lunes, 17 de junio de 2013

“Donde pisa mi caballo no vuelve a crecer la hierba”

junio 16 del 2013


Sara Rosenberg
otan-sangre






Allí donde la Otan interviene el desastre se consuma. La estrategia guerrera,  que es una estrategia colonial e imperial muy clara, adopta diversas formas que tienen un sustrato común:  el saqueo del petróleo y los recursos energéticos de aquellos países que son o pretenden ser independientes y soberanos.
La propaganda de la Otan, las masivas campañas de desinformación para justificar sus letales intervenciones  son siempre las mismas:
Defensa de la democracia: mientras reprimen y saquean implacablemente sus propios países  a través de una red de corrupción sin la cual el sistema no podría sobrevivir. Los gobiernos de occidente son gerentes del capital multinacional y a él responden. La constitución y las leyes se violan constantemente en nombre de una democracia que no existe.  Los ejemplos sobran, -Grecia, Turquía, España, Italia, Chipre-están en manos de la maffia financiera  (liderada por el FMI)  y a ella obedecen. Los pueblos en la calle reclaman y sufren sus políticas de  saqueo, privatización y represión. La pregunta resulta obvia:
¿Qué clase de democracia pueden defender estas dictaduras del capital?
Existencia de armas químicas:  fue la excusa para invadir Irak, donde se comprobó que la mentira triunfó y sembró el país de un millón y medio de muertos y de una destrucción que se perpetúa.  Hoy, aplican la misma mentira contra el gobierno sirio, a sabiendas que los mercenarios contratados por la Otan son quienes las utilizan y quienes han sembrado el terror en Siria. El terrorismo y el uso de armas químicas por parte de los mercenarios ha sido documentado ampliamente. Y cuando están siendo derrotados, Estados Unidos interviene de ya de manera abierta para decir que enviará armas a los mercenarios. Cosa que han hecho desde hace años. Y acusa nuevamente al gobierno del uso de armas químicas.    
Desobediencia de tratados:  Los países de la Otan jamás han respetado un tratado de no proliferación de armas nucleares, químicas, drones, minas antipersonales, etc.  La industria armamentística es la columna vertebral de las economías de Estados Unidos, Europa e Israel.  Sin embargo atacan a países independientes que producen uranio con fines pacíficos, como es el caso de Irán y Corea del Norte.
Israel no ha respetado ningún tratado, pero jamás ha sido cuestionado por violar los acuerdos, ni territoriales ni militares.  Un dato escalofriante: la mayor inversión bancaria de Europa se hace en armamento nuclear.
Dictadores fantasmas:  Invasiones y atentados a  países que como Libia tenían un alto nivel de vida y de integración social. Demonizaron a Gadafi y lo asesinaron, junto a su familia.  Destruyeron el país con una guerra llevada a cabo por los mercenarios apoyados por las potencias de la Otan, para saquearlo y dejarlo en manos de una maffia dócil a occidente, que necesita del petróleo y los recursos libios.  La muerte y la destrucción son la realidad de Libia hoy. Los fondos del estado han sido embargados (robados), los crímenes políticos y raciales continúan.
Revueltas manipuladas y/ o aplastadas: Aprovechando el inmenso y justo descontento de las masas, penetran con grupos mercenarios encargados de destruir por dentro a los movimientos sociales y garantizar que en lugar de un cambio de sistema, el gobierno que cae, sea reemplazado por un socio de la Otan, como ha sido el caso de lo que ellos mismos llamaron primaveras árabes.  Si la revuelta continúa la represión y el terror se instalan. (Egipto- Bahrein- Túnez)
Cualquiera de estas posibilidades del siniestro guión, se combinan con sabotajes y bloqueos económicos, que hacen la vida de la población muy difícil.  Lo hemos visto en Irak, en Afganistán, en Libia, en Siria  y ahora en Venezuela.  Ni hablar de Cuba, la eterna e ilegítimamente bloqueada, a pesar de todas las protestas y demostraciones interpuestas en la ONU y otros organismos.
La lista podría continuar, pero lo que me interesa es sólo enumerar las estrategias  más recurrentes. Y si las enumero es para reflexionar sobre los límites del juego limpio y democrático que muchos países sí respetan y exigen.  Porque hay vida más allá de la Otan y sus caballos de la muerte. Y más allá de los caballos de la muerte y el terrorismo, América Latina está dando muestras de cómo es posible detener esta maquinaria letal y respetar de verdad los tratados y la democracia.
Y esta soberanía, este otro modo de hacer política, es la razón de fondo para que ahora en América latina el imperio trate de golpear  con fuerza las instituciones y gobiernos comprometidos en políticas de paz, democracia participativa e inclusiva e independencia. Políticas independientes que se consolidan y que ayer mismo dieron como resultado el tan esperado nacimiento del Banco del Sur.
Por eso y dentro de esta estrategia guerrera del imperio aparece la Alianza del Pacífico (TLC), tratado suscrito por Colombia, México, Chile y Perú. Por eso el adalid de “lo grande” –el presidente Santos- repite en sus discursos como si estuviera en un ataque de enanismo, que Colombia es “grande como para entrar en la Otan”. Por eso visita al gobierno de Israel para comprometerse a ser un buen alumno de las masacres, por eso hay siete bases americanas en Colombia, por eso la palabra paz y los esfuerzos enormes para llegar a la paz a través del diálogo no le interesan.  Por eso y contra toda marcha hacia la paz, el gobierno de Santos  impide que los jueces juzguen los delitos de lesa humanidad cometidos por militares y los deriva hacia tribunales militares, que nunca los juzgarán, sino que blindarán el derecho al crimen.
Y en ese conjunto bélico Otanista está la derecha venezolana encabezada por el  candidato perdedor Capriles, que tiene como objetivo cumplir con el encargo del amo y  sabotear, desestabilizar , utilizar mercenarios  disfrazados para cometer crímenes, en fin una serie de lindezas que ya hemos visto el 15 y el 16 de abril, cuando las hordas fascistas mataron a once ciudadanos y asaltaron instituciones públicas, barrios y hospitales.
Y si de manera un tanto sintética trato de relacionar estos hechos, es porque creo que son parte de la misma política y que obedecen al mismo plan. Impedir la consolidación de otro tipo de sociedades capaces de vivir en paz y desobedecer los mandatos imperiales que son mandatos de muerte y de guerra en todo el mundo. Porque la guerra es su negocio y con esas guerras se garantizan el robo de los recursos, el hambre de millones, la destrucción del planeta y la inmensa ganancia para esa minoría asesina que se disfraza de demócrata y que cuando pisa, la hierba no vuelve a crecer.
Y algunas preguntas a modo de coda:  ¿Por qué no han intervenido en Turquía si hay cinco mil heridos y una represión brutal? ¿Por qué los ciudadanos de Turquía no son llamados rebeldes sino indignados? ¿Por qué no intervienen para detener las constantes agresiones y asesinatos en Palestina? ¿Por qué no intervienen defendiendo el gobierno electo de  Honduras y Paraguay y en cambio potenciaron  ambos golpes de estado? ¿Por qué permiten la colonización de las Malvinas?  ¿Por qué detienen a aquellos que desde adentro de sus aparatos militares dicen la verdad, y denuncian el crimen, como es el caso del soldado Manning ?  ¿Por qué envían armas a los mercenarios en Siria, cuando el gobierno está llamando a la paz y ha conseguido derrotarlos en varias ciudades? ¿Por qué atentan cada vez más contra la población civil? ¿Por qué …
Porque esta es la estrategia de la Otan, ni la democracia ni la paz tan mentadas,  sino el secreto y el espionaje feroz para potenciar el terrorismo, tal como lo viene haciendo desde el evidente autoatentado del 11S.  Invasión y destrucción para saquear y explotar. Todo lo demás son palabras vacías, palabras para confundir a las masas, palabras para envenenar y ocultar los mecanismos profundos de las estrategias criminales a escala planetaria.
Por eso una vez más es necesario crear redes solidarias a lo largo del mundo, redes de información y resistencia contra este siniestro aparato destructivo, para impedir que invadan y masacren, para que algún día dejen de pisotear la hierba y la hierba pueda crecer.
*La frase del título se atribuye a Atila, rey de los Hunos.  Pero estos son otros.
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