lunes, 22 de octubre de 2012

En la Historia Combativa: Thomas Sankara, el Che Negro



El 15 de octubre de 1987 fue asesinado por las fuerzas del imperialismo Frances y Yankee el camarada Thomas Sankara, el lider popular y anticolonialista de Burkina Faso.


El capitán Thomas Sankara, junto a otros militares revolucionarios encabezó el 4 de agosto de 1983 una revolución democrática y popular en la ex-colonia francesa Alto Volta, independiente desde agosto de 1960 pero víctima del saqueo y la explotación de las transnacionales, además de heredera gratuita de una enorme deuda externa. Para el patriota en uniforme “un militar sin cultura ni compromiso histórico es un asesino en potencia”. Por esta razón instruía obligatoriamente a todo el ejército en la historia y cultura de su patria.

El militar de 34 años, como Presidente del Consejo Nacional de la Revolución cambio el nombre colonial de Alto Volta por el de Burkina Faso, palabra resultado de la combinación de dos idiomas mayoritarios del país: en la lengua Mooré “burkina” significa íntegro, y en Bamanank, “Faso” se traduce por Patria. Así Burkina Faso significa Pais de los hombres íntegros.

Admirador del Ché, Martí o Fidel; solidario con la lucha de los pueblos indios de toda América y de los palestinos, Thomas Sankara fue un visionario e internacionalista.
Para el Ché negro, la victoria y consolidación de la revolución burkinabé debería pasar por la solidaridad de todos los pueblos oprimidos del mundo. Consideraba que el modelo de la revolución burkinabé no era producto de exportación y que, si bien la opresión imperialista es global, cada país oprimido, aparte de de pensar la política globalmente, debe actuar territorialmente, de acuerdo a sus características históricas y sociales especificas. Todo ello con la finalidad de devolver la confianza al pueblo oprimido en la gestión del bien público, confianza en los responsables y generar la confianza en sí mismo para alcanzar el objetivo de la emancipación nacional.

Sankara, en el poco tiempo de ejercicio de la presidencia del Consejo Nacional de la Revolución en Burkina Faso, puso en ejecución una serie de medidas que sacaron a este joven país del fondo de la miseria. Entre ellas se pueden mencionar la devolución de tierras a las comunidades campesinas en un país eminentemente agrícola, la implementación de programas de construcción de represas, campañas de alfabetización y de salud, reconocimiento de la mujer como parte activa de la vida social y política, desarrollo de la artesanía, protección del medio ambiente, lucha contra la corrupción y la deuda externa, equilibrio en las relaciones norte – sur, y otras medidas populares. Thomas Sankara se encuentra entre los pioneros en considerar que deuda externa es una nueva forma de colonialismo y esclavismo.

Todas estas medidas, como era de esperar, ocasionaron el odio de las oligarquías dominantes vendidas a los extranjeros empecinadas en mantener sus privilegios. En especial la política post colonial francesa de dominación a los países africanos llamada hasta ahora “Françafrique”.
El Ché negro fue asesinado junto a 12 de sus compañeros un 15 de octubre de 1987 en manos de un traidor Blaise Campaoré, quien llamaba a su víctima “hermano” y juraba lealtad al proceso. Pero que no dudo un instante en venderse a empresas transnacionales y a quienes resistían a ceder parte de sus privilegios.
Roberto Fernández Erquizia

Movilización internacional contra la deuda pública para rendir homenaje a Thomas Sankara 


por Grupo sobre Deuda y Auditoria ciudadana
Lunes, 15 de Octubre de 2012 01:52

“  masas populares en Europa no son opuestas a las masas populares en África. Los que quieren explotar África son los mismos que exploten Europa. Tenemos un enemigo común.” El “Che Guevara negro” Thomas Sankara, ex presidente de Burkina Faso (1983-1987). 15 de octubre: Día de Repudio de la Deuda en memoria de Thomas Sankara

El 15 de octubre de 1987, después de cuatro años como presidente de Burkina Faso, Thomas Sankara perdió la vida durante un golpe de Estado. Había luchado por la dignidad de su pueblo y por un nuevo auge de la liberación del continente africano con una nueva generación de jefes de estado dedicados al servicio de su gente y capaz de hacer frente a las potencias imperialistas. Thomas Sankara fue asesinado, sin duda, por su lucha contra el neo-colonialismo y más concretamente contra la esclavitud moderna, causada por la deuda pública.
En julio de 1987, en la organización de la Unidad Africana (OUA) y antes que cualquier otro líder africano Thomas Sankara, un pionero en la materia, denunció el sistema de la deuda implementado por las potencias occidentales, obviamente con la colaboración de algunos dirigentes del Sur y con el objetivo de recuperar la soberanía de los pueblos.

Ese nuevo sistema destinado a oprimir a los pueblos de África, América Latina y Asia se basó principalmente en la aplicación de los planes de ajuste estructural (SAPs) impuestos por las instituciones de Bretton Woods (FMI y Banco Mundial) con el apoyo de las viejas metrópolis y en favor de las multinacionales del Norte.
Consciente de que los principales acreedores internacionales pondrían en peligro su vida como consecuencia de esta última batalla, Thomas Sankara apeló a la creación de un frente unido contra la deuda pública. Su apelación, lamentablemente, no tuvo éxito entonces.

Veinticinco años más tarde, mientras el sistema de la deuda sigue provocando la apropiación de la soberanía popular y el empobrecimiento de la gran mayoría de la población africana, los pueblos del Norte también son víctimas de una crisis de la deuda sin precedentes. El colapso de la burbuja inmobiliaria y el rescate bancario llevado a cabo por los estados sin consulta pública - que ha agravado la carga de la deuda pública, en gran parte ilegítima - prueba hasta qué punto Thomas Sankara tenía razón cuando denunciaba el «casino» la economía.
En los últimos treinta años, lejos de los flashes y cámaras de televisión, el mundo financiero se ha opuesto a las personas, causando millones de muertes. Antes sólo compartidas por los países del Sur, las condiciones y medidas de austeridad se han extendido hacia el norte, sumiendo a las personas en una confusión y angustia devastadoras. La situación actual en Grecia, Portugal e incluso Irlanda, donde el FMI _ junto con la Unión Europea y el Banco Central Europeo (BCE)_ interviene directamente en los asuntos internos del Estado, nos recuerda la situación del Sur en la década de los ‘80.

En los últimos treinta años los pueblos del Sur han estado luchando contra la dictadura de los acreedores y en particular la del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial dos instituciones anti-democráticas que sirven a los mercados financieros_ así como a los grandes bancos privados y las multinacionales que provocaron la crisis económica actual.
En este contexto de crisis y para resistir los ataques de las políticas de austeridad en todo el mundo ha llegado el momento de que la población mundial, del Sur y del Norte, responda a la llamada de Thomas Sankara y cree un frente unido contra la deuda pública.

En respuesta a la llamada de Thomas Sankara y para rendir homenaje a su lucha pionera y como resultado del encuentro de Niono del 2 de noviembre de 2011, nosotras , las organizaciones y movimientos sociales de Burkina faso, así como muchas otras organizaciones y movimientos sociales africanos, hacemos un llamamiento a un encuentro internacional y un diálogo Sur-Norte sobre Deuda Pública en Uagadugú (Burkina Faso) del 13 al 16 de octubre 2012 , con un día de celebración en memoria de Thomas Sankara, el 15 de octubre de 2012.

Para firmar esta llamada, enviar un correo electrónico a:   hommage2012sankara@yahoo.fr"> hommage2012sankara@yahoo.fr
Firmantes :
  1.  CADTM ÁFRICA
  2.  ATTAC Burkina Faso
  3.  ATTAC Togo
  4.  CADTM Bélgica
  5.  ATTAC/CADTM Marruecos
  6.  FNDP Costa de Marfil
  7.  CADTM Lubumbashi RDC
  8.  RPC Mauritania
  9.  RNDD Níger
  10.  UFDH/CADTM Mbujimayi,
  11.  RAID Túnez
  12.  APASH/CADTM – Brazzaville, Congo
  13.  Ecologistas en Acción, España
  14.  Observatorio de la Deuda en la Globalización, España
  15.  Patas Arriba, Valencia, España
  16.  CADTM Francia
  17.  Red ¿Quién debe a Quién? España
  18.  Plataforma Auditoria Ciudadana de la Deuda, No debemos, no pagamos, España
  19.  Nova - centre per a la innovacio Social, Catalunya, España
  20.  ONG Africando, Gran Canaria, España
 Ver discurso de Thomas Sankara sobre la deuda externa de África (1987) ante la Unión Africana enhttp://patasarribavlc.blogspot.com.es/2010/11/un-frente-unido-contra-la-deuda.html

viernes, 5 de noviembre de 2010

Un frente unido contra la deuda



     















Texto extracto del libro Africa sin deuda de Damien Millet, traducido al castellano por Griselda Piñero y Raoul Quiroz.

El 29 de julio de 1987, Thomas Sankara participaba en Addis-Abeba en los trabajos de la vigésimo quinta Conferencia en la Cumbre de los países miembros de la OUA. Pronunció allí el siguiente discurso. Este texto es una transcripción a partir de una grabación. El presidente de la sesión era Kenneth Kaunda, de Zambia. 

          "Señor presidente,
          Señores jefes de las delegaciones:

          Querría que en este momento pudiésemos hablar de esta otra cuestión que nos inquieta: la cuestión de la deuda, la cuestión de la situación económica de África. Tanto como la paz, es una condición importante de nuestra supervivencia. Y por eso he creído deber imponeros unos minutos suplementarios para que hablemos de ello.

          Burkina Faso querría expresar de entrada su preocupación. La preocupación de ver que las reuniones de la OUA se suceden, se asemejan, pero hay cada vez menos interés en lo que hacemos.

          Señor presidente:

          ¿Cuántos son los jefes de Estado aquí presentes, cuando todos han sido debidamente convocados para venir a hablar de África en África?

          Señor presidente:

          ¿Cuántos jefes de Estado están prestos a saltar a París, a Londres, a Washington cuando desde allí son convocados a una reunión, pero no pueden venir a una reunión aquí, a Addis Abeba en África? Esto es muy importante. [Aplausos] Sé que algunos tienen razones válidas para no venir. Es por ello, señor presidente, por lo que querría proponer que establezcamos un baremo de sanciones para los jefes de Estado que no responden ¡presente! a la convocatoria. Hagamos de manera que por una suma de puntos de buena conducta, los que asisten regularmente, como nosotros, por ejemplo, [Risas] puedan ser apoyados en algunos de sus esfuerzos. Ejemplos: los proyectos que sometemos al Banco Africano de Desarrollo (BAfD) deben ser afectados de un coeficiente de africanidad. [Aplausos] Los menos africanos serían penalizados. Así todo el mundo vendría a las reuniones.

          Quisiera decir, señor presidente, que la cuestión de la deuda es una cuestión que no sabríamos ocultar. Usted mismo sabe algo de esto en su país, donde habéis tenido que tomar decisiones valientes, temerarias incluso. Decisiones que no parecen en absoluto estar en relación con su edad y sus cabellos blancos. [Risas] Su excelencia, el presidente Habib Bourguiba, que no ha podido venir, pero que nos ha hecho llegar un importante mensaje, ha dado otro ejemplo a África, cuando en Túnez, por razones económicas, sociales y políticas tuvo que tomar decisiones valientes.

          Pero, señor presidente, ¿vamos a dejar que los jefes de Estado busquen individualmente soluciones al problema de la deuda con el riesgo de crear en su país conflictos sociales que podrían poner en peligro su estabilidad, y hasta la construcción de la unidad africana? Estos ejemplos que he citado —hay muchos más— merecen que las cumbres de la OUA aporten una respuesta tranquilizadora a cada uno de nosotros en cuanto a la cuestión de la deuda.

          Consideramos que la deuda se ha de analizar empezando por su origen. Los orígenes de la deuda se remontan a los orígenes del colonialismo. Quienes nos han prestado dinero son los mismos que nos colonizaron. Son los mismos que gestionaban nuestros Estados y nuestras economías. Son los colonizadores los que endeudaron a África con los prestamistas, sus hermanos y primos. Nosotros somos ajenos a esta deuda. Por lo tanto no podemos pagarla.

          La deuda es el neocolonialismo o los colonialistas transformados en «asistentes técnicos». En realidad, deberíamos decir asesinos técnicos. Y son ellos los que nos propusieron las fuentes de financiación, los prestamistas o «proveedores de fondos». Una expresión que se emplea cada día como si hubiera hombres cuya «provisión» fuera suficiente para crear el desarrollo en otros países. Estos prestamistas nos fueron aconsejados, recomendados. Nos presentaron dossiers y montajes financieros fantásticos. Nos endeudamos por cincuenta años, sesenta años, y más aún. Es decir, nos han llevado a comprometer a nuestros pueblos durante cincuenta años o más.

          La deuda en su forma actual es una reconquista de África sabiamente organizada, para que su crecimiento y su desarrollo respondan a unos niveles, a unas normas que nos son totalmente extrañas. De manera que cada uno de nosotros se convierta en un esclavo financiero, es decir, simplemente un esclavo de quienes han tenido la oportunidad, la astucia, la trapacería de invertir sus fondos en nuestros países con la obligación de que los reembolsemos. Nos dicen que honoremos la deuda. No se trata de una cuestión moral. No es una cuestión de ese pretendido honor de reembolsar o no reembolsar.

          Señor presidente:

          Hemos escuchado y aplaudido a la primera ministra de Noruega cuando intervino aquí mismo. Dijo, ella que es europea, que toda la deuda no puede ser reembolsada. Yo quisiera simplemente completar y decir que la deuda no puede ser reembolsada. La deuda no puede ser reembolsada porque, en primer lugar, si no pagamos, los prestamistas no se van a morir. Estemos seguros de esto. En cambio, si pagamos, somos nosotros los que vamos a morir. Estemos seguros igualmente de ello. Los que nos han conducido al endeudamiento han jugado como en un casino. Mientras ellos ganaban no había debate. Ahora que pierden en el juego, nos exigen el reembolso. Y se habla de crisis. No, señor presidente, ellos jugaron, ellos perdieron, es la regla del juego. Y la vida continúa. [Aplausos]
          Nosotros no podemos reembolsar la deuda porque no tenemos nada que pagar. No podemos reembolsar la deuda porque no somos responsables de ella. No podemos pagar la deuda porque, al contrario, nos deben lo que las mayores riquezas nunca podrán pagar, esto es, la deuda de sangre. Es nuestra la sangre que ha sido derramada.

          Se habla del Plan Marshall, que rehizo la Europa económica. Pero no se habla del Plan Africano que ha permitido a Europa hacer frente a las hordas hitlerianas cuando sus economías estaban amenazadas, su estabilidad estaba amenazada. ¿Quién ha salvado a Europa? Fue África. Se habla poco de esto. Se habla tan poco que no podemos, nosotros, ser cómplices de ese silencio ingrato. Si los otros no pueden cantar nuestros elogios, nosotros tenemos al menos el deber de decir que nuestros padres fueron valientes y que nuestros ex combatientes salvaron Europa y finalmente permitieron al mundo desembarazarse del nazismo.

          La deuda es también la consecuencia de los enfrentamientos. Cuando hoy nos hablan de crisis económica, se olvidan de decirnos que la crisis no llegó de forma súbita. La crisis existe de siempre y se irá agravando cada vez que las masas populares sean más conscientes de sus derechos frente a sus explotadores.
          Actualmente hay crisis porque las masas rechazan que las riquezas se concentren en las manos de unos pocos. Hay crisis porque unos pocos depositan en los bancos en el exterior, unas sumas colosales que serían suficientes para desarrollar África. Hay crisis porque frente a estas riquezas individuales que se pueden nombrar, las masas populares se niegan a vivir en los ghetos y los barrios bajos. Hay crisis porque por doquier los pueblos se niegan a ser Soweto frente a Johannesburgo. Hay lucha y la exacerbación de esta lucha produce inquietud a los que retienen el poder financiero.

          Nos piden ahora que seamos cómplices de la búsqueda de un equilibrio. Equilibrio a favor de los que tienen el poder financiero. Equilibrio en detrimento de nuestras masas populares. ¡No! Nosotros no podemos ser cómplices. ¡No! Nosotros no podemos acompañar a los que chupan la sangre de nuestros pueblos y viven del sudor de nuestros pueblos. Nosotros no podemos acompañarlos en sus maniobras asesinas.

          Señor presidente:

          Oímos que hablan de clubs —Club de Roma, Club de París, Club de cualquier lado—. Oímos que hablan del Grupo de los Cinco, de los Siete, del Grupo de los Diez, tal vez del Grupo de los Cien. ¿Qué más puedo decir? Es normal que nosotros tengamos también nuestro club y nuestro grupo. Hagamos que desde hoy Addis Abeba sea igualmente la sede, el centro de donde partirá el soplo nuevo del Club de Addis Abeba. Tenemos el deber de crear hoy el Frente Unido de Addis Abeba contra la deuda. Sólo de este modo podremos decir hoy que negándonos a pagar no venimos con intenciones belicosas sino, al contrario, en una actitud fraternal para decir lo que es.

          Además, las masas populares de Europa no se oponen a las masas populares de África. Los que quieren explotar a África son los mismos que explotan a Europa. Tenemos un enemigo común. Por ello, nuestro Club de Addis Abeba tendrá que decir igualmente a unos y a otros que la deuda no se pagará. Cuando nosotros decimos que la deuda no se ha de pagar no significa que estamos contra la moral, la dignidad, el respeto a la palabra. Nosotros consideramos que no tenemos la misma moral que los otros. Entre el rico y el pobre no hay la misma moral. La Biblia, el Corán no pueden servir de la misma manera a quien explota al pueblo y al que es explotado. Tendrá que haber dos ediciones de la Biblia y dos ediciones del Corán. [Aplausos]

          Nosotros no podemos aceptar su moral. No podemos aceptar que nos hablen de dignidad. No podemos aceptar que nos hablen del mérito de los que pagan y de la pérdida de confianza en los que no pagarán. Al contrario, nosotros debemos decir que hoy es normal que se prefiera reconocer que los ladrones más grandes son los más ricos. Un pobre, cuando roba no comete más que un hurto, apenas un pecadillo para sobrevivir y por necesidad. Los ricos, son ellos los que roban al fisco, a las aduanas. Son ellos los que explotan al pueblo.

          Señor presidente:

          Mi propuesta no tiende sólo a provocar o a hacer un espectáculo. Quiero decir lo que cada uno de nosotros piensa y desea. ¿Quién, aquí, no desea que la deuda sea simple y llanamente anulada? El que no lo desee puede retirarse, tomar su avión y dirigirse directamente al Banco Mundial a pagar. [Aplausos] No querría que se tomara la declaración de Burkina Faso como si proviniera de parte de jóvenes inmaduros, sin experiencia. Pero tampoco querría que se piense que sólo los revolucionarios pueden hablar de este modo. Querría que se admita que es simplemente objetividad y obligación.

          Puedo citar los ejemplos de aquellos que han dicho que no se pague la deuda, tanto revolucionarios como no revolucionarios, tanto jóvenes como viejos. Citaré, por ejemplo a Fidel Castro. Ya dijo que no hay que pagar. Aunque no tiene mi edad, es un revolucionario. También François Mitterrand ha dicho que los países africanos no pueden pagar, que los países pobres no pueden pagar. Citaré a la primera ministra de Noruega. No sé su edad y no quisiera preguntársela. [Risas y aplausos] Así mismo querría citar al presidente Félix Houphouët-Boygny. No tiene mi edad. Sin embargo ha declarado oficial y públicamente que, al menos en lo que concierne a su país, no se podrá pagar la deuda. Y eso que Costa de Marfil esta clasificada como uno de los países más desahogados del África francófona. Por eso, por otra parte, es normal que pague aquí una contribución mayor. [Aplausos]

          Señor presidente:

          No se trata por lo tanto de una provocación. Yo querría que con sensatez nos propusieran soluciones. Querría que nuestra conferencia adoptara la necesidad de decir con claridad que no podemos pagar la deuda. No con un espíritu belicoso, belicista. Esto es para evitar que nos hagamos asesinar aisladamente. Si Burkina Faso, solo, se negara a pagar la deuda, ¡yo no estaré presente en la próxima conferencia! En cambio, con el apoyo de todos, que mucho necesito, [Aplausos] con el apoyo de todos podríamos evitar pagar. Y evitando el pago podríamos dedicar nuestros magros recursos a nuestro desarrollo.

          Querría terminar diciendo que podemos tranquilizar a los países, a los que decimos que no vamos a pagar la deuda, advirtiéndoles que lo que ahorremos no se irá en gastos de prestigio. No queremos más de eso. Lo que se ahorre irá al desarrollo. En particular, evitaremos endeudarnos para armarnos, porque un país africano que compre armas no puede hacerlo más que contra otro país africano. ¿Qué país africano puede armarse para protegerse de la bomba nuclear? Ningún país es capaz de hacerlo. Desde los más equipados a los menos equipados. Cada vez que un país africano compra un arma, es contra un africano. No contra un europeo. No contra un país asiático. En consecuencia, en el impulso de la resolución sobre la cuestión de la deuda debemos también encontrar una solución al problema del armamento.

          Yo soy militar y llevo un arma. Pero, señor presidente, querría que nos desarmemos. Porque yo llevo el único arma que poseo. Otros han ocultado las armas que tienen. [Risas y aplausos] Entonces, queridos hermanos, con el apoyo de todos, podremos hacer la paz entre nosotros.
          Igualmente podremos utilizar las inmensas potencialidades de África para desarrollarla, porque nuestro suelo y nuestro subsuelo son ricos. Tenemos lo suficiente y tenemos un mercado inmenso, muy vasto, de norte a sur, de este a oeste. Tenemos la suficiente capacidad intelectual para crear o al menos tomar la ciencia y la tecnología allí donde podamos encontrarlas.

          Señor presidente:

          Actuemos de manera que pongamos a punto este Frente Unido de Addis Abeba contra la deuda. De manera que sea a partir de Addis Abeba que decidamos limitar la carrera armamentista entre países débiles y pobres. Los garrotes y los machetes que compramos son inútiles. Actuemos de modo que el mercado africano sea un mercado de los africanos. Producir en África, transformar en África y consumir en África. Produzcamos lo que necesitamos y consumamos lo que producimos en lugar de importarlo.

          Burkina Faso vino a exponer aquí la cotonada, producida en Burkina Faso, tejida en Burkina Faso, cosida en Burkina Faso para vestir a los burkinabés. Mi delegación y yo mismo somos vestidos por nuestros tejedores, nuestros campesinos. No hay ni un solo hilo que provenga de Europa o de América. [Aplausos] No organizo un desfile de moda sino simplemente quiero decir que debemos aceptar vivir como africanos. Es la única manera de vivir libre y de vivir con dignidad.

          Gracias, señor presidente.
          ¡Patria o muerte, venceremos! " [Largos aplausos]

Thomas Sankara fue asesinado el 15 de octubre de 1987.
Fuente: Tomás Sankara, «Oser inventer l’avenir», la parole de Sankara, presentado por David Gakunzi, Pathfinder/L’Harmattan, París, 1999.


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Paralelismos: Sankara,el héroe que desafió a sus acreedores

Feb 2012

“No podemos pagar la deuda. Primero porque si no la pagamos los prestamistas no morirán. Eso es seguro. Pero si pagamos, nosotros sí moriremos. Eso también es seguro”
Sucedió en 1987.

La Organización de Unidad Africana se reunió en Addis Abeba, Etiopía, en los últimos días de ese caluroso julio. Y allí estaba. Con su uniforme caqui y su fuerte sentido del humor, Thomas Sankara, el revolucionario presidente de Burkina Faso, el Che Guevara de África, hizo su último discurso y se apoderó de los corazones de los pobres y explotados del mundo. Para siempre.

“No podemos pagas la deuda. Primero porque si no la pagamos los prestamistas no morirán. Eso es seguro. Pero si pagamos, nosotros sí moriremos. Eso también es seguro”, dijo. Y siguió diciendo: “Los que nos condujeron a endeudarnos jugaron como en un casino. Mientras tuvieron beneficios no hubo discusión. Pero ahora, cuando sufren pérdidas, exigen el pago. Y hablamos de crisis. No, señor presidente, jugaron y perdieron. Son las reglas del juego y la vida sigue adelante”.

Pero Sankara sabía demasiado bien que no podía reisistir él solo. Y por lo tanto rogó a los demás jefes de Estado africanos que siguieran su ejemplo: “Si Burkina Faso está sola en su negativa de pagar la deuda, no estaré aquí en la próxima Conferencia”, dijo, proféticamente. Y todos rieron…
Es lo que pasa actualmente.

El Parlamento griego se reunió el domingo por la noche (la madrugada del lunes, para ser exactos) para votar el nuevo memorando que impondría más austeridad a las clases media y baja del país que ya se debaten en dificultades. Sería a cambio de otro préstamo, del cual por lo menos un 70% se gastará para pagar intereses de anteriores deudas. La sesión fue orquestada por un gobierno nombrado (no elegido), -dirigido por un primer ministro banquero (tampoco elegido)– en el que se encuentran, entre otros, elementos de extrema derecha.

Las nuevas medidas incluyen una reducción de un 22% del salario mínimo (32% para los menores de 25 años), 15.000 despidos en el sector público en 2012 y 150.000 hasta 2015 (¡y eso en un país con una tasa de desempleo de un 20%!), recortes en los servicios públicos (salud, educación, bienestar social), la privatización de (¡lucrativos!) activos estatales, más una garantía de que las nuevas medidas se implementarán sea cual sea el mandato popular en las elecciones de abril, como decretó recientemente “Su Alteza” Wolfgang Schäuble.

Frente al Parlamento cientos de miles de personas (incluidos los héroes de la resistencia griega Manolis Glezos y Mikis Theodorakis) se reunieron para mostrar su oposición al memorando, la Troika, el paradigma económico dominante y la propia clase política del país. Su voz, un eco proveniente de Addis Abeba y desde lo profundo de los tiempos: “Si no pagamos la deuda, los bancos y la Troika no morirán. Es seguro. Pero si pagamos, nosotros sí moriremos. Eso también es seguro”,

No importa, parece. El memorando fue aprobado por el Parlamento, pero ahora la Troika teme que pueda ser revocado por el mandato popular en las elecciones de abril. Por eso los acreedores están modificando sus objetivos para el gobierno griego, en un intento patético de retardar el pago del próximo rescate hasta que el nuevo gobierno griego también prometa fidelidad al memorando, después de las elecciones.

Temor al pueblo. ¡Y viva la democracia!
Thomas Sankara, el hombre que creía que se puede asesinar a los revolucionarios pero no sus ideas, no llegó a la siguiente Conferencia de la Organización de Unidad Africana. Fue asesinado tres meses después de su famoso discurso de Addis Abeba.
Fuente: Roarmag.org

Leonidas Oikonomakis es activista y miembro del grupo de hip hop "Social Waste". Es licenciado en letras en Estudios Internacionales y Europeos de la Universidad de Pireus (2005) y posee una maestría en Desarrollo Internacional: Pobreza, Conflicto y Reconstrucción de la Universidad de Manchester (2006).