martes, 30 de noviembre de 2010

Los mapuches, Irak y un delirio




Por Pedro Cayuqueo - Martes 23 de Noviembre de 2010

Por estos días, un emblemático juicio oral tiene lugar en Cañete. Lo encabeza el fiscal Andrés Cruz, encargado de llevar al estrado a 17 mapuches acusados de “asociación ilícita terrorista” y del supuesto ataque al fiscal Mario Elgueta, hecho ocurrido en octubre del 2008 al interior de una comunidad mapuche de Tirúa. ¿Supuesto? Si, supuesto. Al menos hasta que los magistrados, en solemne veredicto, acrediten la veracidad de los cargos y condenen a los responsables. O bien, los terminen a todos absolviendo, como ha ocurrido ya en otros juicios y esperan los comuneros y su defensa suceda nuevamente. Por lo pronto, lo que la fiscalía denomina un “ataque”, los mapuches llaman “enfrentamiento”, una refriega donde ellos y sus familias sólo ejercieron su legítimo derecho a la autodefensa.
Varios antecedentes vuelven creíble esta última versión; los hechos acontecieron al interior de la misma comunidad donde residen los imputados (¿una emboscada en el patio de tu propia casa?); el fiscal y su comitiva policial, huelga decir que como de costumbre, irrumpieron en la zona a altas horas de la noche y de manera violenta; no se produjeron víctimas fatales, solo magulladuras en un par de policías y daños menores en los vehículos institucionales; y, tal vez lo más revelador, el perfil de los comuneros implicados dista mucho del de “peligrosos terroristas”. Se trata en los hechos de jóvenes campesinos, hombres de esfuerzo y abnegados padres de familia. No hablamos precisamente de barbudos mujaidines afganos. Tampoco de milicianos iraquíes, adictos al Corán y los AK-47, en guerra santa contra los winkas infieles y los pilares del Estado apóstata chileno. ¿O si?

Hay alguien que así lo cree; el joven fiscal Cruz, responsable de la investigación contra los comuneros. Y para demostrarlo, Ley Antiterrorista de Pinochet de por medio, no ha escatimado en recursos. Se informó que 36 “testigos sin rostro” y más de 100 funcionarios de Carabineros y de la PDI serán citados a prestar declaración para respaldar su afiebrada tesis. Transcurridas dos semanas de juicio oral, todo pareciera marchar sobre ruedas para Cruz y compañía. Hasta ahora, sus testigos y peritos no se cansan de hablar de una planificada “emboscada de aniquilamiento”, “propia de tácticas de las FARC”; de la existencia de “fusileros” altamente entrenados (peritajes balísticos descartaron el uso de armas de guerra… ¿fusileros sin fusil?) y, lo más sorprendente de todo, de oscuras conexiones entre sitios web pro mapuches y sospechosos servidores en Irak. ¡En Irak!
Esto último fue revelado el pasado lunes por el perito del Laboratorio de Criminalística en Informática de la PDI, Aldo Rodríguez, quien agregó además –y sin siquiera sonrojarse- que numerosos comunicados de la Coordinadora Arauco-Malleco (CAM) provenían de servidores situados en el extranjero, incluido por cierto el mencionado país árabe. ¿Sabe usted, estimado lector, donde está situado el servidor de su Facebook o cuenta de Twitter? ¡Averígüelo!, bien podría ser vinculado a una “asociación ilícita terrorista” internacional. “Fiscalía de Cañete quiere ser tu amigo en Facebook”. Adiós chilito. Bienvenida cárcel de Guantánamo.

La lucha del pueblo mapuche vinculada con las FARC y el terrorismo islámico. Quién lo diría. En este punto uno se pregunta de dónde tanta imaginación ¿Mucha tele? ¿Demasiadas novelas de Tom Clancy? Parte de la respuesta nos la entrega el cuerpo de Reportajes de El Mercurio, ello el pasado domingo y nada menos que en sus páginas centrales. “El atentado a un fiscal es un acto terrorista. Y cuando hay una ley que define esos actos como tales, hay que aplicar la Ley Antiterrorista”. Lo anterior no lo dice el fiscal Cruz. Lo asegura Javier Zaragoza, fiscal jefe de la Audiencia Nacional de España, en entrevista exclusiva con el matutino de la familia Edwards. Zaragoza fue el fiscal de los brutales atentados del 11-M perpetrados por Al Qaeda a los trenes de cercanías y tiene hoy a su cargo diversas indagatorias respecto de ETA. En dicha calidad visitó Chile, ello –confidencia El Mercurio- en el marco de un “reservado seminario sobre terrorismo organizado por el Ministerio Público” y dirigido a fiscales como el propio Cruz.
De que Zaragoza sabe de terrorismo, convengamos que sabe y bastante. ¿Tendrá idea de quiénes son los 17 campesinos perseguidos en Chile por el Ministerio Público y sus teorías conspirativas? Lo dudo. En los atentados perpetrados por Al Qaeda en Madrid hubo 191 muertos y 1.841 heridos. ETA, en su largo historial de crímenes políticos selectivos y a mansalva, contabiliza cerca de 800 muertos y de los heridos mejor ni hablar. Todo esto Zaragoza lo sabe. ¿Sabrá cuántos civiles han muerto en Chile a causa del mal llamado “conflicto mapuche”? A la fecha, cuatro. Todos mapuches, todos jóvenes y tres de ellos víctimas del gatillo fácil policial. Perdón, quise decir cinco civiles muertos en total. La última víctima fue Richard Newei Pilquimán. También mapuche. ¿Causa de muerte? Asfixia por ahorcamiento. Richard era uno de los 18 comuneros sometidos a proceso por el híper ventilado fiscal Cruz. Agobiado por el hostigamiento policial contra él y su familia, se quitó la vida el 22 de agosto de 2009. Tenía 19 años. Y jamás, me cuentan sus cercanos, había visitado Irak o sus alrededores.