jueves, 17 de abril de 2014

[REPORTAJE] 50 años del golpe militar en Brasil: represión y tortura


Mateus Ramos
Marzo 2014

"Es como si ellos corrompieran tu alma, destruyendo lo que uno tiene de bueno (...). Ellos quieren, a través de la masacre, de la inhumanidad, que uno traicione, que uno rompa todos los vínculos que tiene, como en el caso que vi de una niña, que entregó a su propio padre”.

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Maria do Carmo Serra Azul

El trecho de arriba es parte de una larga entrevista concedida por María do Carmo Serra Azul a Adital. Cacao, tal como es conocida por los amigos, es una ex-presa política, que fue torturada en los sótanos del DOI-CODI, uno de los órganos represores de la dictadura militar brasilera.

Presos políticos, como Cacao y tantos otros, son personas que fueron encarceladas por las autoridades de un país por expresar, en palabras o actos, su discordancia con el régimen político en vigencia. Cabe resaltar que la existencia de esos presos, está, usualmente, asociada con regímenes políticos dictatoriales, o sea, no hay presos políticos si no hay dictadura.

Las torturas a las que eran sometidos los presos políticos llevaron al surgimiento de otro término: desaparecidos políticos, personas que simplemente desaparecían después de ser detenidas por la policía.

El sitio web www.acervoditadura.rs.gov.br revela que existen más de 200 muertes oficiales en el período de la dictadura, sin embargo, ese número debe ser mucho mayor, teniendo en cuenta que muchos muertos fueron simplemente "desovados”, para utilizar un término que los propios opresores usaban.

Otro número oficial, que en la realidad también debe ser mucho mayor, es el de los desaparecidos. En el sitio web www.desaparecidospoliticos.org.br se publica un listado de 379 nombres de personas que desaparecieron después de ser detenidas durante el régimen militar. Ese número es bajo si tenemos en cuenta que muchas familias no relataron la desaparición de sus seres queridos por miedo a sufrir represalias por parte de los militares.

Métodos de tortura

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"Ellos me hacían el ‘submarino’, introducían mi cabeza en el agua a la fuerza, me ahogaban y después me hacían respirar, como si me hubiese ahogado en la playa, eso me dejaba loca”, se desahoga Cacao al recordar los 15 días que pasó siendo torturada.

Antes de hablar de los órganos de represión, es necesario explicar los métodos de tortura utilizados, que muchas veces eran tan crueles, que llevaban a la muerte a los torturados o los dejaba locos.

Silla del Dragón – "Me ataron a la silla del dragón, desnuda, y me dieron choques eléctrico en el ano, en la vagina, en el ombligo, en los senos, en la boca, en el oído”. (María Amelia Teles, ex-militante del Partido Comunista de Brasil) Era una especie de silla eléctrica revestida de zinc y vinculada a terminales eléctricas, donde los presos se sentaban desnudos. Cuando se lo activaba, el aparato trasmitía choques eléctricos a todo el cuerpo del torturado. Además, muchas veces los torturadores colocaban un balde de metal en la cabeza de la víctima, donde también eran aplicados choques eléctricos.

Palo de arara – "Fui al palo de arara varias veces (uno es atado a un palo como si fuese un ave o un animal para transporte). De tanto porrazo, una vez mi cuerpo quedó en muy mal estado, me agitaba convulsivamente en el suelo”. (Maria do Socorro Diógenes, ex-militante del Partido Comunista Brasilero Revolucionario (PCBR) – El palo de arara es una de las formas más antiguas de tortura, utilizada en Brasil desde la época de la esclavitud. Los torturadores colocaban una barra de hierro atravesando los puños y las rodillas del preso, que quedaba desnudo. La víctima era colgada a cerca de 20 centímetros del suelo, en una posición que causaba dolores desgarradores y no terminaba allí. Después de estar colgando el torturado recibía choques eléctricos, golpizas y quemaduras con cigarrillos.

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Ahogamientos – "Los torturadores me introducían con capucha en un tanque de agua sucia, hedionda, asquerosa. Cuando retiraban mi cabeza del agua, yo no podía respirar, porque aquel paño se pegaba a mi nariz.” (Maria do Socorro Diógenes, ex-militante PCBR) - Con este método, los torturadores tapaban las narinas del preso y colocaban una manguera dentro de la boca de la víctima, obligándolo a tragar agua. Otro método de ahogamiento era el de sumergir la cabeza del torturado en un tanque de agua, forzando su nuca hacia abajo hasta el límite del ahogamiento. Muchas veces el preso se desmayaba, lo que no significaba el fin de la tortura.

Heladera – Los presos eran obligados a quedarse desnudos dentro de una celda pequeña hacia lo alto, lo suficiente como para impedirles estar de pie, después de eso los torturadores accionaban un dispositivo que, controlado por ellos, alternaba la temperatura de la celda entre extremadamente baja y lo suficientemente alta que enloquecía a cualquiera. Sumado a eso, altoparlantes reproducían sonidos extremadamente irritantes. Los presos llegaban a pasar días en esas celdas, sin agua ni comida.

Suero de la verdad – Existen varios tipos de "sueros de la verdad”, el utilizado por el régimen militar era el pentotal sódico. Una droga que provoca en la víctima un estado de somnolencia y que reduce las barreras inhibitorias. Bajo su efecto, la persona puede hablar cosas que normalmente no diría (de ahí el nombre de suero de la verdad). El problema es que el efecto de ese suero es poco confiable, ya que la víctima puede tener alucinaciones y fantasear cosas que no son necesariamente verdaderas. Además, en algunos casos, la droga puede llevar a la muerte.

Palizas – "Ellos giraban a los presos dentro de las celdas y los empujaban contra la pared, dejando marcas de sangre por todos lados, mi marido tiene una cicatriz en la cabeza hasta hoy a causa de ello” (Cacao) - Como el propio nombre lo dice, era literalmente una paliza. El preso recibía agresiones físicas de todas las maneras posibles, entre las más violentas estaba el "teléfono”, donde el torturador golpeaba con las dos manos, en forma de concha, al mismo tiempo en los oídos del preso. Esta técnica dejaba al torturado zonzo y podía hasta estallarle los tímpanos, causando sordera permanente.

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Abusos sexuales – "Ellos usaban y abusaban. Sólo nos interrogaban totalmente desnudas, juntando el dolor de la tortura física con la humillación de la tortura sexual”. (Gilse Cosenza, ex-militante de Acción Popular, AP). Una forma cruel de tortura, ya que afecta tanto lo físico como lo psicológico. Esos abusos se sumaban a las golpizas, insultos y mucha sumisión, muchas veces además del estupro, hombres y mujeres tenían objetos introducidos en sus cuerpos.

Tortura psicológica – "Con certeza la peor tortura fue ver mis hijos entrando en la sala cuando yo estaba en la silla del dragón. Estaba desnuda, toda orinada a causa de los choques eléctricos. Cuando me vio, Janaína preguntó: ‘Madre, ¿por qué estás azul y nuestro padre verde?’. Edson dijo: ‘Ah, madre, aquí la gente queda azul, ¿eh?’. Ellos también me decían que iban a matar a los niños. Llegaron a decir de que Janaína ya estaba muerta dentro de un cajón”. Considerada por muchos como la forma más cruel de tortura. Iban desde la humillación del preso hasta amenazas de violencia contra sus familiares. Mujeres embarazadas o que tenían hijos recién nacidos, muchas veces escuchaban decir a los torturadores que nunca más los verían. Hay también relatos de hombres que eran obligados a ver los abusos sexuales contra sus mujeres.

Los órganos de represión
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"Usted, ahora, va a conocer la sucursal del infierno”. (Palabras proferidas por un oficial del ejército a Frei Tito, cuando éste era llevado hacia el interrogatorio y, consecuentemente, a las torturas)

"Decían que la tortura no era institucional, yo me entregué en la 10ª Legión militar y salí de allá encapuchada y sufriendo agresiones, entonces, todo es una gran mentira, todos sabían lo que ocurría con los presos políticos (...). En el propio cuartel, había una placa con la sigla DOI-CODI”, recuerda Cacao, sobre el día en que se entregó a la policía.

Los órganos de represión de la dictadura militar brasilera eran varios, pero vamos a atenernos a los más importantes y temidos, como el DOI-CODI. Fue en los sótanos de ese órgano donde la mayoría de los presos políticos fueron torturados, humillados y muchas veces asesinados.

El DOI-CODI, que era dirigido por el entonces Capitán Carlos Alberto Brilhante Ustra, estaba constituido por dos órganos diferentes, el Destacamento de Operaciones y de Informaciones (DOI), responsable de las acciones prácticas de búsqueda, detención e interrogatorio de sospechosos, y el Centro de Operaciones de Defensa Interna (CODI), cuyas funciones incluían el análisis de informaciones, la coordinación de los diversos órganos militares y el planeamiento estratégico del combate a los grupos de izquierda. Aunque fuesen dos órganos distintos, eran frecuentemente asociados en la sigla DOI-CODI, lo que reflejaba el carácter complementario de los dos órganos.

Ustra, en 2008, se convirtió en el primer militar en ser reconocido por la Justicia brasilera como torturador en el período de la dictadura. Durante una sesión de la Comisión de la Verdad, en 2013, el ex-sargento del Ejército Marival Fernandes declaró que el ex-comandante, era el "señor de la vida y de la muerte" del DOI-CODI y que "elegía quien iba a vivir y quien a morir".

Otro brazo importante de la represión y que causaba escalofríos en los presos era el Escuadrón de la Muerte, liderado por el delegado Sergio Fleury. El Escuadrón, que surgió en la década de 1960 en San Pablo, era un grupo paramilitar cuyo objetivo era perseguir y matar a supuestos delincuentes tenidos como peligrosos para la sociedad.

Su comandante, Fleury, era uno de los más crueles interrogadores, frecuentemente los presos interrogados por él morían durante las torturas. "Él frecuentemente contaba victorias, afirmando haber sido la persona que mató a Marighella”, cuenta Cacao.

María do Carmo fue una de las personas que enfrentó el interrogatorio de Fleury y sobrevivió. Ella cuenta que todos los interrogatorios realizados por él alternaban torturas con conversaciones. "Él me preguntaba: ¿te está gustando? ¿Quieres que te lo repita? Entonces yo decía: ¡no! Y él retrucaba, pues entonces habla. Y yo respondía: pero es que no se”.

Censura

Además de la represión violenta, había también censura. Durante la dictadura, fue enorme la censura a las producciones culturales que contrariaban las doctrinas militares. El órgano responsable de la censura, durante el régimen, era la División de Censura de Diversiones Públicas (DCDP). Para aprobar la letra de una canción, por ejemplo, era necesario enviarla al DCDP y si no era liberada por el órgano, la grabadora podía abrir un recurso a ser juzgado por los censores, que estaban en Brasilia. Ellos analizaban cómo se trataban las buenas costumbres y la crítica política contra el régimen militar.

"Ellos se creían omnipotentes, inalcanzables, lo que no era tan verdad. Yo tenía aún el control sobre lo que yo haría. Lo que ellos querían, yo lo sabia, y sólo lo diría si yo lo quisiera”, resalta Cacao.

http://youtu.be/1KskJDDW93k

Curiosidades

Algunos hechos curiosos ocurrieron en la época de la censura, cosas que pocas personas saben. Veamos:
Gilberto Gil hizo la composición de la canción "Aquel abrazo”, después de haber sido detenido en un carro blindado de la policía. Él pensó que sería asesinado.

Chico Buarque, cuando escribió la canción ‘Apesar de você’, lo hizo por el disgusto que sentía por la falta de libertad durante la dictadura. El cantor expresó su decepción en la canción, donde la crítica se disfrazada como si fuese una pelea entre enamorados. Al enviar la canción al departamento de censura, él imaginó que la letra sería vetada, pero terminó siendo liberada;

Después de la grabación de "Apesar de você”, los censores se volvieron bastante rígidos con Chico Buarque, que entonces pasó a utilizar también el heterónimo Julinho de Adelaide, para huir de la censura. Después del descubrimiento de que Julinho de Adelaide y Chico eran la misma persona, los censores pasaron a exigir copias de RG y CPF a los artistas.

Traducción: Daniel Barrantes - barrantes.daniel@gmail.com


La resistencia
Mateus Ramos
Adital

 Foto: Reprodução

"Pasamos a realizar con más frecuencia, los llamados discursos relámpagos, que eran una acción muy característica del PCBR; hacíamos así, en determinado lugar donde había aglomeración, que había un esquema armado, un esquema de seguridad, una persona que tuviera más facilidad de oratoria, llegaba y tenía de 30 a 45 segundos para hablar a aquella aglomeración, y decía lo que estaba ocurriendo en el país, que el país estaba en una dictadura civil militar, inclusive una dictadura que también tuvo la colaboración del gobierno americano [estadounidense], del Imperialismo americano. Teníamos que decir todo eso, sintéticamente, y sacar una conclusión como máximo en 45 segundos, porque la represión no jugaba...”

Foto: Adital
Quien brinda este relato a Adital es el profesor Valter Pinheiro, otro ex-preso político, que tal como tantos otros, luchó contra la dictadura militar en Brasil. En su entrevista, Pinheiro relata, además de las torturas, algunas acciones que los resistentes practicaban para combatir al régimen dictatorial brasilero.

A diferencia de lo que ocurrió con la acción del golpe militar, el régimen en sí, tuvo amplia resistencia por parte de diversos grupos en todo el país. Partidos políticos como el PC de B, PCBR (Partido Comunista Brasilero Revolucionario), PCB (Partido Comunista Brasilero) y otros grupos formados por estudiantes, como la propia UNE (Unión Nacional de Estudiantes), la JEC (Juventud Estudiantil Católica), hicieron la resistencia ideológica y armada contra la dictadura.

De hecho, es posible afirmar, según el historiador Guilherme Diógenes, de la UFC (Universidad Federal de Ceará), que los estudiantes tuvieron gran parte de responsabilidad en la confrontación ideológica contra el régimen, muchos de ellos entraban en los movimientos bastante jóvenes y por simple curiosidad. "En aquella época yo era adolescente, estaba haciendo lo que se llamaba gimnasia en el Liceo de Ceará. Creo que estaba en el séptimo grado. No tenía en ese período, en ese comienzo, en el 64, no tenía una vivencia política. Estudiaba en el liceo y me involucré en algunas actividades, porque en aquella época el Liceo era un colegio que fomentaba manifestaciones, entonces yo iba a esas manifestaciones, más por la movilización, por la curiosidad (...) mi participación más activa, ya con una comprensión de lo que realmente significaba aquel golpe y partir hacia el combate de militancia fue cuando entré en la facultad...”, revela el profesor Pinheiro.

Además de la resistencia ideológica, realizada en gran parte por los movimientos estudiantiles, otros grupos también protagonizaron la resistencia contra los militares, entre ellos se destacan el MR8 (Movimiento Revolucionario 8 de octubre), los movimientos sindicales, las ligas campesinas, etc.

El movimiento estudiantil

"Los jóvenes entraban armados en nuestro colegio, en esa época hombres y mujeres estudiaban en colegios separados, entonces ellos entraban, hacían sus discursos y a la salida nosotros íbamos escoltándolos, como escudos humanos...” (María do Carmo Serra Azul, Cacao)

El movimiento estudiantil realmente fue el mayor contrapunto ideológico en aquella época de la dictadura. Incluso después de ser prohibida, el 27 de octubre de 1964, la UNE, actuando en la clandestinidad, promovía manifestaciones, acciones de panfleteo y comicios en todas las grandes ciudades del país.

"(...). Yo me involucré en un grupo que había en la Facultad llamado Guardia Roja, que, a pesar del nombre, no tenía nada que ver con la Guardia Roja de China (...). Con el paso del tiempo vinieron militantes más experimentados, con una formación política más sólida, y ese grupo pasó a denominarse MCI (Movimiento Comunista Internacional), entonces nuestra actividad no fue más de simple estudio y preparación teórica, ya nos ocupábamos de la publicación de obras, actividades de panfleteo en puerta de fábrica, e inclusive, la cuestión de la publicación de obras de autores marxistas, en aquella época había un número muy reducido de librerías que vendían obras de autores marxistas”, relata Pinheiro.

El auge de las protestas se produjo después de la muerte del estudiante Edson Luís de Lima Souto, asesinado por la Policía Militar, el 28 de marzo de 1968, durante una confrontación en el centro de Río de Janeiro. Edson Luís entró en la historia de manera trágica, fue el primer estudiante muerto oficialmente por la dictadura militar.

La muerte del joven marcó el comienzo de un año turbulento y de fuertes movilizaciones contra el régimen dictatorial. Cientos de carteles fueron pegados en Cinelandia, con frases como "¿Bala mata hambre?", "Los viejos en el poder, los jóvenes en el cajón" y "Mataron a un estudiante. ¿Y si fuese tu hijo?".

El 26 de junio del mismo año, ocurrió la manifestación que quedó conocida como la Marcha de los 100 mil, en alusión al número superior a 100 mil personas que participaron en la protesta, realizada también en Cinelandia, centro de Río de Janeiro. La Marcha se hizo como consecuencia de la muerte de Édson Luis y se convirtió en una de las más significativas protestas en el período dictatorial brasilero.

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La lucha armada

Para Carlos Marighella, uno de los organizadores de la resistencia al régimen militar, llegando a ser considerado el enemigo número 1 de la dictadura, las acciones urbanas servían para causar una tensión política. En el libro ‘Manual del Guerrillero urbano y otros textos’ él afirma que esa tensión sería alcanzada "llevando la inseguridad y la incertidumbre a las clases dominantes, desgastando y desmoralizando a las fuerzas militares de los gorilas”.
Después de la prohibición de la UNE, muchos líderes estudiantiles migraron hacia otros grupos y partidos políticos. Algunos de esos grupos eran parte de sectores más radicales de la izquierda política, y fue de allí que surgió el combate armado, aunque en forma clandestina.

Las acciones se dieron tanto en las ciudades como en el campo. La parte urbana hacía acciones, como asaltos a bancos, secuestros de diplomáticos y atentados contra autoridades y unidades militares.
El secuestro del embajador estadounidense

Foto: Jornal do Brasil
Una de las acciones más exitosas fue el secuestro del embajador estadounidense, Charles Burke Elbrick, realizado por el MR8 en cooperación con la ANL (Alianza Nacional Libertadora). El objetivo del grupo, en el cual participó Fernando Gabeira, escritor, periodista y ex-diputado federal por Río de Janeiro, era exigir la liberación de 15 presos políticos y su amnistía hacia México. La acción, que se convirtió en un libro y posteriormente en un filme, fue muy exitosa y consiguiendo la liberación de todos los presos solicitados.

Acciones en el campo

De todas las acciones ocurridas en el campo, la más conocida fue la Guerrilla del Araguaia. A pesar del nombre en singular, ‘Guerrilla’, no fue sólo una, sino una serie de guerrillas ocurridas en la década de 1970.

El movimiento, organizado por el PC de B (Partido Comunista de Brasil), pretendía combatir al gobierno militar e implementar el comunismo en Brasil, iniciando el movimiento en el campo. En su mayoría estudiantes, profesores y profesionales liberales, los guerrilleros se establecieron en una región de frontera entre los Estados de Goiás, Pará y Maranhão, en las márgenes del río Araguaia-Tocantins.

Los integrantes de la Guerrilla discutían las reivindicaciones de interés de los habitantes locales, estimulando la consciencia política de la población y buscando apoyo. Además, también promovían entrenamientos de guerrilla.
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En 1971, el Ejército brasilero descubrió la localización del núcleo guerrillero, haciendo a partir de ahí tres embestidas contra los rebeldes. Tomados de sorpresa, muchos se refugiaron armados en la floresta, ofreciendo resistencia hasta marzo de 1974.

Se estima que participaron alrededor de 78 guerrilleros, cuya mayor parte se dirigió a aquella región alrededor de 1970. Entre ellos estaba el ex-presidente del Partido de los Trabajadores (PT), José Genoíno.

Combate cultural

Hoy es usted el que manda
Dijo, está dicho
No hay discusión
Toda mi gente hoy anda
Hablando bajito
Mirando al suelo, vio?
Usted que inventó este estado
E inventó el inventar
Toda la oscuridad
Usted que inventó el pecado
Se olvidó de inventar
El perdón
(...)
Cuando llegue el momento
Todo el sufrimiento
Cobraré seguro, juro
Todo ese amor reprimido
Ese grito mordido
Este samba en lo oscuro
Usted que inventó la tristeza
Tenga hoy la fineza
De desinventar
Usted va pagar y bien pagada
Cada lágrima brotada
Desde mi penar
(...)

Durante la dictadura militar en Brasil, artistas, periodistas y otros sectores de la cultura nacional sufrieron la censura aplicada por los militares. A pesar de eso, muchos enfrentaban las consecuencias y publicaban obras que iban en contra de los intereses de los militares.

Foto: bahiaempauta

Gran parte de las personas que enfrentaron la censura fueron detenidos o exilados, y sus producciones sumariamente censuradas. Sin embargo, con mucha creatividad, algunos de esos artistas conseguían publicar sus trabajos, repletos de doble sentido, que pasaban desapercibidos a los censores, como es el caso de la canción destacada en este reportaje, de Chico Buarque. Además, muchos de ellos, ya conocidos por el régimen, utilizaban heterónimos, o sea, publicaban con el nombre de otras personas para huir de una fiscalización más rígida.

Traducción: Daniel Barrantes - barrantes.daniel@gmail.com