación ciudadana, concienciando a la población de que los que gobiernan España representan una minoría muy exigua de la población española (11% del censo electoral) que defiende unos intereses económicos y financieros muy particulares que anteponen a los intereses de las clases populares, que son la mayoría de la población.